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viernes, 25 de octubre de 2024

El prolongado estancamiento de la economía mundial

Prabhat Patnaik, Resistenze.org

El hecho de que la economía mundial se desaceleró después de la crisis financiera de 2008 está fuera de toda duda. De hecho, incluso los economistas conservadores estadounidenses han comenzado a utilizar el término "estancamiento secular" para describir la situación actual (aunque dan su propia definición particular). El propósito de esta nota es proporcionar algunos datos sobre las tasas de crecimiento para establecer este punto en particular.

Los cálculos del PIB, notoriamente poco confiables para ciertos países, lo son aún más para el mundo en su conjunto. En la India, muchos investigadores han cuestionado las estimaciones oficiales de la tasa de crecimiento del PIB y han sugerido que esta tasa apenas ha superado el 4-4,5% anual en los últimos años, frente al alrededor del 7% indicado por las estadísticas oficiales. La celebración de la aceleración del crecimiento del PIB en el período neoliberal en comparación con el dirigista parecería completamente fuera de lugar; y si la tasa de crecimiento del PIB apenas ha crecido en comparación con el pasado, mientras que las desigualdades han aumentado significativamente, entonces la afirmación de que la condición de los trabajadores ha empeorado en el período neoliberal sería aún más sólida, como lo demuestran claramente otros indicadores como los datos sobre la ingesta nutricional. Pero a pesar de la incertidumbre sobre los datos, examinemos qué ha sucedido con el PIB mundial.

jueves, 13 de junio de 2019

Experimento en Japón: la fatiga del capitalismo


Alejandro Nadal, La Jornada

Hace dos días concluyó la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los 20 (G20). La reunión se llevó a cabo en Fukuoka, Japón, excelente localidad para ese tipo de reuniones. Después de todo, Japón podría ser catalogado como el mejor laboratorio para economías capitalistas avanzadas. Y si el experimento japonés, que ya dura unos 30 años, nos dice algo, es que la fatiga del capitalismo conduce al estancamiento.

Hace 30 años colapsó el mercado de bienes raíces en Japón. Los precios de casas, locales y terrenos habían estado aumentando de manera acelerada, pero a finales de la década de 1980 la burbuja reventó y la economía japonesa entró en crisis deflacionaria. A lo largo de los años 1990 se comenzó a hablar de la década perdida de ese país, pero la situación de estancamiento se ha mantenido durante tres décadas. Para tratar de revertir la situación, las autoridades japonesas han intentado todo, desde estímulos fiscales hasta política monetaria no convencional. De hecho, Japón fue el primer país en introducir la flexibilización cuantitativa en la política monetaria. A pesar que el primer ministro, Shinzo Abe, ha tratado de combinar políticas macroeconómicas de corte keynesiano con medidas típicas del neoliberalismo, el resultado ha sido el mismo y la economía japonesa se ha mantenido en estado letárgico.

sábado, 20 de abril de 2019

La tendencia natural del capitalismo al estancamiento

Yanis Varoufakis, Project Syndicate

Tras la Gran Depresión que siguió a la debacle bursátil de 1929, casi todos reconocieron que el capitalismo era inestable, poco fiable y propenso al estancamiento. Pero en las décadas posteriores, la imagen cambió. El renacimiento del capitalismo en la posguerra y, en particular, el ímpetu hacia la globalización financierizada, después de la Guerra Fría, resucitaron la fe en las capacidades autorreguladoras de los mercados.

Hoy, más de diez años después de la crisis financiera global de 2008, esta fe conmovedora está otra vez hecha añicos, ahora que vuelve a afirmarse la tendencia natural del capitalismo al estancamiento. El ascenso de la derecha racista, la fragmentación del centro político y el aumento de tensiones geopolíticas son meros síntomas de la descomposición del capitalismo.

El equilibrio de una economía capitalista depende de un número mágico, que se presenta en la forma del tipo de interés real (tras descontar la inflación) predominante. Es mágico porque tiene que matar de un solo tiro dos pájaros muy diferentes, que vuelan en dos cielos muy diferentes. En primer lugar, debe equilibrar la demanda de empleo asalariado de los empleadores con la oferta de mano de obra disponible. En segundo lugar, debe equiparar ahorros e inversión. Si el tipo de interés real predominante no equilibra el mercado laboral, el resultado es desempleo, precariedad, potencial humano desaprovechado y pobreza. Si no consigue llevar la inversión al nivel de los ahorros, se produce la deflación, y esto desincentiva todavía más la inversión.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Tasas de interés, efecto riqueza y estancamiento


Alejandro Nadal, La Jornada

Desde hace más de tres décadas las tasas de interés reales en las economías desarrolladas han mantenido constante su tendencia a la baja. Eso no sólo refleja la política monetaria instrumentada por los bancos centrales de cara a la crisis financiera de 2008. Todo parece indicar que estamos frente a cambios impulsados por fuerzas de largo aliento.

Esta trayectoria declinante afecta casi todo el abanico de tasas de interés, comenzando con las de bonos soberanos a 10 años y pasando por las de corto plazo (que normalmente siempre son más bajas que las de largo plazo). Pero a pesar de que se mantienen estas tasas de interés reducidas, ni la inversión ni el crecimiento acaban de adoptar un ritmo de mayor dinamismo. Esto tiene desconcertados a los economistas que abrazan la teoría ortodoxa. Hay dos grandes preguntas. Primero, ¿cuáles son las fuerzas que han provocado esa reducción en las tasas de interés? Segundo, ¿por qué no hay una mayor inversión (y crecimiento) como respuesta a esas bajas tasas de interés?

Las respuestas a estas preguntas no son fáciles si uno tiene una teoría equivocada sobre la determinación de la tasas de interés. Y la verdad es que la teoría neoclásica sobre esta variable adolece de serios problemas, porque su punto de partida es la idea de una tasa de interés natural que se permite equilibrar la oferta y demanda de capitales con una situación de pleno empleo. Esa teoría supone que cualquier economía capitalista tiende naturalmente a esa posición en el largo plazo. Según esa teoría, si la inversión es mayor que el ahorro la tasa natural crece hasta fomentar el ahorro y frenar la inversión, regresando a un equilibrio. Y cuando el ahorro es mayor que la inversión, la tasa de interés se reduciría y la inversión crecería, con lo cual se restablecería el equilibrio.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Estancamiento secular: el paradigma perdido


Alejandro Nadal, La Jornada

En la cosmogonía de los economistas no hay nada más aterrador que la perspectiva de la crisis y el estancamiento secular. Ambos se acompañan de la pérdida del paradigma sobre estabilización y crecimiento que desde hace décadas orientó el trabajo de los economistas.

En la actualidad, como huérfanos desorientados, los economistas cercanos a la corriente dominante en teoría macroeconómica siguen buscando señales de que su paradigma no ha muerto. Recuerdan los pasajes del Paraíso perdido de John Milton en los que un Adán desamparado implora perdón pero su expulsión del paraíso es decretada. Así los economistas convencionales vagan sin rumbo, tratando de rescatar el paradigma perdido.

En el poema de Milton, el arcángel Miguel lleva a Adán a una colina desde donde contempla el porvenir que aguarda a la humanidad. Hoy desde una colina similar, los economistas observan consternados el desolador panorama del estancamiento secular. Ante su vista se suceden desempleo, pobreza, desigualdad, finanzas públicas desequilibradas y una política monetaria sumida en el desconcierto.

martes, 27 de septiembre de 2016

Estancamiento secular y agonía del capitalismo

Immanuel Wallerstein, La Jornada

Los economistas del mundo están batallando con algo nuevo que les es muy difícil explicar. ¿Por qué es que los precios del mercado de valores han continuado subiendo pese al hecho de que algo conocido como crecimiento parece estar estancado? En la teoría económica dominante no se supone que funcione de tal modo. Si no hay crecimiento, los precios del mercado deberían declinar, estimulando por tanto el crecimiento. Y cuando se recupera el crecimiento, entonces los precios del mercado vuelven a subir.

Todos aquellos que son fieles a esta teorización dicen que la anomalía es una aberración momentánea. Algunos niegan incluso que sea cierto. Pero hay otros que consideran la anomalía un desafío importante a la teorización dominante. Buscan revisar la teorización para que tome en cuenta lo que muchos ahora llaman estancamiento secular. Los críticos incluyen a prominentes personas, algunos de ellos laureados con el Premio Nobel. Incluyen pensadores tan diferentes como Amartya Sen, Joseph Stiglitz, Paul Krugman y Stephen Roach.

Aunque cada una de estas personas tiene una diferente línea de argumentos, comparten algunas creencias. Todos ellos consideran que lo que hagan los Estados tiene un impacto grande en lo que ocurre. Todos ellos consideran que la situación actual es poco sana para la economía como un todo y ha contribuido a un incremento significativo en la polarización del ingreso real. Todos ellos consideran que se debe intentar movilizar la opinión pública para ponerle presión a las autoridades gubernamentales para que actúen formas específicas. Y todos ellos consideran que aunque continuara la actual situación anómala y poco sana todavía algún tiempo, existen políticas estatales apropiadas que harán posible una economía menos polarizada y más sana.

jueves, 22 de septiembre de 2016

La FED se apresta a recortar de nuevo las estimaciones a largo plazo sobre las tasas de interés


Ann Saphir y Jonathan Spicer, Reuters

Las autoridades de la Reserva Federal de Estados Unidos se aprestan esta semana a recortar nuevamente sus proyecciones sobre cuánto deberían incrementarse las tasas de interés en una economía donde la actividad, la producción y la inflación avanzan a un ritmo menor que el de décadas pasadas.

Se trataría de la cuarta vez en 15 meses en que el banco central estadounidense se ve forzado a admitir que sus proyecciones sobre la llamada "tasa neutral" fueron demasiado optimistas, lo que generaría dudas sobre la salud de la economía en los próximos años.

Aún así, la Fed insiste en que las tasas de interés bajas y su enorme hoja de balance en bonos son suficientes para continuar apoyando el crecimiento.

Conversaciones con funcionarios de la Fed sugieren que algunos reducirán sus previsiones sobre el tipo de interés a largo plazo en la reunión de política monetaria de esta semana, y la mediana de las estimaciones indica que el cálculo bajará a 2,75 por ciento.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Crisis financiera y estancamiento en el capitalismo

Alejandro Nadal, La Jornada

La economía mundial se encuentra atrapada entre las fuerzas que conducen al estancamiento y las que llevan a un interminable proceso de crisis crónicas. Para entender esta oscilación entre estancamiento y crisis es necesario considerar las relaciones entre el sector financiero y el capitalismo no financiero.

Ayer en la facultad de Economía de la UNAM se presentó el libro de Jan Toporowski, Crédito y crisis: de Marx a Minsky. Este texto aborda esta problemática y su evolución en la historia de la teoría económica heterodoxa. Toporowski es un destacado economista de la Universidad de Londres.

El hilo conductor de la reflexión de Toporowski es el siguiente: el sector financiero se desenvuelve en una primera instancia para servir al capitalismo industrial, pero en una segunda instancia el sector financiero termina modificando al propio capitalismo. Es decir, en una primera etapa el sector financiero comienza a hacer frente a las necesidades de financiamiento del capitalismo industrial (que se incrementan y que requieren de horizontes de tiempo más largos para la amortización). En una segunda etapa, los mercados financieros se transforman de simples agentes subsidiarios para el financiamiento en entidades que modifican el funcionamiento del capitalismo real (no financiero).

¿Cómo se lleva a cabo esta evolución?

lunes, 16 de mayo de 2016

Caída de la demanda será el próximo cisne negro de la economía mundial

El próximo 'cisne negro' para la economía mundial puede ser el bajo nivel de consumo, señala a CNBC el economista principal de la empresa analítica Prevedere, Andrew Duguay. En lenguaje económico se llama 'cisne negro' a eventos que es poco probable que ocurran pero que de todas formas influyen en los consumidores.

Según sus previsiones, en un futuro próximo se incrementará el número de señales de que la recesión global está cerca, pero la "debilidad de los consumidores" será la principal razón para el inicio de una crisis económica a gran escala.

Duguay detalla que el nivel de consumo está influenciado por tres factores: los salarios, la inflación y la confianza del consumidor. El último informe sobre el mercado de trabajo en EE.UU. mostró un estancamiento de los salarios. Esta falta de crecimiento de los sueldos puede afectar el comportamiento de los consumidores y su forma de pensar, empujándolos a ahorrar más que comprar.

martes, 5 de abril de 2016

FMI avisa que la economía está "en estado de alerta" porque "la recuperación es demasiado frágil"

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió este martes de que "la recuperación es demasiado lenta, demasiado frágil y que aumentan los riesgos sobre su durabilidad". "Estamos en alerta, no en alarma. Se ha producido una pérdida de velocidad del crecimiento. De cualquier forma, si los políticos pueden afrontar los retos y actuar de forma conjunta, los efectos positivos y la confianza global -y la economía global- serán sustanciales", según la directora gerente del FMI.

​ En un discurso en Fráncfort, Lagarde matizó que la "buena noticia es que continua la recuperación, tenemos crecimiento, no estamos en crisis". "Hemos progresado mucho desde la gran crisis financiera pero como el crecimiento ha sido demasiado bajo durante demasiado tiempo, mucha gente simplemente no lo nota", añadió Lagarde al presentar en un discurso en la Universidad Goethe de Fráncfort los principales asuntos que se discutirán en la próxima reunión de primavera del FMI en Washington.

miércoles, 30 de marzo de 2016

Minsky y Schumpeter en el debate sobre estancamiento secular

Alejandro Nadal, La Jornada

En septiembre de 2008, cuando se declaró la bancarrota del banco de inversiones Lehman Brothers, el sistema financiero mundial estuvo a punto de desintegrarse. El histórico banco había sobrevivido una larga serie de cataclismos, pero la crisis de las hipotecas sub-prime fue demasiado. Sus innovaciones financieras (otrora orgullo del mercado estadunidense) contaminaron todo el sistema financiero mundial con instrumentos financieros que acertadamente fueron rebautizados como activos tóxicos.

En 2009 se anunció que el periodo de la política monetaria flexible no duraría más de cinco años. Pero hoy los bancos centrales no aciertan por dónde caminar y hasta se han introducido tasas de interés negativas en la eurozona, Suecia, Suiza y Japón. El comportamiento de las principales economías del mundo deja mucho que desear. Los niveles de desempleo en la eurozona siguen estando altísimos y la recuperación en Estados Unidos es muy débil. Por eso se intensifica el debate sobre la posible llegada de una época de ‘estancamiento secular’ en el capitalismo contemporáneo.

domingo, 13 de marzo de 2016

La caída de la demanda: ¿secuela reptando la realidad?

Immanuel Wallerstein, La Jornada

La ideología neoliberal ha dominado el discurso mundial durante los primeros 15 años del siglo XXI. El mantra ha sido que la única política viable para gobiernos y movimientos sociales era otorgar prioridad a algo conocido como mercado. La resistencia a esta creencia se volvió mínima, en tanto partidos y movimientos que se dicen a sí mismos de izquierda, o por lo menos de centro-izquierda, abandonaron su tradicional énfasis en medidas propias de un Estado de bienestar y aceptaron la validez de esta posición orientada al mercado. Arguyeron que por lo menos se podría suavizar su impacto reteniendo alguna pequeña parte de las históricas redes de seguridad construidas por más de 150 años.

La política resultante fue una que radicalmente redujo el nivel de impuestos para los sectores más acaudalados de la población, lo que por tanto incrementó la brecha del ingreso entre este sector acaudalado y el resto de la población. Las firmas, en especial las grandes, pudieron incrementar sus niveles de ganancia reduciendo o dislocando sus empleos.

jueves, 10 de marzo de 2016

El BCE está acorralado y corre el riesgo de ser el nuevo Banco de Japón

Mohamen El-Erian, El Economista

En tanto su consejo de gobierno se apresta a reunirse en Frankfurt este jueves, el Banco Central Europeo (BCE) constata que sobre su margen de acción pesan no sólo temas regionales sino también otros bancos centrales del mundo importantes a nivel sistémico. La banca 'pinchará' con el esperado recorte de las tasas de depósito del BCE, pero ya descuenta la peor parte.

El BCE está incómodamente acorralado entre, por un lado, la Reserva Federal -que puede pero no quiere aventurarse más en una política monetaria no convencional- y por otro, el Banco del Japón, y en menor medida, el Banco Popular de China, que siguen estando dispuestos a hacer más, pero con medidas que resultan cada vez más ineficaces para sostener la actividad económica.

Manteniendo ese delicado equilibrio, es posible que el BCE opte por hacer más. Pero aunque es probable que sus medidas no convencionales tengan impacto a corto plazo, el banco central se acercará más al punto de resultar cada vez más inefectivo y hasta quizá corra el riesgo de ser contraproducente. Los funcionarios del BCE se verán significativamente presionados para ampliar el apoyo del banco a una economía europea que está perdiendo impulso de crecimiento y que últimamente vio pasar la tasa de inflación a negativa.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Deflación y estancamiento

Alejandro Nadal, La Jornada

Durante años las autoridades monetarias y los organismos financieros internacionales impulsaron una política monetaria dirigida a controlar la inflación. El gasto público tuvo que subordinarse a ese imperativo central que era la estabilidad de precios. La política de tasas de interés respondía a la necesidad de enfriar la economía cuando el calentamiento llevara riesgos inflacionarios. Y la política de ingresos también estuvo sometida a la exigencia de contener la demanda agregada. De ahí sale la contención del crecimiento de los salarios. Pero ahora las cosas han cambiado y con la crisis económica global descubrimos que en Europa, Estados Unidos, Japón e incluso China, el verdadero enemigo es la deflación.

Pero ¿por qué es mala la deflación? Hay varias razones. Primero, una reducción sostenida del nivel general de precios hace que los agentes económicos estén menos dispuestos a realizar gastos. Cuando los precios caen los consumidores tienen expectativas de que seguirán reduciéndose y prefieren esperar a que caigan todavía más. La demanda agregada se reduce, la actividad económica se frena y el desempleo aumenta.

miércoles, 2 de marzo de 2016

G-20: ¿estancamiento o crisis?

Alejandro Nadal, La Jornada

La cumbre financiera del G-20 que concluyó el sábado pasado dejó un mal sabor de boca. El cónclave reunió a los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20. Más allá del ceremonial, la junta puso a la vista dos cosas importantes: la falta de coordinación en materia de política macroeconómica y las dificultades por las que atraviesa la economía china.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó al G-20 comenzar a preparar un programa coordinado de estímulo para el crecimiento. Pero el secretario del Tesoro estadunidense Jack Lew respondió que no había necesidad de instrumentar un programa anti-crisis como en 2009 cuando el G-20 puso en marcha un programa coordinado de estímulos para evitar una depresión mundial. Tenemos mucha incertidumbre, dijo Lew, pero no una crisis. Eso es casi lo mismo que decían las autoridades monetarias en Estados Unidos a finales de 2007.

domingo, 14 de febrero de 2016

La crisis que vino para quedarse

Emir Sader, La Jornada

La crisis actual de la economía internacional, iniciada en 2008 en el centro del sistema capitalista, no tiene plazo para terminar. Genera desconcierto, agotamiento de argumentos y fórmulas, tasas de interés negativas y tasas de interés estratosféricas –nadie sabe ya cómo reaccionar, nada se resuelve. Es ya como si la crisis recesiva estuviera naturalizada.

Porque en verdad no se trata de una crisis coyuntural, aunque prolongada, en la que el mismo mercado, depurándose de los más frágiles, recomponga la economía para volver a un ciclo expansivo. Se trata de un ciclo recesivo largo, al que el capitalismo internacional ingresó cuando se agotó el ciclo expansivo largo de la segunda posguerra, alrededor de las décadas de 1970/1980, en el cual sigue.

Además de los ciclos cortos, caracterizados por Marx como típicos del proceso de acumulación de capital, el economista ruso Nicolás Kondratieff agrupó esos ciclos en conjuntos, algunos con tendencia expansiva, otros con recesiva, llamándolos de ciclos largos.

viernes, 12 de febrero de 2016

Desaceleración económica aumenta la presión sobre el sistema financiero


Los temores de una desaceleración económica mundial, agravada tras el colapso de los precios del petróleo y las materias primas, se están extendiendo a todo el sector financiero. Las pérdidas continúan día a día y este jueves Deutsche Bank perdió otro 6 por ciento de su valor. Pero el principal banco privado de Europa no está solo en su caída: Societe Generale cedió -12,5 por ciento; UniCredit -7%, Credit Suisse -8,4%; Commerzbank -5,5 por ciento. Al otro lado del océano JP Morgan y Goldman Sachs perdieron 4 por ciento. Los principales bancos de Europa y Estados Unidos consolidan una tendencia negativa muy significativa. El Índice Stoxx Europe 600 Banks ha caído 30 por ciento en lo que va del año. El mercado de valores de Estados Unidos también está bajo fuere presión y dominado por el estado de ánimo pesimista. A Janet Yellen no le quedará otro alternativa que revertir la engañosa alza de los tipos de interés de diciembre y aplicar tipos de interés negativos para "estimular el gasto". Leer más>>

jueves, 11 de febrero de 2016

Tiempos de estancamiento


Orlando Delgado Selley, La Jornada

El desempeño de la economía global está generado un debate sobre sus características de mediano plazo. Desde diversas perspectivas se analiza lo que ha ocurrido en los años recientes y, de manera cada vez más generalizada, se acepta que los próximos años veremos ritmos de crecimiento francamente menores de los que los millones de desempleados requerirían para recuperar sus puestos de trabajo. En este contexto, la ONU acaba de publicar un importante estudio sobre la situación actual y las perspectivas de la economía global, que sostiene que siete años después del inicio de la crisis financiera el mundo enfrenta dificultades fuertes para estimular la inversión y revitalizar el crecimiento. Se informa que el producto mundial bruto en 2015 terminó reduciendo su crecimiento esperado de 2.8 por ciento a un modesto 2.4, ya que sufrió un debilitamiento de la demanda global, reducciones de precios de los bienes exportables y una creciente volatilidad financiera en las economías más grandes. Lo que se espera en los años siguientes es que las economías emergentes pierdan fuerza y que las avanzadas ganen importancia, lo que dadas las anémicas tasas de crecimiento de estas últimas no es una buena noticia.

El debate se alimenta de lo que ha pasado en la economía global, así como en las economías emergentes y en transición y en las desarrolladas. En esta revisión de 2007 a la fecha, importa destacar que la economía global en 2010 logró recuperar el ritmo de crecimiento que tenía en 2007, pero desde entonces fue reduciéndolo a niveles menores a 2.5 por ciento. Este desempeño es explicado esencialmente porque en las economías avanzadas ha declinado más de 54 por ciento su tasa de crecimiento promedio, respecto a la que tenían antes de la crisis. A esto Christine Lagarde recientemente le llamó una nueva mediocridad de estas economías y Lawrence Summers la ha identificado como una posible era de estancamiento secular.

viernes, 5 de febrero de 2016

Bienvenidos a la nueva anormalidad de la economía mundial, durará un buen rato

Nouriel Roubini, Project Syndicate

Desde principios de este año, la economía mundial enfrenta un nuevo período de intensa volatilidad en los mercados financieros, marcado por la brusca caída de los precios de las acciones y otros activos riesgosos. Son diversos los factores en juego: la preocupación por un aterrizaje forzoso de la economía china y el posible decaimiento del crecimiento en Estados Unidos en un momento en que la Fed ha comenzado a elevar las tasas de interés, los temores por la escalada en el conflicto saudí-iraní, y las señales —principalmente el desplome de los precios del petróleo y las materias primas— de una intensa debilidad en la demanda mundial.

Y hay más: la caída de los precios del petróleo —junto con la falta de liquidez en el mercado, el aumento del apalancamiento de las empresas energéticas estadounidenses, de las empresas energéticas y de la frágil deuda soberana en las economías exportadoras de petróleo— están agudizando el temor por graves eventos crediticios (incumplimientos) y una crisis sistémica en los mercados de crédito. Luego tenemos las aparentemente interminables preocupaciones por Europa, con un aumento de la probabilidad de que Gran Bretaña abandone la Unión Europea (la llamada Brexit), mientras los partidos populistas de la derecha y la izquierda ganan terreno en todo el continente.

Estos riesgos se ven amplificados por algunas sombrías tendencias para el mediano plazo, que implican crecimiento mediocre generalizado. De hecho, la economía mundial en 2016 seguirá estando caracterizada por una nueva anormalidad en términos del producto, las políticas económicas, la inflación y el comportamiento de los precios de los activos clave y los mercados financieros.

lunes, 25 de enero de 2016

Kaput-alismo: ¿morirá el capitalismo?

Robert Misik, Attac.es

El hecho de que el capitalismo occidental sufre una grave crisis es un lugar tan común hoy en día que prácticamente se ha convertido en un cliché. En 2008 el sistema financiero mundial se situó al borde del colapso y las medidas de rescate que emprendieron los gobiernos aterrorizados pesarán sobre sus economías durante muchos años.

Los economistas y analistas de mentalidad neoconservadora y económicamente liberal no nos ofrecen ninguna explicación que contribuya al esclarecimiento de esta postura. Sus modelos sencillamente no pueden explicar por qué un sistema basado en actividades mercantiles desreguladas siempre puede entrar en crisis –y por qué no puede redescubrir el camino de regreso a la prosperidad si el estado sufre un desmantelamiento progresivo y las leyes del mercado se relajan.

Sin embargo, los economistas y analistas que comulgan con el pensamiento keynesiano y reformista están mucho más cerca de la realidad: su juicio crítico viene a significar que la aplicación de unas políticas erróneas –la desregulación de los mercados, la liberalización del sistema financiero, la disminución del papel del estado y el escandaloso aumento de la desigualdad– ya había minado la estabilidad del sistema. En pocas palabras: llevan 30 años impulsando políticas equivocadas y, desde el estallido de la crisis, se han aplicado una serie de políticas desastrosas, y el sistema solo se puede estabilizar cuando se ponen en marcha las políticas correctas.

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