Votar por uno de los candidatos de los dos partidos principales en esta falsa “elección ” sería un acto de idiotez y una señal de apoyo al genocidio en Gaza.
Kevin Barrett*, UNZ.com
El genocidio de Gaza sigue acelerándose. Un mundo consternado observa con agonía. El autoproclamado hegemón unipolar, Estados Unidos, sigue alentando y financiando el genocidio, suministrando a los perpetradores todo lo que necesitan para continuar la matanza en masa de mujeres y niños indefensos.
Estados Unidos pretende ser una democracia. Su presidente, en teoría, tiene el poder de cortar la ayuda a “Israel” y detener el genocidio.
Si así fuera, los votantes –que han apoyado un alto el fuego inmediato y permanente durante todo el genocidio de Gaza, que ya lleva un año– deberían destituir al régimen que facilita el genocidio de Joe Biden y Kamala Harris y elegir a un presidente que se oponga al genocidio.
Pero el control mental de los medios de comunicación ha convencido a la mayoría de los estadounidenses de que sólo hay dos opciones: la perpetradora del genocidio Kamala Harris o el aún más genocida Donald Trump. La candidata del Partido Verde Jill Stein, que se opone al genocidio, prácticamente no recibe cobertura mediática, por lo que las masas con el cerebro lavado la ignoran. Lo mismo ocurre con el candidato independiente Cornell West y el libertario Chase Oliver.