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sábado, 19 de abril de 2014

Brad de Long habla de estancamiento

Andy Robinson, La Vanguardia

Brad de Long, economista de la Universidad de Berkeley, ha colaborado con Larry Summers en el análisis de lo que puede ser el inicio de una era de secular stagnation (estancamiento de larga duración) en las economías avanzadas. En su blog, ha destacado los obstáculos para el crecimiento que constituyen las presiones deflacionistas, el escaso apetito del riesgo y la desigualdad. Como publicamos en el último número de Dinero (Crece el temor a un gran estancamiento económico), detrás de los discursos relativamente optimistas en la asamblea del Fondo Monetario Internacional esta semana en Washington, existe una zozobra generalizada respecto al futuro. Mientras la recuperación tras la mega crisis del 2008-2011 ha resultado bastante débil hasta la fecha en las economías avanzadas, (EE.UU., Europa y Japón), ahora hay incógnitas sobre la capacidad de China y las grandes emergentes para crecer robustamente.

lunes, 1 de octubre de 2012

Los desequilibrios estructurales que hunden a Europa

Bradford DeLong, Project Syndicate

La crisis del euro puede dividirse en tres componentes; dos ya fueron enfrentados con éxito (al menos parcial): la crisis bancaria producto del exceso de apalancamiento simultáneo de los sectores público y privado; y el derrumbe de la confianza en los gobiernos de la eurozona que siguió a la crisis bancaria. Pero todavía queda un tercer elemento, el más peligroso y largo de resolver: el desequilibrio estructural entre el norte y el sur de la eurozona.

Empecemos por la mejor parte: el temor a que los bancos europeos entraran en bancarrota y que la huida de los inversores provocara una Gran Depresión Europea parece haber quedado atrás. También ha comenzado a disiparse el temor a que los gobiernos de la eurozona cayeran en cesación de pagos (con las mismas consecuencias terribles), temor debido enteramente a la disfuncionalidad política de la Unión Europea.

martes, 3 de julio de 2012

El peligroso oficio de hacer profecías

Bradford DeLong, El País

Los economistas que estamos empapados de historia económica y financiera (y que conocemos la historia del pensamiento económico en lo concerniente a las crisis financieras y sus efectos) tenemos motivos para estar orgullosos de nuestros análisis de los últimos cinco años. Fuimos capaces de comprender hacia dónde iba la economía, porque sabíamos por dónde había andado antes.

En particular, entendimos que la combinación entre una rápida apreciación en el mercado inmobiliario y un alto grado de apalancamiento planteaba riesgos para la macroeconomía. Nos dimos cuenta de que cuando la burbuja estallara, las instituciones financieras apalancadas sufrirían grandes pérdidas en sus activos (que causarían una huida de los inversores en busca de seguridad) y que para evitar una depresión profunda se necesitaba la intervención activa del Estado como prestamista de última instancia.

lunes, 4 de junio de 2012

Los costos económicos del miedo



Brad DeLong, Project Syndicate

El índice bursátil S&P ahora indica un rendimiento del 7% real (ajustado por inflación). Por el contrario, la tasa anual real de interés de los bonos estadounidenses de tesorería indexados por inflación (TIPS) es del -1,02%. Sí, hay un signo «menos» delante: si compra los TIPS de cinco años, el Tesoro estadounidense le pagará en concepto de intereses durante el próximo quinquenio la inflación minorista del año anterior menos 1,02%. Incluso la tasa de interés real anual del TIPS a 30 años es solo del 0,63% –y usted asume un gran riesgo de que su valor disminuya en algún momento durante la próxima generación, lo que implicaría una fuerte pérdida si necesita venderlo antes de la madurez del bono.

Así que, imagine que invierte $10 000 en el índice S&P. Este año, su parte de los beneficios generados por esas empresas será $700. Ahora, imagine que, de ese total, las empresas pagan $250 en dividendos (que usted reinvierte en acciones) y retienen $450 de los beneficios para reinvertir en sus negocios. Si los gerentes de las empresas hacen su trabajo, esa reinversión impulsará el valor de sus acciones hasta $10 450. Agregue a eso los $250 de sus acciones nuevas y al año siguiente su cartera valdrá $10 700 –más, si sube el valor de mercado de las acciones, y menos, si cae.

viernes, 4 de mayo de 2012

La incómoda verdad de Milton Friedman


Brad DeLong, Project Syndicate

Tengo en mi escritorio en este mismo momento dos libros; uno es del periodista Timothy Noah y se llama The Great Divergence: America’s Growing Inequality Crisis and What We Can Do about It [La gran divergencia: la crisis de la desigualdad creciente en EE. UU. y lo que podemos hacer para resolverla]; el otro es el clásico de Milton y Rose Friedman, Free to Choose: A Personal Statement [Libertad de elegir]. Viéndolos juntos, no puedo sino pensar lo difícil que sería para los Friedman volver a justificar y propugnar el libertarismo minarquista hoy en comparación con cuando lo hicieron en 1979.

En aquel momento, los Friedman plantearon tres vigorosos postulados fácticos respecto de cómo funciona el mundo; en ese momento, parecían verdaderos, posiblemente verdaderos o al menos defendibles; pero hoy parecen casi con certeza falsos. El argumento de estos autores a favor del libertarismo minarquista, que dependía en gran medida de esos postulados, prácticamente se vino abajo, porque resultó que el mundo no quiso funcionar como ellos suponían.

martes, 3 de abril de 2012

La sombra de la depresión

Bradford DeLong, Project Syndicate

Cuatro veces durante el siglo pasado, una porción importante del mundo industrial cayó en profundas y largas depresiones caracterizadas por la persistencia de un alto nivel de desempleo: Estados Unidos en la década de 1930, los países industrializados de Europa occidental en esa misma década, Europa occidental otra vez en los ochenta y Japón en los noventa.

Las dos últimas caídas de la lista todavía arrojan una larga y oscura sombra sobre el desempeño futuro de la economía. En ambos casos, el regreso de Europa o Japón (si es que se produjo o producirá) a una tendencia de crecimiento económico similar a la de antes de la crisis les llevó (o les llevará) décadas. En cuanto al ejemplo de Europa a fines de la década de 1930, no sabemos qué habría pasado si el continente no se hubiera convertido en un campo de batalla después de la invasión de Polonia por la Alemania nazi.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Un almuerzo gratis para los Estados Unidos

Brad DeLong, Project Syndicate

Durante las reuniones del Fondo Monetario Internacional de este año, al ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Lawrence Summers, se le oyó decir una ocurrencia genial: decía que los gobiernos quieren curarle un tobillo roto a un paciente cuyo problema es que le están fallando los órganos. La crítica de Summers apuntaba a la preocupación de Europa por un problema, el de Grecia, que es secundario comparado con otros desequilibrios que son mucho peores (los que hay entre el norte y el sur de la Unión Europea, y entre los acreedores de bancos imprudentes y los gobiernos que no impusieron regulaciones adecuadas) y que se agravan con el correr de los días.

Pero del otro lado del Atlántico, los estadounidenses también deberían darse por aludidos. Esa misma metáfora le hubiera servido a Summers para criticar a los Estados Unidos, donde la preocupación permanente por los dilemas de la financiación a largo plazo de la seguridad social ahoga todo intento de enfrentar la crisis macroeconómica y de desempleo que aqueja al país.

sábado, 2 de julio de 2011

Confesiones de un desregulador financiero

Bradford DeLong, Project Syndicate

A fines de los 90, al menos en los Estados Unidos, dos escuelas de pensamiento buscaron impulsar una mayor desregulación financiera, es decir, eliminar la separación legal entre banca de inversión y banca comercial, relajar los requisitos de capital para los bancos y fomentar la creación y el uso más proactivos de instrumentos derivados. Si la desregulación parece tan mala idea ahora, ¿por qué no lo fue entonces?

La primera escuela de pensamiento, en términos generales correspondiente al Partido Republicano de los Estados Unidos, sostenía que la regulación financiera era mala, porque toda regulación lo era. La segunda, en términos generales la del Partido Demócrata, era algo más compleja y se basaba en cuatro observaciones:

viernes, 29 de abril de 2011

La ciencia económica en crisis

Bradford DeLong, Project Syndicate

El momento más interesante en una reciente conferencia celebrada en Bretton Woods (New Hampshire), allí donde se celebró la conferencia de 1945 en la que se creó la estructura económica mundial actual, se produjo cuando el articulista de The Financial Times Martin Wolf preguntó al ex Secretario del Tesoro de los Estados Unidos y ex asistente del Presidente Barack Obama para la política económica, Larry Summers: "¿Acaso no indica lo que ha ocurrido en los últimos años simplemente que los economistas [académicos] no entendieron lo que estaba sucediendo?"

Ésta fue la parte más interesante de la larga respuesta de Summers: "Hay muchas enseñanzas en la obra de Walter Bagehot sobre la crisis por la que acabamos de pasar. Hay más aún en la de Hyman Minsky y tal vez más aún en la de Charles Kindleberger". Puede parecer obscura a los legos en economía, pero fue una acusación devastadora.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Brad DeLong: Un momento para gastar

Brad DeLong Project Syndicate

La idea fundamental de la macroeconomía es una realidad que ya conocía John Stuart Mill en el primer tercio del siglo XIX: puede haber un gran desfase entre oferta y demanda de prácticamente todos los bienes actualmente producidos, los servicios prestados y los tipos de mano de obra, si existe un exceso igualmente grande de demanda de activos financieros, y esa realidad fundamental es una causa de grandes problemas.

Un desfase normal entre oferta y demanda de algún subconjunto de las mercancías actualmente producidas no es un problema grave, porque se equilibra con el exceso de demanda de otras mercancías producidas actualmente. Cuando los sectores que padecen una demanda insuficiente despiden a trabajadores, los sectores que se benefician de un exceso de demanda los contratan. La economía se reequilibra rápidamente y de ese modo vuelve al pleno empleo y lo hace con una configuración del empleo y la producción mejor adaptada a las preferencias actuales de los consumidores.

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