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jueves, 4 de febrero de 2016

Los orígenes del nazismo antes, ahora y después

Vicenç Navarro, Público.es

Una de las razones expuestas con mayor frecuencia para explicar el gran compromiso que el gobierno alemán tiene con las políticas de austeridad y con la rectitud fiscal (exigiendo la eliminación del déficit público en las cuentas del Estado) es el gran temor que el Estado alemán ha tenido históricamente a la inflación, pues se asume que el hecho de que el Partido Nazi ganara las elecciones se debió precisamente al enorme crecimiento de esta, que provocó como respuesta un movimiento de protesta popular, con el crecimiento del nazismo, poniendo a Adolph Hitler en el poder. En esta explicación se asumen varios hechos. Uno, que la supuesta expansión del gasto público y el déficit público había sido la causa del enorme crecimiento de la inflación o hiperinflación. Y dos, que esta última había sido la causa del enfado popular responsable de la victoria electoral del nazismo en Alemania.

Tal explicación está ampliamente generalizada y se utiliza constantemente, no solo por el establishment político-mediático alemán, sino por un gran número de economistas neoliberales que intentan justificar el énfasis del gobierno alemán en la aplicación de tales políticas de austeridad en todos los países de la Eurozona utilizando dicho argumento.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Los orígenes del fascismo en Europa antes y ahora

Vicenç Navarro, Público
Una de las interpretaciones de la historia europea que es más errónea y ha tenido peores consecuencias en la vida política y económica de este continente es la explicación que se ha dado de las causas de la subida al poder de Hitler y del nazismo en Alemania. Un argumento que se ha escrito para justificar las enormes políticas de austeridad (con recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, y la bajada de salarios), promovidas e impuestas por el gobierno alemán a los países de la Unión Europea, y muy en especial a los países periféricos de la Eurozona, tales como España, ha sido el supuesto temor (en realidad, pánico) que el pueblo alemán ha tenido históricamente a la hiperinflación, pues en su memoria colectiva se considera que dicha hiperinflación fue la causa del surgimiento y victoria electoral del nazismo en Alemania. De ahí –se nos dice- que las políticas de austeridad de ahora sean necesarias para evitar una inflación que podría llevarnos a la aparición de un nuevo fascismo. Si usted sigue la literatura científica económica leerá este argumento miles de veces.

martes, 26 de junio de 2012

Europa en la senda de Weimar

Este es un artículo de Jakob Augstein publicado en la revista alemana Der Freitag y traducido para Sin Permiso por Gustavo Buster

Merkel y el diario Bild persuaden a los alemanes de que todo el mundo quiere su dinero. En primer lugar: se trata de una mentira. Y en segundo, hay mucho más en juego que el dinero. Si los alemanes le dan la espalda a Europa, la democracia estará en riesgo.

Una persona conduce en dirección contraria por la autovía. En la radio se advierte de un automovilista loco que conduce en dirección contraria. “¿Sólo uno?”, se dice el conductor. Angela Merkel es el conductor, Alemania el automóvil. Conducimos a contracorriente, contra toda razón económica y política, y además estamos orgullosos de ello. Nos dejamos convencer de que todo el mundo quiere “nuestro dinero”. En primer lugar esto falso y en segundo, está en juego mucho más que nuestro dinero.

domingo, 24 de junio de 2012

La eurozona, camino de un infierno dantesco: lo que se juega en los próximos 8 días

El coeditor del Financial Times en Londres y columnista estrella del Spiegel en Hamburgo sale al paso de la locura dominante
Wolfgang Münchau, Sin Permiso

¿Qué deberíamos preferir en la crisis del euro? ¿Acaso un final espantoso, antes que un espanto sin final? ¡De ningún modo! Sería la ruina, incluso para Alemania. Y sin embargo, la política de la Canciller Angela Merkel nos lleva derechamente a un infierno dantesco.

Hace muchos años, saqué de quicio a una maestra en una redacción escolar que criticaba a la SPD por haber tolerado la política económica deflacionista de[l socialcristiano conservador] Heinrich Brüning durante la República de Weimar. Hacer tamaña observación en una ciudad regida por la SPD, en un Land federado regido por la SPD y en un Estado federal gobernado entonces por la SPD resultaba políticamente incorrecto. A resultas de ese episodio –y de la mala calificación obtenida—, siempre me he mantenido resueltamente crítico con el consenso.

sábado, 18 de febrero de 2012

Malvinas: Una guerra contra la decadencia del imperio británico


Eric Hobsbawm, El puercoespin

Este artículo es una versión editada de una charla ofrecida en el programa de 'Izquierda en Movimiento' organizado por la revista Marxism Today meses después de la guerra. Fue publicado en enero de 1983 bajo el título: "Falklands fallout" (Consecuencias de las Falklands). Por supuesto, Hobsbawm se refiere a lo que los argentinos llaman Islas Mavinas como Islas Falklands, denominación utilizada en su país, Gran Bretaña

Se ha hablado más de las Falklands que de ninguna otra cuestión reciente de la política británica o internacional y más gente ha perdido la chaveta por esto que por cualquier otra cosa. No quiero decir la gran mayoría de la gente, cuya reacción fue, con toda probabilidad, seguramente menos apasionada o histérica que la de aquellos cuya profesión es escribir y formular opiniones.

viernes, 3 de febrero de 2012

El chantaje de la deuda en Europa


Jesús Rodríguez Barrio, Viento Sur

1. El Escenario


El día 1 de enero del año 2002 entró en vigor el euro, como moneda única común, en un conjunto de países que renunciaban a su soberanía monetaria y la transmitían a una institución de la Unión Europea (El Banco Central Europeo). Aparentemente, el cambio fundamental consistía en el hecho de que los precios dentro de la unión monetaria (zona euro) serían denominados a partir de ese momento en una unidad de cuenta común, por lo cual los gobiernos nacionales renunciaban a su política de tipos de cambio. Eso sería todo según el enfoque clásico-monetarista, según el cual el dinero es (o debe ser) neutral en la economía y no interviene en los fenómenos de la economía real, limitándose a producir inflación o deflación (cuando su cantidad es excesiva o insuficiente en relación al producto).

sábado, 10 de diciembre de 2011

Costas Lapavitsas:“No tenemos ningún interés en salvar la unión monetaria”


Grecia debe salirse del euro y la izquierda alemana replantearse urgentemente su posición respecto a Europa. Costas Lapavitsas es un profesor de Economía al que le gusta llamar a las cosas por su nombre.

- Costas, para empezar, una mirada a la bola de cristal. En 2015, ¿seguiremos haciendo la compra en euros?

- Costas Lapavitsas: En 2015 algunos países seguirán dentro del euro, pero es muy improbable que todavía continúen utilizándolo todos los países que ahora pertenecen a la eurozona. El euro en su forma actual no es sostenible y no se mantendrá. Los poderes que lo empujan a caer son notorios: mientras hablamos, el mercado europeo de deuda se derrumba porque los inversores se refugian en el bono alemán, haciendo así que los intereses de los bonos del resto de países se disparen. Si el mercado de deuda continúa presionado de esta manera, en pocas semanas el euro estará liquidado.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Otra apropiación más de Goldman Sachs

Paul Craig Roberts, CounterPunch

El 25 de noviembre, dos días después de la fracasada subasta de bonos del gobierno alemán en la cual Alemania fue incapaz de vender el 35% de su oferta de bonos a diez años, el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, declaró que Alemania podría retirar sus requerimientos para que los bancos privados que tienen deuda soberana de Grecia, Italia y España acepten una parte del coste de su rescate cancelando una porción de esa deuda. Los bancos privados quieren evitar las pérdidas, bien forzando a los gobiernos griego, italiano y español a pagar los bonos imponiendo una austeridad extrema a sus ciudadanos, o bien haciendo que el Banco Central Europeo (BCE) emita euros con los que comprar la deuda soberana de los bancos privados. Emitir euros para pagar la deuda va en contra de la carta del BCE y aterra especialmente a los alemanes debido a la experiencia de hiperinflación sufrida durante la república de Weimar.

viernes, 19 de agosto de 2011

El Banco Central Europeo, al margen de la ley y de sus propios principios

William K. Black, Sin Permiso

El Banco Central Europeo (BCE), por exigencia del gobierno alemán, fue creado con una sola misión: la estabilidad de precios. Su monomisión representaba un explícito rechazo de la misión dual de la Reserva Federal estadounidense: estabilidad de precios y pleno empleo. La explicación habitual de esa opción es la inveterada fobia de Alemania a la inflación, una fobia nacida de la terrible experiencia de la República de Weimar con la hiperinflación. La hiperinflación desacreditó a la República, y suele culpársela de los éxitos electorales de Hitler. Sin embargo, hay que ser cauto con esa explicación, pues no fueron las exigencias de la poblaciónn alemana lo que empujó a la creación del BCE. La creación del euro llevó a la creación del BCE. Las encuestas mostraban que, de haber prevalecido la opinión pública alemana, Alemania habría rechazado ampliamente la adopción del euro. Los empresarios alemanes, particularmente los bancos, fueron los que empujaron a Alemania a adoptar el euro, asegurándose de que la población alemana no pudiera votar sobre la creación del euro y la adopción de esta moneda por Alemania.

lunes, 23 de agosto de 2010

Bajo el peligro de la espiral deflacionaria

Cuando la crisis financiera provocó el año 2008 el empatanamiento de los mercados de crédito, la Reserva Federal de Estados Unidos respondió inyectando altas dosis de dinero en la economía, y como la crisis del crédito se propagó rápidamente a los países europeos, estos debieron responder con la misma receta. Junto a esto, los bancos centrales procedieron a bajar la tasa de interés a niveles cercanos a cero, pese a que ya habían estado bajas durante un lustro tras la crisis de la puntocom.

Desde ese momento comenzaron los debates en todo el mundo advirtiendo que se avecinaba una hiperinflación galopante similar a la que tuvo la República de Weimar. Hasta hace unos pocos meses, gran cantidad de expertos señalaba que la inflación estaba ad-portas y que era inevitable. Sin embargo, más que un peligro de inflación, lo que tenemos es un camino despejado y abierto hacia la deflación. Y si la inflación era considerada el peor de todos los males posibles para los bancos centrales, hay que advertir que el peligro de la deflación puede ser varias veces peor. ¿Qué harán entonces los bancos centrales?

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domingo, 4 de julio de 2010

La economía mundial bajo el escenario de la deflación

Hasta un niño que recibe una mesada semanal entiende que las alzas de precios son dolorosas. Por el contrario, si espera que las láminas coleccionables sean más baratas en el futuro, guardará su dinero para gastarlo más tarde. Los banqueros centrales suelen preocuparse por mantener controlada la inflación, pero los mercados los están obligando a considerar para el futuro escenarios deflacionarios.

El punto de equilibrio a 10 años en los valores del Tesoro estadounidense protegidos de la inflación (TIPS, su sigla en inglés) ha bajado de casi 2,5% a 1,8% en un año, algo curioso dada la preocupación por los déficit del gobierno. Los precios de los commodities están bajando, como es el caso del cobre y el petróleo, por la caída en la demanda de China. Y la recuperación en el empleo y la producción sigue anémica, ya que los gobiernos están retirando el estímulo fiscal.

Pero los agoreros de la hiperinflación siguen en sus trincheras. Apuntan que la base monetaria estadounidense se ha incrementado más de 140% en los dos últimos años, mientras que el relajamiento cuantitativo ha tenido un efecto similar sobre la oferta monetaria en el mundo occidental. A medida que todo el dinero se abre paso a través de un sistema con tasas de interés cercanas a cero, temen consecuencias catastróficas. Afortunadamente, también apuntan a una vía de beneficiarse del desastre. Varios grandes inversionistas que predijeron la crisis de crédito han comprado oro.

lunes, 3 de mayo de 2010

La crisis que sacude a Europa

Cuelgo algunos enlaces sobre la crisis que sacuda a Europa. ¿Es el euro una trampa mortal que se acerca a su fin?

- La trampa del euro, Paul Krugman. El País
- España, (y Europa), ¡Que paisaje!, ¡Que paisanaje!, Rankia. Las reglas de la economía han cambiado
- Un rescate de 110.000 millones, Ricardo Martínez. El País
- Ya llega, ya está aquí..., Rankia. Fresh Family Office
- El dato de paro del mes de Abril. El brote verde de cada año, Gurus Hucky. GurusBlog.
- Crisis financiera, las seis etapas del desastre, Pierre Rimbert. Le Monde Diplomatic
- Entrevista a Noam Chomsky: El centro no puede gobernar, o el pavoroso paralelo entre los EEUU de hoy y los últimos años de la República de Weimar, Patricia Lombroso. Il Manifesto
- El reparto de la austeridad, Joaquín Estefanía. El País
- Arde Eurolandia, Michael R. Krätke. Sin Permiso
- El euro en la encrucijada, Joaquín González-Herrero. El País
- Unas cuantas huelgas no son una primavera del descontento, Larry Elliot. Sin Permiso




viernes, 29 de mayo de 2009

La hiperinflación de Weimar, ¿podría volver a ocurrir?

A propósito del post Inflación cero en Europa: ¿qué es ésto?, publico este artículo de Ellen Brown sobre la hiperinflación en la República de Weimar:

Por Ellen Brown
“Fue horrible. ¡Horrible! Como si hubiera caído un relámpago. Nadie estaba preparado. Las estanterías de los negocios vacías. No se podía comprar nada con el papel moneda.”
– Profesor de derecho de la Universidad Harvard, Friedrich Kessler, sobre la hiperinflación de Weimar (entrevista en 1993).
Algunos comentaristas preocupados predicen una masiva hiperinflación como la sufrida por la Alemania de Weimar en 1923, cuando una carretilla llena de papel moneda apenas alcanzaba para comprar un pedazo de pan. En un editorial del 29 de abril del San Francisco Examiner advirtió:
“Con un déficit sin precedente que se acerca a 2 billones de dólares, el presupuesto [del presidente para 2010] es una receta infalible para la hiperinflación. De modo que cada senador y representante que vote por ese monstruoso presupuesto de 3,6 billones de dólares estará aprobando un derroche de dinero que podría convertir a EE.UU. en la próxima República de Weimar.” [1]

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