martes, 1 de junio de 2010

Instan a Grecia a abandonar el Euro, ¿Se acerca el fin de la UE?

El gobierno griego ha sido aconsejado por economistas ingleses y estadounidenses de abandonar el euro y con ello los € 350.000.000.000 de la deuda para salvar su economía. De acuerdo a lo que informa The Times, el Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales (Centre for Economics and Business Research, CEBR), una consultora con sede en Londres, ha advertido a los ministros griegos que no podrán escapar de la trampa de la deuda sin devaluar su moneda para impulsar las exportaciones. Y la única manera de hacer esto posible es que Grecia vuelva a su propia moneda y se olvide del euro.

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- Greece Urged to leave the Euro, “The end is near for the EU?

El €uro y la hipótesis de lo peor

A raíz de una información que leo en The Times, en que se narra cómo un equipo de economistas británicos y estadounidenses insta a Grecia a salir del Euro, cobra más relevancia este artículo de Red Voltaire publicado la semana pasada. Como lo he advertido tamnbién en otros artículos, estamos en el centro de una guerra en la cual se pretende reducir el Euro a escombros, para re-establecer la hegemonía del dólar y así licuar la colosal deuda de Estados Unidos. El siguiente es el artículo de Jean Michel Vernochet.

La crisis presupuestaria griega, que ya se ha convertido en crisis del euro, no es la fatal consecuencia de una autorregulación de los mercados, sino de un ataque deliberado. Para Jean-Michel Vernochet, dicha crisis es parte de una guerra económica dirigida, desde Washington y Londres, siguiendo los mismos principios que las actuales guerras militares: con la utilización de la teoría de los juegos y la estrategia del caos constructor. El objetivo final es obligar a los europeos a integrarse a un Bloque Atlántico, o sea a un imperio en el que automáticamente van a tener que pagar el déficit presupuestario anglosajón a través de un euro dolarizado. Un primer paso en esa dirección se ha concretado ya con el acuerdo concluido entre la Unión Europea (UE) y el FMI, acuerdo que otorga al Fondo Monetario Internacional una tutela parcial sobre la política económica de la UE.


El ataque financiero del que Grecia ha sido objeto debido a su deuda soberana y a su potencial insolvencia ha resultado ser, en realidad, una ofensiva contra el euro y no tener más que una lejana vinculación con las taras y carencias estructurales de la propia economía helénica.

Se trata por cierto de «vicios» de los que también adolecen además la mayoría de los países post-industriales, que han adquirido la mala costumbre de vivir por encima de sus posibilidades reales y de depender del crédito, dando así lugar a una inflación galopante de la deuda, a una «burbuja» condenada –como cualquier otra– a terminar rompiéndose.

Todo parece indicar, sin embargo, que tras la brutalidad del ataque y más allá de una simple ansia por saquear las economías europeas se perfilan además otros objetivos, esencialmente de orden geopolítico, objetivos que han sido trazados de forma especialmente deliberada ya que los apetitos de anónimos depredadores financieros no justifican, por acentuados que sean, la intensidad y la duración de una ofensiva que, a corto plazo, amenaza con hacer volar en pedazos la eurozona, la Unión de los 27, e incluso mucho más...

La repetición de las crisis que han caracterizado las dos últimas décadas y una rápida interpretación del desplazamiento de los peones sobre el Gran Juego del «Tablero euroasiático» permiten apreciar que Europa se ha convertido en escenario de una verdadera guerra geoeconómica (que es al fin y al cabo una guerra en toda la extensión de la palabra), de una batalla que por cierto ya tiene potencialmente perdida.

En efecto, la adopción — ante los insistentes reclamos de la Casa Blanca — de un plan europeo destinado a poner a flote la deuda pública de los Estados miembros de la Unión Europea, no sólo no constituye ninguna panacea, o sea que no es una solución duradera para la crisis presupuestaria de carácter estructural que está afectando a «todos» los Estados occidentales, sino que va en el sentido deseado por el mentor estadounidense de una rápida integración de la Unión Europea, condición obligatoria para la constitución de un verdadero bloque occidental.

Este plan europeo responde a una crisis de confianza, de solvencia (ampliamente artificial al principio, pero que se ha hecho contagiosa y que está teniendo un efecto de bola de nieve), a través de una recapitalización de los Estados, como si se tratara de una simple crisis de liquidez. Se trata de un plan europeo de 750 000 millones de euros, superior por lo tanto al plan Paulson –de 700 000 millones de dólares– destinado, después de la debacle de los establecimientos financieros estadounidenses de septiembre del año 2008, a ponerlos a flote recurriendo a los fondos públicos. Una solución cuyos efectos estamos viendo en este momento al comprobar que la recapitalización del sector financiero privado ha tenido como aberrante consecuencia un tremendo crecimiento de la deuda de los Estados a ambos lados del Atlántico.

Después de haber desatado la recesión, o sea luego de haber inutilizado el motor económico, la crisis financiera nacida en Estados Unidos ha agotado por lo tanto los recursos fiscales de los Estados, haciendo así más difícil aún el servicio de una deuda cada vez más considerable. Pero la Unión Europea acaba de poner más deuda dentro de la deuda con estos 750 000 millones de euros que gravarán aún más sus presupuestos nacionales (ya que la tasa media de endeudamiento de la eurozona es actualmente de un 78%), y lo hace supuestamente para «restaurar la confianza de los mercados»…

En aras de obtener ese resultado, la Unión Europea acaba de ponerse –voluntariamente– a la merced del Fondo Monetario Internacional, que va a concederle préstamos por unos 250 000 millones de euros. Y se trata del mismo FMI cuyo papel parecía consistir, hasta ahora, en apoyar a las tambaleantes economías del Tercer Mundo a golpe de planes de llamados ajustes estructurales. Es por lo tanto una entidad supranacional con vocación «mundialista» la que va a encargarse, de cierta manera, de supervisar más o menos directamente las estructuras de gobernanza económica de las que la Unión Europea seguramente se dotará si la eurozona no explota antes espontáneamente.

Se trata de estructuras de carácter integrativo que ya viene reclamando gritos Paul Volcker, el director del Consejo para el Redespegue Económico (de Estados Unidos) en la Casa Blanca, quien desde Londres critica duramente a los dirigentes europeos exigiendo un nuevo fortalecimiento del euro, algo que estadounidenses y británicos necesitan tremendamente para mantener a flote sus propias economías.

Hay señalar de paso que fue posiblemente muy a su pesar que la canciller alemana se resignó a suscribir este gigantesco plan de apoyo a los países de la eurozona que están enfrentando dificultades, mientras que su homólogo francés –según un persistente rumor– la amenazaba con volver al franco si ella no se plegaba. Si bien es cierto que «a la hormiga no le gusta prestar lo que tiene», un regresp al Deutsch Mark equivaldría a firmar la sentencia de muerte de la economía alemana ya que, al tener una moneda demasiado fuerte, Alemania no podría seguir exportando su producción industrial, que constituye la base de su economía. Bastó ese chantaje para obligar a Berlín a que aceptara, contra su voluntad, someterse a las condiciones que imponía la administración Obama.

Dictados estadounidenses que conducen a una enorme trampa: ¡los capitales obtenidos como préstamo en el mercado o prestados por el FMI para el salvamento de los «PIIGS» [1] en peligro de caer en la cesación de pagos deben apoyarse en estructuras que garanticen en definitiva la solvencia del euro! Moneda cuya solidez sólo podrá verse asegurada por las instituciones federales que Jacques Attali viene promoviendo incansablemente a través de nuestros medios de difusión cuando reclama «la creación de una Agencia Europea del Tesoro, inmediatamente autorizada a obtener préstamos en nombre de la Unión, y de un Fondo Presupuestario Europeo, que inmediatamente recibiría un mandato para controlar los gastos presupuestarios de los países cuya deuda sea superior al 80% del PIB».

A fin de cuentas, se trata ni más ni menos de poner a los Estados bajo un tutelaje económico con el pretexto de salvar la eurozona, al parecer condenada a una inevitable bancarrota… ya que el abandono de la moneda única constituye un tabú que nadie parece dispuesto a tratar de modificar. Algunos proyectos van más lejos aun y ya tienen previsto que los presupuestos de los Estados de la eurozona estén totalmente sometidos al control y a las decisiones de un triunvirato conformado por la Comisión de Bruselas, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo. ¿Qué pasaría entonces con la voluntad popular y con el Parlamento de Estrasburgo?

Pero nadie se preocupa por denunciar el sofisma o el paralogismo que constituye esa fórmula de integración económica y de regreso a la confianza en los mercados. En primer lugar, ¿por qué habría que permitir que sean los mercados los que impongan su propia ley? ¿No sería además el momento adecuado para cuestionar el capitalismo accionarial, anónimo y voluble, que ha demostrado ser capaz de arruinar a las naciones en función de sus antojos o de sus cálculos?

La gobernanza económica europea no es, en ese sentido, la solución adecuada, como tampoco lo es la inundación de liquidez como respuesta a la actual crisis. El excesivo endeudamiento provocado por el «plan» es sin dudas una solución falsa impuesta desde el exterior con el objetivo de encadenarnos más aun, a nosotros los europeos, a los mercados de capitales y a su indescriptible dictadura.

La idea de la gobernanza económica nace del mismo principio ya que se trata, para decirlo con claramente, de algo insensato en la medida en que esa idea no tiene en cuenta las diferencias que existen entre las diversas sociedades implicadas en todas las etapas de la construcción europea: tipos o modelos de crecimiento, regímenes fiscales y sociales, etc. Se trata de una «idea» que no es tal, y no lo es porque tiene un carácter extremadamente ideológico… se trata en realidad de un proyecto tras el cual se esconden un gran número de segundas intenciones que no tienen nada que ver con la prosperidad económica ni con el bienestar de los pueblos de la Unión Europea.

Algunos se han dado cuenta, muy acertadamente, de que la crisis no era más que el medio y el pretexto para precipitar la imposición de un férreo sistema federal a los 27 [Estados miembros de la Unión Europea], a despecho de las voluntades populares a las que ya se impuso el Tratado de Lisboa de la manera más solapada. Una crisis que es y que sigue siendo –no perdamos de vista este importante factor– artificial, fabricada, en una palabra, es lo contrario de una «fatalidad» inherente a lo que supuestamente sería una vida autónoma y desencarnada de los mercados dirigidos por una «mano invisible».

Un proceso que tiene la reputación de ser «infernal» pero que, para ser anónimo, no deja de estar muy estar vinculado a las figuras de carne y hueso de los grandes manipuladores de dinero y de otros personajes que dan órdenes y que hacen con las bolsas lo que les viene en ganas. Es por eso que Estados Unidos mantiene un doble discurso a través de dos voces diferentes. La de los «mercados» y la de su presidente, quien interviene para sermonear a los europeos y exigirles que estabilicen su moneda o, en otras palabras, las políticas económicas europeas indisolublemente vinculadas a la salud, buena o mala, de su moneda.

Sin embargo, ¡no vayan a creer ustedes ni por instante que eso puede ser una forma de injerencia en los asuntos de la Europa continental! ¿Se imaginan ustedes a Angela Merkel o a Nicolas Sarkozy intimando a la Casa Blanca a hacer una buena limpieza en Manhattan?

La otra voz es la de quienes hacen lo que les da la gana con los mercados… o sea, los que dan las órdenes desde el anonimato, aquellos que ni los propios gobiernos pueden identificar, como confesó tan lastimeramente la ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde. Los que hacen subir y bajar las bolsas a su antojo, como el gato juega con el ratón, anticipando las altas y bajas que ellos mismos provocan artificialmente.

El reclutamiento de esos oligarcas se desarrolla, en primer lugar, entre los representantes de la alta finanza, de los complejos militaro-industriales, de los megagrupos del petróleo y de la química o de la ingeniería genética, pero también se reclutan entre los ideólogos y teóricos que se dedican a legitimar el «sistema», nuevos sacerdotes de la religión de la ganancia como nuevo monoteísmo, el del mercado. Pero esa gente tiene en realidad un discurso muy diferente.

¿Qué otra explicación puede tener si no la evidente contradicción entre las inquietudes expresadas por el presidente Obama –por lo demás legítimas ya que Estados Unidos necesita un euro fuerte, que penalice las exportaciones europeas dando así cierta ventaja a las industrias estadounidenses, útil regalo debido a sus déficits abismales (1 400 millones de dólares) y sobre todo para apoyar el esfuerzo de guerra actualmente en marcha en Irak, Afganistán y Pakistán– y la continuación de la desestabilización a fondo de las economías occidentales mediante reiterados ataques de los mercados contra el euro?

Por muy voraces, inconsecuentes e incluso irracionales que puedan ser los «operadores», estos están concientes de que la continuación de la ofensiva contra el euro está poniendo en peligro a todo el sistema y puede precipitar a la economía mundial en una nueva fase de caos. ¿Por qué prosigue entonces este baile al borde del abismo? Nadie podrá hacernos creer esa estupidez de que los mercados viven su propia vida, que son incontrolables y que todo esto sólo se debe a un acelerón de la máquina económica… En pocas palabras, que todo esto «no es culpa de nadie» sino la simple consecuencia de una imposibilidad de manejar los actores y los irracionales patinazos de los mercados.

Digamos entonces claramente que el riesgo de derrumbe de todo el sistema es parte esencial de la partida que se está jugando en este momento. Los grandes jugadores, fríos y calculadores, son adeptos declarados de la «teoría de los juegos» (de Neumann y Morgenstem), concepción probabilista que sirvió de basamento a lo que fue la doctrina de la disuasión nuclear… El ganador es aquel que sea capaz de ir más lejos en la mortal apuesta. Un ejemplo que reviste un enorme parecido con lo que actualmente estamos viviendo: una creciente desestabilización de las economías europeas, con consecuencias nada despreciables del otro lado del Atlántico.

Agreguemos a eso que el caos financiero, monetario y económico, de ambos lados del Atlántico, representa una oportunidad extremadamente favorable para quienes, digámoslo una vez más, se benefician con la resaca de los números de la Bolsa, provocando y anticipando los accesos de pánico y de euforia para jugar indistintamente con las tendencias al alza o la baja en mercados que se han vuelto histéricamente erráticos. A principios del siglo 20, el economista Werner Zombart teorizaba sobre la «destrucción creadora» (posteriormente retomada por Joseph Schumpeter).

Desde entonces, esa idea ha venido abriéndose paso a través, entre otras, de la teoría matemática del francés René Tom (la llamada teoría de las «catástrofes»). Revisada y corregida por Benoit Mandelbrot, esta última se aplicará, a través de la geometría de los fractales, a la vida de los mercados, vistos desde entonces como una entidad sometida a la teoría del caos, decididamente muy de moda.

Mientras tanto, el economista Friedrich Von Hayek, uno de los teóricos del neoliberalismo, pretendió promover la economía liberal a la categoría de ciencia exacta. De esa manera, según su biógrafo Guy Sorman, «el liberalismo converge con las más recientes teorías físicas, químicas y biológicas, en particular la ciencia del caos formalmente enunciada por Ilya Prigogine. En la economía de mercado, al igual que en la Naturaleza, el orden nace del caos: la espontánea combinación de millones de decisiones y de informaciones no conduce al desorden sino a un orden superior»… No hay mejor imagen que esa ya que nos entrega la clave que permite interpretar la crisis.

A fines de los años 1990, los neoconservadores adeptos de Leo Strauss llevan a su lógico paroxismo el nuevo dogma del desorden superior convirtiéndose en apologistas del caos constructor como supuesta legitimación de todas las guerras de conquista del siglo 19. Desde ese punto de vista, es posible ver el caos en pleno trabajo en el Gran Medio Oriente, al igual que en este mismo instante en Europa.

Podemos tener la certeza de que el nuevo orden regional que los grandes organizadores del caos pretenden hacer surgir de la actual crisis será una Europa unificada, centralizada y federativa, bajo la tutela directa de Estados Unidos a través de la Reserva Federal estadounidense, que hará del Banco Central Europeo una simple sucursal, y bajo la mirada vigilante del FMI, representante o emanación de un poder mundial emergente, tan desterritorializado como tentacular.

Resulta bastante evidente que el endiosamiento del mercado asociado a la idea de un «caos constructor», completada a su vez por un uso intensivo de la teoría de los juegos manipulada por adeptos de la demolición, constituye una mezcla bastante explosiva que está a punto de explotarnos en la cara. Y es importante señalar aquí que el «caos» (intencional) es hoy en día una forma de gobernar, de transformar la sociedad y de conquistar sin lucha, una versión dura del conocido divide y vencerás, al que se recurre aunque sea a costa de la supervivencia de las naciones y los pueblos.

A fin de cuentas, lo importante es poner a Europa de rodillas. Grecia –que es ciertamente uno de los países más débiles de la eurozona, aunque no mucho más que Italia, España, Irlanda o Portugal– ha sido hasta ahora una especie de electrón suelto que obstaculiza una plena integración de los Balcanes a la trama geoestratégica estadounidense.

A modo de conclusión temporal, si la Unión Europea, en el marco de la crisis, avanza a marcha forzada hacia una gobernanza económica federativa, entrará entonces en una fase que la llevará hacia la atribución de un poder prácticamente discrecional a la Comisión Europea, que se compone esencialmente de tecnócratas no electos y reclutados en función de una indestructible obediencia atlantista. Dicho claramente, ello significaría la desaparición de los Estados-Naciones europeos.

De hecho, ya nada se opondrá a que Europa sea integrada a un Bloque Transatlántico. Con el tiempo, la fusión del euro y del dólar sellará la unión del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo. Es evidente que no se trata de simples especulaciones sino de una real proyección de las tendencias arquitectónicas que visiblemente se están aplicando en el marco de un proceso de redistribución o de recomposición geopolítica del mapa mundial. Lo cual equivale a decir que, si no se desintegra la eurozona, el destino de los pueblos europeos parece definitivamente sellado, o sea encadenado para bien y para mal al «Destino manifiesto» de Estados Unidos, independientemente de una reforma del sistema económico mundial.

Los financieros perderán quizás algunas plumas en ese proceso si la comunidad internacional se pone de acuerdo para fijar límites a sus apetitos mediante la reglamentación de los mercados. En todo caso, lo cierto es que los promotores del caos constructor habrán ganado la partida al crear las condiciones para nuevos incendios.

Ya que «lo peor», que a menudo han mencionado en Francia individuos tan influyentes como Bernard Kouchner y Jacques Attali, resulta ser sin embargo lo menos improbable cuando los gobiernos, al verse con la espalda contra la pared, no tienen otra posibilidad que «huir hacia delante». En Kuwait, en 1991, y en Irak, en 2003, entre los objetivos apenas ocultos de la guerra, ocupaban un lugar importante la reactivación del motor económico a través de los proyectos privados de reconstrucción… por no mencionar otros intereses más evidentes y más inmediatos, como los combustibles fósiles, las ventas de armas y todos los mercados que de ellos se derivan.

Cualesquiera que sean los acuerdos entre Turquía e Irán sobre el enriquecimiento de uranio con fines médicos, cualesquiera que sean las contrariedades diplomáticas que esos acercamientos entre aliados y enemigos de Estados Unidos impliquen para el Departamento de Estado, basta con releer las fábulas de Jean de La Fontaine para saber que... ¡la retórica del lobo siempre prevalece ante la del cordero!

En el actual contexto de extrema fragilidad de la economía mundial, tenemos que prever que la salida de la crisis tendrá que pasar por la dolorosa puerta del caos constructor.

Vía | Red Voltaire


Ver | ¿Podrá Europa resistir los ataques al euro?, Krugman se equivoca: el euro es más fuerte que el dólar

Repudio mundial ante el nuevo baño de sangre de Israel



Repudio mundial ha desatado la nueva matanza perpetrada por tropas israelìes ante la denominada 'Flota de la Libertad', un grupo de seis barcos que transportaba a más de 750 personas con ayuda humanitaria para Gaza, causando al menos dieciséis muertos y decenas de heridos. El asalto a este convoy pacifico se produjo a las 4 de la madrugada lo marcó un cruento comienzo de semana.

Los medios turcos mostraron imágenes captadas desde el barco turco Mavi Marmara, en las que se veía a los soldados israelíes abriendo fuego. En contacto telefónico en directo con los buques, miembros del convoy humanitario, que está formado en su mayoría por activistas turcos, informaron que los comandos israelíes abordaron los barcos turcos desde helicópteros, disparando ráfagas de metralla para reprimir a los tripulantes a pesar de que estos mostraron banderas blancas. Es decir, estamos frente a una matanza en toda su escala.

Según los medios turcos, el ataque se produjo en aguas internacionales hacia las 4:00 hora local (1:00 GMT). Las autoridades turcas intentaron ponerse en contacto con el barco Mavi Marmara, pero resultó imposible. El Ministerio de Asuntos Exteriores turco trató de contactar con Israel varias veces desde la partida de la flota desde Turquía para pedir que no interfiriese en su objetivo. Ahora se espera que la diplomacia turca de una fuerte respuesta y se abra un nuevo capítulo en las críticas relaciones entre Turquía e Israel, que se han tensado desde el ataque israelí a la franja de Gaza entre 2008 y 2009. En Estambul cientos de personas se concentraron ante el consulado de Israel e intentaron penetrar en él pero fueron obstaculizados por la policía.


El convoy de ayuda internacional está compuesto por seis barcos, tres de ellos turcos, y transporta 10.000 toneladas de ayuda humanitaria -incluyendo materiales de construcción, equipos médicos y productos de necesidad básica-, con el objetivo de romper el bloqueo que sufre la Franja de Gaza. Uno de estos barcos es el Mavi Marmara, una vieja nave de pasajeros que hasta hace unos años realizaba el trayecto entre las islas del sur del mar de Mármara y Estambul para una empresa pública de transportes. Se trata de un barco de cinco alturas, muy espacioso y con capacidad para cientos de personas.

Entre los 750 participantes en la iniciativa hay voluntarios de diferentes religiones y nacionalidades, entre ellos más de veinte parlamentarios europeos, una ex congresista estadounidense, un premio Nobel de la Paz y un superviviente del Holocausto, aunque viajan en barcos diferentes.

Más información:
- Turquía habla de "terrorismo de Estado inhumano" y avisa a Israel de que asuma las "consecuencias", El País
- Israel se asoma al abismo, El País
- Israel pierde a su mejor aliado en el mundo islámico, El País
- Deadly Israeli Raid on Aid Flotilla Draws Condemnation, The New York Times
- L'assaut israélien contre la flottille en route vers Gaza provoque un tollé international, Le Monde



La economía global se acerca a un nuevo punto de quiebre

La economía mundial se encamina a un nuevo punto de quiebre. De ahí la crujiente tensión en los mercados: estamos sobre un terreno potencialmente peligroso. Desde ayer se sabe que los costos de la crisis financiera llegan a 9,6 billones de dólares, superando el 25% del PIB de los países industrializados. Un costo que fue absorbido por los gobiernos para evitar la parálisis del sistema financiero. Un costo que hoy pesa a estos gobiernos por el elevado nivel de endeudamiento que alcanzaron y que los ha llevado a recibir el castigo de las agencias de calificación. Un costo, además, que ha obligado a practicar severos recortes, en áreas altamente sensibles, para equilibrar las arcas fiscales.

Como vemos, estamos en un callejón sin salida. Las instituciones como el FMI o el BCE exigen equilibrio fiscal en circunstancias que son totalmente adversas. Es imposible equilibrar las cuentas y salir de la crisis al mismo tiempo. Y dado que la crisis es el estado más lejano al equilibrio, los principales esfuerzos deberían destinarse a estrategias de salida sostenible. Sin estrategias de salida sostenibles y de largo plazo la nueva inmersión llegará antes de lo pensado (fines de 2010, comienzos de 2011).

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lunes, 31 de mayo de 2010

“Crear empleos sin destruir el planeta”, entrevista con Serge Latouche

El siguiente texto es una entrevista con Serge Latouche, uno de los impulsores de la teoría del decrecimiento, realizada por José Bellver para el periódico Diagonal. La entrevista se hizo el 9 de diciembre de 2009 y fue publicada en el número 118 de Diagonal el 10 de febrero de 2010 bajo la frase "Salir de la sociedad de crecimiento es salir de las dinámicas de desigualdad", mencionada por el economista francés, como título de la entrevista. Ahora ECCE ha publicado la versión completa de dicha entrevista, un documento esencial.

Jose Bellver Soroa, Economía Crítica y Crítica de la Economía

- José Bellver.: ¿Cómo enunciaría usted de forma sintética lo que entiende por ‘decrecimiento’?

- Serge Latouche.: En primer lugar, esto no es algo fácil porque el decrecimiento es un eslogan, por lo que no es un concepto a tomar al pie de la letra. Implica la necesidad de romper con el crecimiento, la ideología del crecimiento y la sociedad del crecimiento.

Joseph Stiglitz: "Soy suficientemente pesimista respecto de la evolución de la economía global"

George Smith Alexander y Sugata Ghosh entrevistaron el pasado 6 de mayo a Jospeh Stiglitz para la revista india Economic Times. Fue reproducida en Sin Permiso

Las amas de casa griegas y españolas no derrocharon dinero, como parece creer el mundo. Al contrario: sufren a causa de que un implacable Wall Street y unos no menos implacables Bancos Centrales se negaron a poner orden. El euro sobrevivirá, pero el precio de su supervivencia serán la volatilidad y el caos. No son palabras nuestras. Son palabras de Joseph Stiglitz, un crítico declarado de la Reserva federal y de George Bush. El profesor Stiglitz se declara “suficientemente pesimista” sobre la economía mundial.

CEPAL: América Latina podría crear "nueva dependencia" de China



La CEPAL inauguró su 33 período de sesiones en Brasilia y alertó a los países de América Latina del riesgo de una "nueva dependencia", ya no de EE.UU., sino de China, que se ha convertido en el principal socio comercial de la región. En su documento, "La Hora de la Igualdad, brechas por cerrar, caminos por abrir", la CEPAL insta a los países de América Latina a vigorizar el papel del Estado. Como indicó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
"Hasta el año 2000 China era un socio menor, pero hoy es uno de los principales y en algunos de los países de la región ha desplazado de esa posición a Estados Unidos",

El coste de la crisis financiera supera el 25% del PIB en los países desarrollados

Un total de 9,5 billones de dólares han empleado los gobiernos de los países industrializados para evitar el colapso bancario, creando una deuda pública que impactará a varias generaciones. En respuesta a este enorme aporte, la banca se ha enriquecido mientras la pobreza aumenta raudamente.
En este artículo de Andreu Misse publicado en El País, se da cuenta del costo empleado para salvar a la banca, y la urgencia de un debate para que la banca asuma el coste de un endeudamiento que ha dejado en muy mal pie a estos países.


Los recursos movilizados para hacer frente a la crisis financiera superan el 25% del PIB en los países desarrollados, según se desprende de los informes confidenciales elaborados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea. El trabajo del FMI ha sido encargado por el G-20 a la vista de los impresionantes recursos aportados o garantizados por los contribuyentes (superiores a los 9,6 billones de dólares) para salvar los bancos, aunque una parte de ellos no han sido utilizados. El G-20 tiene previsto discutir en su reunión en Toronto a finales de junio "cómo el sector financiero podría hacer una justa y sustancial contribución para reparar el sistema bancario".

domingo, 30 de mayo de 2010

Estados Unidos tendrá marea negra durante meses


El derrame de petróleo del Golfo de México supera los peores temores: El agujero en el fondo del océano envenenará la zona marítima durante meses. El gobierno de EE.UU. ya presiente estar frente a la catástrofe más grande de todos los tiempos.

El reciente fracaso de las compañía petrolera British Petroleum para sellar la fuga, está creando una catástrofe ambiental de meses de duración. "Debemos prepararnos para lo peor", dijo la asesora de energía del presidente Barack Obama, Carol Browner, en el canal de televisión CBS.

El intento fallido de la operación Kill Top enterró las esperanzas de la gente de ver un pronto fin al derrame. Y aunque el presidente Obama señaló bastante decepcionado que "No vamos a ceder hasta que esta fuga está controlada", todo hace ver que la operación puede prolongarse por varios meses.

La fuga desde la cabeza de perfortación a 1.500 metros de profundidad lleva 40 días derramando petroleo en forma creciente. Se estima una pérdida diaria de entre 80 mil y 100 mil barriles de petróleo, lo que ha completado una cifra cercana a tres millones de barriles dispersos en el océano, cubriendo un área de 100 kilómetros cuadrados. "Esta es la mayor catástrofe medioambiental que haya enfrentado Estados Unidos#, dijo Carol Browner.

Lecturas: Este desastre no es el Katrina, es el Chernobyl de Obama

Este desastre no es el Katrina, es el Chernobyl de Obama

El derrame petrolero en el Golfo de México se ha convertido en una verdadera pesadilla para el presidente Obama. Y aunque hay quienes señalan que este es el Katrina de Obama está resultando más realista decir que se trata del Chernobyl de Obama. Como se sabe, la explosión del reactor nuclear de Rusia en 1986, dejó secuelas que aún perduran y problemas que aún no se resuelven. Eso mismo se espera para este desastre en aguas profundas que genera una fuga de 100.000 barriles de petróleo diarios.

Ayer, el último intento de contener la fuga iniciada el 20 de abril, fracasó estrepitosamente. British Petroleum, la compañía petrolera dueña de las instalaciones, reconoció que el plan para contener el derrame resultó un fracaso. Inicialmente, los expertos habían señalado que la operación Top Kill, diseñada especialmente para detener la fuga desde las profundidades del océano sería un éxito.

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Ver también:
- La Estrella Más allá del derrame de petróleo
- CNN.com Derrame de petróleo ya es el peor desastre ambiental

Joseph Stiglitz: "Los mercados han exagerado con España"

Belen Carreño, Público

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, (Indiana, EEUU, 1943) se dibuja como el último baluarte de la economía progresista. Miembro del Comité Científico de la Fundación Ideas, creada por Jesús Caldera para servir de think tank del PSOE, visitó Madrid para promocionar la adopción de una tasa financiera. Defiende la estrategia económica que ha adoptado Zapatero y lo anima a subir más algunos impuestos.

¿Se podía prever lo que iba a pasar con la deuda hace seis meses?

En septiembre ya se podía predecir que los déficit iban a ser muy abultados. Pero el mercado decide fijarse en una cosa en cada momento. La diferencia es que hoy nos hemos dado cuenta de la irracionalidad y la impredecibilidad de los mercados. El foco se ha puesto en países como Grecia o Italia, que tienen una deuda muy alta respecto a su PIB, mientras que a España se le presume una mejor política fiscal anterior a la crisis. Sin embargo, la crisis ha hecho que los mercados no se fijen en el modelo en conjunto, si no que elijan el peor escenario en cada país.

¿Se puede decir que ha habido una exageración de los mercados con España?

Estados Unidos: 49 de sus 50 Estados en rojo



¿Recuperación? No lo parece. Esta gráfica de Business Insider nos muestra que 49 de los 50 estados de Estados Unidos siguen mostrando una menor actividad económica que hace un año.

Estados como Virginia Occidental (West Virginia), Maryland (MD), Idaho (ID) y Wyoming (WY), empeoran año tras año. Sus indicadores son cada vez más bajos lo que da cuenta de un profundo deterioro en la economía de ese país. Sólo North Dakota (ND) muestra un nivel superior al de hace un año. En febrero, la actividad económica fue del 1,1% superior a febrero de 2009, como lo demuestra el único punto verde en el gráfico.

Leer más en: BusinessInsider

sábado, 29 de mayo de 2010

Mercado del trabajo se mantiene estancado en U.S.A.



Esta gráfica muestra que el desempleo se ha estancado en Estados Unidos. Se mantendrá en torno al 9,5% - 9,7% por largo tiempo. En otras palabras: vamos directo a una nueva inmersión y esta vez sin ningún tipo de salvavidas.


Vía | Businessinsider.com

Financial Sistem: Too Pig to Fail



La mirada implacable de Jim Morin sobre la industria financiera en Miami Herald


España bajo la tiranía de la deuda: ahora recibe castigo de Fitch

La agencia de valoración Fitch se ha sumado a Standard & Poor's bajando la calificación de solvencia a la economía española de la AAA (triple A), a AA+ (doble A+), dando cuenta de la creciente tiranía de la elite financiera mundial. De las tres grandes, solo Moody’s mantiene la triple A para la deuda española. Sin embargo, debemos recordar que la palabra de estas agencias se encuentra bajo sospecha por el cuestionable papel desesmpeñado en los orígenes de la actual crisis financiera. Por otra parte, estas tres agencias mantienen aún en alto nivel la calidad de la deuda de Estados Unidos, pese a ser el país epicentro de la actual crisis. Nada dicen las agencias de ciudades como California o Miami que se encuentran al borde de la quiebra.

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