Si las víctimas son varios miles de millones, los centenares de culpables deberán sincerar sus cuentas, aceptar el error y recibir la sanción que corresponde. La desinformación de la industria y las autoridades, unida a la mediocridad de la prensa, han colaborado al descalabro.
Un informe publicado por Cenda señala que las pérdidas ya van en 27.327 millones de dólares:
más allá de los efectos puntuales de la crisis sobre tal cual tipo de fondo, lo que está sucediendo debe llamar la atención acerca de la conveniencia de mantener la totalidad de las pensiones de millones de chilenas y chilenos a merced de las veleidades cíclicas del ámbito más inestable y fluctuante de la economía como son los mercados financieros. No parece razonable ni equitativo que mientras algunos pueden tener la suerte de jubilar en condiciones muy favorables de mercado, otros en cambio pueden tener la desgracia de hacerlo cuando aquellos se encuentran sumidos en la crisis o la depresión.Parafraseando a Eric Hobsbawm, el capitalismo ciertamente va a superar esta crisis, como lo ha hecho en las treinta y tantas que le precedieron desde 1825. Pero las AFP no la superarán, y quedará al desnudo la locura que la pura capitalización individual pueda proveer de por vida pensiones definidas, dignas y no discriminatorias, a millones de trabajadoras y trabajadores chilenos.