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sábado, 18 de octubre de 2025

La CIA con luz verde contra Venezuela

Raúl Capote describe los crímenes y operaciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en América Latina y el Caribe y su enfoque sobre Venezuela.

Raúl Capote, Al Mayadeen

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) no es un actor nuevo en la región. Su historial de crímenes contempla, entre muchos otros:

  • El golpe de Estado en Guatemala (1954), que derrocó a un gobierno legítimo para defender los intereses de la United Fruit Company.
  • Las operaciónes Pluto y Mangosta contra Cuba en los años 60.
  • La Operación Cóndor, que coordinó el terrorismo de Estado en América del Sur, dejando miles de desaparecidos y torturados.
  • El golpe contra Salvador Allende en Chile (1973), que instauró una de las dictaduras más sangrientas de la historia.
  • La guerra sucia en Centroamérica, donde financiaron escuadrones de la muerte y grupos contrarrevolucionarios.

Según fuentes cercanas al gobierno de Estados Unidos, las nuevas operaciones encubiertas contra Venezuela buscarían:

miércoles, 15 de octubre de 2025

Golpismo y Premio Nobel de la Paz

«La paz es la guerra». George Orwell
Leonid Savin, Geopolitika

El 10 de octubre se anunció el ganador del Premio Nobel de la Paz. Esta persona resultó ser María Corina Machado, una oposicionista de Venezuela, que pidió a Estados Unidos que impusiera sanciones contra su país natal e incluso que utilizara la fuerza armada contra su Gobierno y su pueblo. Aunque, de hecho, había candidatos más dignos y políticamente neutrales, esta elección no es sorprendente. En los últimos años, varias nominaciones a este premio, que en su día fue prestigioso, han adquirido un carácter cada vez más político, desde la perspectiva del Occidente colectivo, por supuesto.

Sin embargo, el premio se ha concedido anteriormente a personas que deberían haber sido juzgadas en lugar de recompensadas, por decirlo suavemente: Henry Kissinger (1973), que fue en parte responsable de la guerra de Vietnam y otros crímenes; el presidente estadounidense Barack Obama (2009), que continuó la ocupación de Afganistán e Irak; Aung San Suu Kyi (2012), que guardó silencio sobre la situación de los musulmanes rohingya en Myanmar y se opuso al gobierno militar (la justicia aún prevaleció contra ella tras las acusaciones de corrupción y otros crímenes, en diciembre de 2022 recibió una condena total de 33 años de prisión).

Ahora lo ha «ganado» una mezquina oposicionista que cumple la voluntad política de Estados Unidos, una guarimba de los círculos burgueses, a la que no le importa su propio pueblo.

lunes, 13 de octubre de 2025

Nobel golpista

Mientras Trump busca distraer al pueblo estadounidense, premian a una figura que llama a una invasión a Venezuela. No la premian con el Nobel de Business sino con el "Nobel de la Paz"

Jorge Majfud, La Haine

En 2002, el presidente democráticamente electo de Venezuela, Hugo Chávez, fue secuestrado por militares golpistas y recluido en la isla La Orchila. Corina Machado, varios empresarios, el New York Times y otros medios europeos apoyaron el golpe. La derecha proclamó a Pedro Carmona (empresario y miembro del Opus Dei) como nuevo presidente. Carmona decretó la disolución de la Asamblea Nacional, la Corte Suprema y otras instituciones. Machado firmó la declaración de apoyo a esas medidas.

El New York Times saludó el golpe encabezado por "un respetado hombre de negocios", el que tenía como propósito acabar con la dictadura electa en Venezuela. Según documentos desclasificados, la CIA sabía que George Bush sabía. El 25 de abril, el Times informó que el dinero para la agitación social previa al golpe había sido canalizado por terceros, como la ONG Demócrata 'National Endowment for Democracy', con 877.000 dólares.

Según un cable del 13 de julio de 2004, organizaciones como la USAID habían enviado casi medio millón de dólares para proveer "entrenamiento para los partidos políticos". El cubano Otto Reich (uno de los organizadores del acoso de los Contras en Nicaragua y parte de la maniobra Irán-Contras) fue otro encargado de contribuir con el golpe.

La muerte del Premio Nobel de la Paz


Atilio A. Boron, Página 12

El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado es la culminación de un largo proceso de descomposición moral y política que ha afectado irreparablemente a ese galardón. Lo podrán seguir otorgando, año tras año, pero el desagradable olor de su incoherencia ética y su oportunismo político al servicio de Washington lo acompañará para siempre.

Claro que lo ocurrido en estos días no es nuevo. El premio estaba desacreditado desde mucho antes. Si bien por excepción le fue otorgado a personajes cuya trayectoria estaba claramente marcada por su compromiso con la paz: Martin Luther King en 1964, la Madre Teresa de Calcuta (1979), Adolfo Pérez Esquivel (1980), el obispo sudafricano Desmond Tutu (1984) y Nelson Mandela (1993), y unos pocos más, la entrega de ese galardón a Henry Kissinger en 1973, un asesino serial responsable del brutal bombardeo contra Vietnam y desestabilizador de procesos democráticos como el Chile de Salvador Allende marcaba de modo indeleble la depravación de la idea original de Alfred Nobel que era premiar a las personas u organizaciones que luchan por el imperio de la paz y la resolución pacífica de los conflictos.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Las guerras del imperio en Latinoamérica y el Caribe

Venezuela, igual que Cuba, está en guerra y la unión del pueblo con su gobierno y sus fuerzas armadas fue la que hasta ahora erigió una formidable barrera a las pretensiones del imperio

Atilio Borón, La Haine

El título de esta nota puede inducir a creer que el objeto de estas breves líneas será recordar las numerosas aventuras militares del imperialismo norteamericano en Nuestra América, sobre todo en Centroamérica y el Caribe, “la tercera frontera imperial” como felizmente la definiera el profesor y ex presidente de la República Dominicana Juan Bosch. Pero no: nuestro propósito es examinar las guerras actuales del imperialismo, las que al día de hoy se libran en contra de Cuba y Venezuela.

Pese a que la Cumbre de la CELAC 2014 declaró a Nuestra América como Zona de Paz, lo cierto es que los países arriba nombrados son víctimas de una guerra no declarada pero no por ello menos perjudicial. Los cambios en “el arte de la guerra” a lo largo de las últimas décadas han tenido como una de sus consecuencias invisibilizar el enorme daño que hoy se puede infligir a las poblaciones agredidas y ocultar, al menos parcialmente, la responsabilidad criminal que le cabe al país agresor. En los casos que nos ocupan, EEUU es quien sin mediar una declaración formal de guerra, que requeriría una ley del Congreso de ese país, lleva más de sesenta años haciéndole la guerra a Cuba, con total impunidad, y diez años a Venezuela.

El caso venezolano se distingue del cubano porque existe una Orden Ejecutiva firmada el 9 de marzo del 2015 por el entonces presidente Barack Obama mediante la cual se declaraba la “emergencia nacional” ante la “amenaza inusual y extraordinaria que la situación de Venezuela suponía para la seguridad nacional y la política exterior de EEUU.” Es difícil al releer estas líneas no pensar en la soberana ridiculez de dicha Orden Ejecutiva. ¡La “seguridad nacional” de la mayor potencia militar y financiera del planeta amenazada por la Venezuela bolivariana!

miércoles, 17 de septiembre de 2025

El mito del narcoestado utilizado por EEUU para atacar a Venezuela

La supuesta lancha de narcotráfico atacada por EEUU


Roger Harris, Counter Punch

Una gran limusina Cadillac con matrícula de Jersey estaba aparcada al final de la manzana. Pocos vecinos de East Harlem tenían coche, y mucho menos uno nuevo. Curioso, pregunté a los niños de la calle qué pasaba. Me explicaron con naturalidad que los mafiosos venían cada semana a recoger el dinero de la droga. Más tarde encontré un parque infantil que cada noche se convertía en un auténtico mercadillo de narcóticos. Si un blanquito de los suburbios y unos niños de tercero de primaria podían descubrir el comercio ilícito, me preguntaba por qué las autoridades, que habían empapelado la ciudad con carteles de «Mantengamos Nueva York libre de drogas», no podían hacer lo mismo.

Eso fue a finales de la década de 1960, y todavía me pregunto por qué Estados Unidos —el mayor consumidor de estupefacientes del mundo, el mayor blanqueador de dinero ilícito procedente de las drogas y el principal proveedor de armas a los cárteles— no ha resuelto estos problemas.

Una cosa está clara: el problema de las drogas se proyecta sobre América Latina. La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, advirtió sobre «malvados narcoterroristas que intentan envenenar nuestra patria». La interceptación de drogas se ha convertido en un arma para imponer la dominación imperial, sobre todo contra Venezuela.

martes, 9 de septiembre de 2025

Según la DEA el 0% de la cocaína incautada en EEUU proviene de Venezuela

Si de verdad el régimen estadounidense quisiera “detener el tráfico de drogas”, debería trabajar en EEUU, no en la costa de Venezuela, ni tampoco en la de Colombia, ni en México. La Agencia para la Administración y Control de Drogas (DEA) estadounidense es la cabeza de todos los cárteles, y las farmacéuticas y bancos estadounidenses están también en esa cima

Andrés Piqueras, Observatorio de la Crisis

Después de guarimbas, sabotajes, robos de empresas, atentados, intentos de matar a Maduro (y puede que el asesinato de Chávez), incursiones paramilitares, infiltración de agentes para provocar altercados, invenciones inverosímiles de presidentes payasos y permanente guerra económica, entre otras muchas acciones hostiles, EEUU ha tenido una nueva ocurrencia para pasar a agredir directamente a Venezuela. Nada menos que acusarla de ser el foco de irradiación de drogas hacia el país norteamericano.

Realmente, esta vez la excusa supera los límites de lo absurdo.

Hace tiempo que la ONU afirmó que Venezuela es de los pocos Estados libre de cultivo y tráfico de drogas. Según esta organización, las rutas del narcotráfico en América son las siguientes:
  • 87% de las drogas salen por el Pacífico (Colombia, Ecuador, Perú)
  • 8% por el Caribe colombiano (La Guajira)
  • Solo 5% intenta pasar por Venezuela y es interceptado en su mayoría
Aquí un mapa indicativo:

miércoles, 27 de agosto de 2025

El regreso de James Monroe

El primer objetivo de Washington es cortar, o al menos reducir, las relaciones entre Caracas, Moscú y Teherán. El segundo objetivo es el petróleo..."

Enrico Tomaselli, Sinistra in Rete

La tensión ahora histórica entre Estados Unidos y Venezuela ha visto la postura agresiva de Washington intensificarse en los últimos días, incluso si, cuando todo está dicho y hecho, esto parece ser más una gran operación psicológica. Estados Unidos siempre se ha opuesto a la Revolución Bolivariana de Chávez, pero desde que Maduro asumió el poder, la presión estadounidense se ha vuelto mucho más fuerte. Innumerables intentos de golpe de Estado, apoyo a figuras que rayan en lo ridículo como Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino antes de desaparecer en el aire del que emergió, finalmente han llevado a acusaciones de ser un narcotraficante, de hecho, ser el jefe del Cártel de los Soles. Muy apropiadamente, en las últimas semanas la recompensa por Maduro se ha elevado a U$50 millones (como si estuviéramos en el Salvaje Oeste), y se ha aprobado una orden ejecutiva secreta que equipara a los cárteles de la droga con organizaciones terroristas, lo que hace posible tomar medidas contra ellos con las fuerzas armadas.

Sin embargo, la cuestión, más allá del caso venezolano específico, debe situarse en un contexto mucho más amplio. Latinoamérica, al menos desde la proclamación de la llamada Doctrina Monroe —afirmada por el presidente James Monroe en 1823—, siempre ha considerado al subcontinente americano como su propio patio trasero. Tras el lema "América para los americanos ", la doctrina buscaba esencialmente garantizar la hegemonía estadounidense en el hemisferio occidental; la intención principal era eliminar la influencia europea, adoptando un lenguaje propagandístico soberanista-populista, pero el objetivo final era precisamente reemplazar a los europeos, y con el término "americanos" se refería en realidad a los norteamericanos.

Esta dominación estadounidense sobre Latinoamérica se prolongó durante todo el siglo XX y se caracterizó por dictaduras despiadadas, masacres de poblaciones indígenas y un derecho absoluto de saqueo por parte de las multinacionales estadounidenses.

martes, 26 de agosto de 2025

América Latina: Estados Unidos regresa a la diplomacia de las cañoneras


Leonid Savin, Fondsk

La semana pasada, el presidente estadounidense Donald Trump decidió enviar una flotilla de buques de guerra y un submarino a las costas de Venezuela como parte de una operación especial contra los cárteles internacionales de la droga. La portavoz de la Casa Blanca, Carolyn Leavitt, también afirmó que se emplearía la fuerza militar necesaria contra Venezuela.
Dado que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, fue acusado anteriormente de ser el jefe del cártel de drogas del Sol y de no ser un presidente legítimamente elegido, hay motivos para creer que este gesto de demostración de fuerza podría convertirse en una provocación grave con consecuencias impredecibles para la región.
La armada de la Armada de los Estados Unidos consta de tres destructores de misiles guiados clase Arleigh Burke, un submarino y tres buques de asalto anfibio, con un total de aproximadamente 4.500 marines a bordo. Si los cárteles de la droga utilizaran embarcaciones pequeñas o submarinos de fabricación casera, a menudo de un solo uso, para transportar sus mercancías, no se necesitaría una flotilla tan potente para interceptarlos; sería más lógico utilizar aeronaves de vigilancia junto con los guardacostas que patrullan las rutas de los presuntos contrabandistas. Sin embargo, se dice que también participan en la operación aeronaves de alerta temprana aerotransportadas Boeing P-8-A Poseidon de la Armada de los Estados Unidos.

La demonización del liderazgo venezolano no se produjo de la noche a la mañana. El ex fiscal general de Estados Unidos, William P. Barr, declaró anteriormente que «durante más de 20 años, Maduro y varios colegas de alto rango presuntamente se confabularon con las FARC (un grupo rebelde colombiano de izquierda) para introducir toneladas de cocaína en las comunidades estadounidenses y devastarlas».

sábado, 23 de agosto de 2025

Amenaza de intervención contra Venezuela: descifrando un nuevo momento de tensión

Antes que una coreografíada operación militar hollywoodense, Venezuela podría enfrentarse más bien a un nuevo ciclo de guerra sucia Made in America

William Serafino, Al Mayadeen

Desde el pasado 7 de agosto, cuando EEUU aumentó la recompensa a 50 millones de dólares por la captura del mandatario venezolano Nicolás Maduro, se ha abierto un nuevo escenario de tensión y presión sobre el país caribeño donde la amenaza de intervención militar parece haber recuperado la centralidad política y narrativa que había tenido en años anteriores, siendo su punto más álgido la campaña de máxima presión del primer gobierno de Donald Trump.

Tras el anuncio, a cargo de la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, el ruido ha venido in crescendo, impulsado por un vasto compendio de operaciones psicológicas, que van desde supuestas incautaciones a bienes de lujo y dinero en efectivo propiedad de Maduro, hasta el inicio de un despliegue militar con buques destructores hacia costas venezolanas, de cuyo desarrollo no se tienen confirmaciones oficiales al cierre de este artículo, salvo por la declaración del secretario de Estado, Marco Rubio, que daba como un hecho la maniobra hace pocos días, sin ofrecer detalles.

Es cuando menos sospechoso que un operativo militar de grandes dimensiones logísticas y geográficas que incluiría, hipotéticamente, acorde con Reuters, a “cuatro mil marineros y marines en la región sur del Caribe […] varios aviones espías P-8, buques de guerra y al menos un submarino de ataque” no esté siendo difundido ni por el Departamento de Defensa ni por el Comando Sur. Sus principales autoridades, Pete Hegseth y el almirante Alvin Holsey respectivamente, participan en actividades públicas muy diferentes a las de un movimiento de las características reseñadas por la agencia.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Edmundo González Urrutia, un invitado incómodo en la corte de Madrid


Marcos Roitman Rosemann, La Jornada

Tras su viaje a China, Pedro Sánchez lo recibe en el palacio de La Moncloa. Mientras, los ex presidentes Felipe González, Mariano Rajoy y José María Aznar lo reconocen como presidente electo. Para dotar de solemnidad dicho acto, la derecha española saca adelante en la Cámara de Diputados y el Senado una propuesta no de ley, instando al gobierno a reconocer a Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones y presidente electo de Venezuela. A la par, sus eurodiputados en la Eurocámara solicitan que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sea investigado por crímenes de lesa humanidad. En menos de un mes, Edmundo González tiene cobertura institucional para desplazarse por toda Europa.

Para el Partido Popular y Vox, el asilo de Edmundo González, concedido por el gobierno de coalición, encabezado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), es difícil de encajar. Alberto Núñez Feijóo ha reivindicado ser el candidato más votado en las parlamentarias de 2023, correspondiéndole formar gobierno. El corolario, el PSOE cometió fraude para acceder a la presidencia, al apoyarse en partidos independentistas, los hijos de ETA y los comunistas bolivarianos. El resultado, un gobierno filoetarra, chavista y bolivariano. No resulta extraño que sea un argumento recurrente en la derecha, para descalificar al gobierno de coalición.

domingo, 15 de septiembre de 2024

¿Por qué tanta atención mediática a Venezuela?


Marc Vandepitte, De Wereld Morgen

La manipulación de los medios de comunicación no consiste solo en lo que se dice, sino también en aquello de lo que se informa y aquello que se calla. Los recientes acontecimientos en Venezuela son un buen ejemplo de ello.

Estimado lector o lectora, ¿conoce usted al presidente de Perú? ¿O al de Ecuador? Tal vez no. Sin embargo, es muy probable que conozca el nombre del presidente venezolano: Nicolás Maduro. Es curioso, porque hay tanto que decir de los presidentes de Perú y Ecuador como del de Venezuela.

Empecemos por Dina Boluarte. Es la presidenta no electa de Perú y llegó al poder mediante un golpe de Estado contra el presidente izquierdista Castillo. El golpe ocurrió tras un periodo de inestabilidad prolongada que dejó decenas de muertos.

martes, 3 de septiembre de 2024

Lo que los medios de comunicación ocultan sobre las elecciones en Venezuela


Marc Vandepitte, De Wereld Morgen

Las pasadas elecciones presidenciales en Venezuela fueron una inteligente pieza de guerra electoral en la que los medios de comunicación desempeñaron un papel fundamental. En este artículo enumeramos algunas cosas sorprendentes que los principales medios de comunicación han callado.

Un abuelo valiente

Si hemos de creer a los medios de comunicación, estas elecciones fueron entre el bien y el mal. Se retrata al actual presidente Maduro como un demonio peligroso, mientras que se caracteriza al principal candidato opositor, Edmundo González, como un abuelo bonachón y a María Corina Machado, la mujer fuerte que lo respalda, como una estrella del pop.

La verdad es algo más siniestra. Entre 1981 y 1983, González fue el número dos de la embajada de Venezuela en El Salvador. Dependía directamente del Embajador Leopoldo Castillo, formado en la infame Escuela de las Américas (1).

miércoles, 28 de agosto de 2024

Coordenadas para comprender el fascismo en Venezuela

Pero es cierto que las expresiones de fascismo más contundentes se encuentran en las sociedades donde impera el orden liberal (Norteamérica y Europa), o en grupos políticos que se identifican ideológicamente con el liberalismo y vindican la violencia como herramienta de exterminio social, tal cual lo ha hecho la extrema derecha venezolana en tiempos chavistas.

Ernesto Cazal, Misión Verdad

Hablar de fascismo, en Venezuela y desde el ascenso público del Comandante Chávez, se refiere a rasgos discursivos y conductuales que históricamente han estado ligados a las estrategias de golpe y a las tácticas de choque usadas a partir de 2002 por los factores que han insistido en el cambio de régimen.
El fascismo, aquí, se identifica con el uso de la violencia —mercenaria, criminal, de color— como método de desestabilización política, el exterminio del otro como estado de tensión psicosocial y práctica ocasional, el desconocimiento de las instituciones venezolanas como juego de suma cero, el reclamo imperial de intervención militar, el sentimiento hiperreligioso a favor del sistema capitalista en su fase neoliberal, la adopción de una postura geopolítica y civilizatoria respectivamente proestadounidense y prooccidental.
Todas estas variables son verificables en el discurso y la praxis de una parte importante de la dirigencia opositora y de cierta, aunque minúscula, base social de sus seguidores, sobre todo las que han protagonizado las jornadas golpistas de 2014, 2017, 2019 y 2024. En todas ellas, María Corina Machado ha tenido un papel estelar.

viernes, 23 de agosto de 2024

Venezuela y Maduro: La anatomia de un Golpe fallido


Leonid Savin, Geopolitika

Para EEUU fue crucial cuestionar el proceso electoral desde el principio, plantear la tesis de que los resultados eran ilegítimos, volver a una política de máxima presión y llevar a su títere a la jefatura del Estado.

Los acontecimientos que siguieron a las elecciones presidenciales en Venezuela no son una acción puntual de la oposición local apoyada por los países del Occidente colectivo. Deben ser vistos como un eslabón más de la cadena, como otro intento de derrocar el poder de los chavistas, que ya se ha hecho muchas veces.

Hay que tener en cuenta que tras la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, el rumbo del país, que Estados Unidos consideraba su patio trasero con un régimen obediente (aunque corrupto), cambió radicalmente. Hugo Chávez fue uno de los primeros líderes de países en hablar de la necesidad de un mundo multipolar, y en política interior inició profundas reformas que fueron odiadas por Washington y los oligarcas locales centrados en Estados Unidos.

El primer complot contra él tuvo lugar en abril de 2002, pero el golpe fracasó porque el pueblo salió en defensa del presidente.

viernes, 9 de agosto de 2024

Estados Unidos cambia de opinión tras las elecciones presidenciales de Venezuela

Tras reconocer inicialmente al candidato de la oposición de extrema derecha, Washington ahora ha dado marcha atrás. Texto y explicación de Marc Vandepitte, observador internacional en las pasadas elecciones presidenciales en Venezuela.

Marc Vandepitte, De Wereld Morgen

El anuncio de Matthew Miller, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores estadounidense, fue sorprendente. A la pregunta de si el Gobierno de Estados Unidos reconoce al opositor Edmundo González como presidente interino, como había ocurrido en 2019 con Juan Guaidó, respondió: «De momento no vamos a dar ese paso. Hoy estamos en estrecho contacto con nuestros socios de la región, especialmente Brasil, México y Colombia, para encontrar una salida”. En la misma rueda de prensa, pidió al Consejo Electoral de Venezuela (CNE) «transparencia» y le instó a publicar «un recuento detallado de los votos».

La declaración de Miller es curiosa por dos razones. Primera, porque contradice lo que su jefe Antony Blinken había publicado unos días antes. De hecho, el Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó entonces en un comunicado que el candidato de la oposición, Edmundo González, era el ganador de las elecciones: «Dadas las abrumadoras pruebas, está claro para Estados Unidos y, lo que es más importante, para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio.»

martes, 6 de agosto de 2024

Una reflexión sobre Venezuela

Venezuela es el único país de América Latina donde dos recursos fundamentales no están controlados por EEUU

Boaventura de Sousa Santos* – Diario16+

No soy, ni he sido nunca, un chavista acérrimo. Hugo Chávez fue un benévolo meteorito político que sacudió el subcontinente latinoamericano y el mundo en la primera década del siglo XXI.

En 2013, poco después de la muerte de Hugo Chávez, escribí un artículo titulado «Hugo Chávez: el legado y los desafíos». En él identificaba algunos signos de autoritarismo y burocratización y terminaba el texto así: «Sin injerencias externas, estoy seguro de que Venezuela sabría encontrar una solución no violenta y democrática. Lamentablemente, lo que está ocurriendo es que se están utilizando todos los medios para poner a los pobres en contra del chavismo, la base social de la revolución bolivariana y los que más se han beneficiado de ella. Y, al mismo tiempo, para provocar una ruptura en las Fuerzas Armadas y el consiguiente golpe militar para derrocar a Maduro. La política exterior europea (si es que puede llamarse así) podría ser una fuerza moderadora si entretanto no hubiera perdido su alma.»(1) He de reconocer que mi temor no se ha hecho realidad hasta la fecha, aunque no han faltado intentos para que así fuera. Creo que el momento actual es otro de esos intentos. De ahí la importancia de reflexionar sobre el clamor en los medios de comunicación occidentales sobre la posibilidad de fraude en las recientes elecciones en Venezuela y el consenso en la derecha e izquierda sobre la necesidad de auditar los resultados. Esto me deja muy perplejo y me obliga a reflexionar.

viernes, 2 de agosto de 2024

La victoria de Nicolás Maduro y el golpismo latente


Carlos Fazio, La Jornada

Lo volvió a hacer. El chavismo bravío lo volvió a hacer. En medio de una campaña mediática de intoxicación (des)informativa y una guerra comunicacional de última generación en la que participó el propio Elon Musk −el megamillonario sudafricano residente en Estados Unidos y propietario de X, antes Twitter− como “padrino” de la extrema derecha venezolana, las bases bolivarianas volvieron a ganar otra batalla, esta vez en las urnas: Los votos le ganaron a los bots y a Elon Musk.

Pero la guerra sigue. En su fase actual, se trata de una guerra híbrida que utilizó las elecciones presidenciales del domingo 28 de julio como instrumento para impulsar un golpe de Estado oligárquico, contrarrevolucionario y de características fascistas, tutelado por Washington a través del Departamento de Estado; la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur del Pentágono, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), aunque algo limitada esta última porque tiene que operar desde la Embajada de EU en Colombia, con la colaboración del lobby cubano-estadunidense de Miami, Florida, con Marco Rubio y el senador Bob Menéndez (declarado culpable de 16 cargos penales debido a “un caso clásico de corrupción a gran escala” según dictaminó la corte federal) a la cabeza.

miércoles, 31 de julio de 2024

¿Otro intento de golpe con sabor a petróleo?


Aram Aharonian, Estrategia

La historia vuelve a repetirse como en los intentos de derrocar al gobierno constitucional venezolano en 2002, 2014, 2017 y 2019, al igual que sucediera en otros países de América Latina que no siguieran los dictados de Washington. Más allá de los dictados del gobierno de Estados Unidos y la imprescindible colaboración de los medios hegemónicos de comunicación, esta vez también utilizaron internet para atacar la transmisión de datos electorales.

Como en los peores tiempos de la Guerra Fría y del Plan Cóndor con el que Estados Unidos orquestó -junto a los gobiernos militares que impuso en la región- el genocidio de los dirigentes y militantes de izquierda en el hemisferio, varios gobiernos latinoamericanos se unieron a la embestida contra Venezuela y respaldaron a los golpistas de los últimos 22 años.

La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó a una reunión de emergencia para este miércoles con motivo del resultado de las elecciones presidenciales en Venezuela.

Venezuela: golpe en marcha


Editorial de La Jornada

De nueva cuenta, Venezuela se encuentra asediada por la amenaza de un golpe de Estado en busca de restaurar el régimen oligárquico dirigido desde Washington que controló al país hasta el triunfo de la revolución bolivariana en 1998. Los personajes y organismos que hace unas horas llamaban a respetar la democracia y propiciar la reconciliación nacional tiraron las caretas desde el instante en que se dieron cuenta de que su candidato fue derrotado en las urnas por el presidente Nicolás Maduro.

El intento en curso para deponer al gobierno constitucional venezolano e imponer una administración títere ha seguido un guion calcado del que ya padeció la nación caribeña en 2002, 2014, 2017 y 2019, mismo que se ha replicado en otros puntos de América Latina: los grandes medios de comunicación corporativos reproducen las acusaciones de fraude como si fueran hechos probados, desconocen la legalidad venezolana y pintan a los grupos de choque de la ultraderecha como heroicos luchadores por la democracia; organismos multilaterales de claros sesgos conservadores ponen en duda los resultados y legitiman las acciones violentas azuzadas por la oposición; cuyos líderes se proclaman triunfadores de manera unilateral y ponen en marcha mecanismos de desestabilización perfectamente coordinados, en los que han ganado destreza a lo largo de lustros de golpismo.

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