Después de dos años del discurso de Scholz sobre el "Zeitenwende" (punto de inflexión) alemán, Alemania se está convirtiendo en un grave factor de inestabilidad y en un símbolo de la decadencia del continente europeo.
Roberto Iannuzzi, Il Fatto Quotidiano
El modelo alemán ya no funciona. La mayor economía de Europa (alrededor del 24% del PIB de la UE) está en recesión, y no es un fenómeno temporal: el PIB de Alemania no ha crecido desde hace unos siete años.
Sin embargo, no es sólo la economía la que no funciona. El canciller Olaf Scholz encabeza el gobierno más impopular de la historia moderna del país: más de las tres cuartas partes de los alemanes están descontentos con sus acciones.
En las recientes elecciones regionales en Turingia, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) alcanzó el 32,8%, convirtiéndose en el primer partido. Un resultado ligeramente inferior (30,6%) se obtuvo en la cercana Sajonia, otro estado federado de la antigua Alemania Oriental.