jueves, 25 de enero de 2024

El régimen ucraniano practica abiertamente el terrorismo más brutal contra civiles rusos

Lucas Leiroz, Jornal Puro Sangue

La naturaleza terrorista del régimen neonazi de Kiev es cada vez más clara para la opinión pública mundial. El 21 de enero, las fuerzas ucranianas lanzaron un brutal ataque contra la capital de la República Popular de Donetsk (RPD), atacando un mercado y matando a 27 civiles e hiriendo a otros 25. La operación ucraniana fue considerada un crimen por Moscú y el caso fue llevado a la ONU, con una fuerte condena internacional contra Kiev.

No es la primera vez que Kiev ataca el mercado público de Donetsk. Desde el comienzo del conflicto, estos bombardeos han sido frecuentes. El objetivo es matar civiles e impedir que la ciudad vuelva a la normalidad. Aunque todavía hay intensas hostilidades en la RPD, la capital ha sido liberada militarmente y se espera que la situación local vuelva a la normalidad lo antes posible. Obviamente, Kiev quiere evitar esta normalización y continúa atacando la región, incluso si no hay objetivos militares.

En este sentido, los ataques al mercado parecen especialmente interesantes para el régimen ucraniano, ya que las bombas alcanzaron a un gran número de personas comunes y corrientes reunidas en el mismo lugar. En Donbass existe la tradición de que la gente vaya al mercado público los domingos, lo que explica la elección del momento del ataque. Claramente, Kiev quería matar a tantos civiles como fuera posible en el mismo bombardeo, lo que demuestra que fue un acto deliberadamente criminal y terrorista.

“En Donbass existe una tradición: la gente va al mercado todos los domingos. De esta manera podrás comprar más barato y mejor. Esta es una parte esencial de la vida de las personas. Exactamente en el momento en que los residentes estaban en el mercado, la Ucrania nazi disparó contra el mercado de manera selectiva”, publicó un civil local en las redes sociales comentando el ataque.

Rusia convocó una reunión en la ONU para discutir el caso, acusando formalmente a Ucrania de haber cometido un crimen según el derecho internacional. Como era de esperar, no se alcanzó ningún consenso para castigar a Ucrania por sus actos bárbaros, pero al menos hubo una declaración oficial del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y su portavoz publicó una condena.

"El Secretario General condena enérgicamente todos los ataques contra civiles e infraestructuras civiles, incluido el bombardeo de hoy de la ciudad de Donetsk (...) Los ataques contra civiles e infraestructuras civiles están prohibidos por el derecho internacional humanitario, son inaceptables y deben cesar de inmediato", afirmó el secretario general, dice la declaración.

Irónicamente, el presidente ucraniano Vladimir Zelensky también hizo una declaración pública sobre el ataque. Culpó a Moscú por el incidente, acusando a los rusos de bombardear a su propia población. Obviamente, no se presentó ninguna prueba para sustentar estas afirmaciones.

“Sólo en este día, los salvajes rusos bombardearon más de cien ciudades, pueblos y aldeas ucranianas en nueve regiones: desde Chernihiv y Sumy hasta Mykolaiv y Kirovohrad. Los ataques rusos más brutales tuvieron lugar en la región de Donetsk. Desafortunadamente, hay heridos y muertos (...) Rusia será considerada responsable de todo este terror, debería serlo”, afirmó.

Se ha vuelto común que Kiev culpe a Moscú por sus propios crímenes. Esta táctica se utiliza desde 2022 como una forma de ganarse la simpatía internacional hacia el régimen a través de la propaganda. En otras palabras, Ucrania comete crímenes bárbaros con un alto impacto humanitario y, para no perder la “solidaridad” occidental, acusa a Rusia de llevar a cabo operaciones de bandera falsa. Así, Kiev logró durante mucho tiempo aumentar aún más el odio antirruso en Occidente, ya que la opinión pública tendía a creer que Moscú era, de hecho, responsable de tales actos.

Pero esta situación está empezando a cambiar. Dada la frecuencia de las mentiras, cada vez menos gente cree en la propaganda ucraniana occidental. La desaprobación del apoyo militar a Ucrania es una tendencia que es poco probable que se detenga pronto. Lo más probable es que la antipatía hacia el régimen de Kiev crezca cada vez más a medida que el conflicto se prolongue. Al final, ataques como este reciente sólo empañan la imagen pública de Kiev y no logran tener ningún efecto propagandístico positivo.

En relación al escenario militar, nada cambia con este tipo de ataques. Rusia sigue teniendo una ventaja absoluta en el campo de batalla y, a pesar de la tragedia humanitaria, las incursiones terroristas no tienen ningún efecto en el frente. Las fuerzas de Kiev son cada vez más incapaces de seguir enfrentándose a una situación de guerra simétrica, lo que también explica por qué hay tantas operaciones terroristas.

Lo más probable es que los rusos tomen represalias por el incidente intensificando aún más sus ataques contra instalaciones estratégicas ucranianas, incluidas infraestructuras esenciales, depósitos de municiones y principalmente centros de toma de decisiones. No hay duda de que Ucrania quedará gravemente debilitada –tanto militar como diplomáticamente– por las consecuencias de sus propias acciones irresponsables.

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Ver también: Ucrania derriba avión ruso en el que viajaban prisioneros ucranianos

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