viernes, 12 de junio de 2009

Economía mundial se contraerá 3% en 2009


La economía mundial se contraerá un -3% este año, según alertó el Banco Mundial (BM), que había estimado hace tan sólo dos meses una caída de -1,75%. El organismo señaló que pese a la estabilización de los mercados financieros en muchos países desarrollados, el desempleo y la capacidad infrautilizada siguen aumentando, lo que ejerce una presión a la baja sobre la economía global.

Según el Banco Mundial, la mayoría de las economías en desarrollo se contraerán este año y afrontarán perspectivas cada vez peores a menos que la caída en las exportaciones, la inversión directa y las remesas se detenga en el 2010.
"Aunque se espera que el crecimiento repunte en 2010, el ritmo de la recuperación es incierto y los pobres en muchos países seguirán viéndose afectados por las consecuencias de la crisis", afirmó Robert Zoellick, presidente del BM.

Las nuevas previsiones del organismo llegan en vísperas de la reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los Ocho (G-8), integrado por EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Rusia, que se celebrará entre hoy y mañana en Italia.

Zoellick insistió en que será necesario movilizar recursos adicionales en los próximos meses para asegurar que los pobres no sigan pagando por una crisis que ellos no originaron. El responsable del BM indicó que los países en desarrollo afrontan un déficit de financiamiento de entre US$ 350.000 y US$ 635.000 millones este año.

jueves, 11 de junio de 2009

PIB de Rusia cae 9,8% el primer trimestre


La economía de Rusia ha sufrido su mayor contracción en 15 años, tras la caida en el primer trimestre de este año en un 9,8%, lo que ha obligado al gobierno a inyectar un plan de estímulo por 3 billones de rublos ($ 97 mil millones de dólares) para impulsar a las empresas y los bancos. El producto interno bruto cayó un 9,8 por ciento. La estimación preliminar del 15 de mayo era una contracción de 9,5 por ciento.
"El gobierno puede devaluar el rublo para fortalecer más las exportacionaes y hacer su paquete de estímulo más agresivo", señaló Danila Levchenko, economista jefe de la Corporación financiera Otkritie Corp. "Los resultados son peores a todas las previsiones y la economía se está bloqueado por una fuerte caída en la fabricación y exportación".

De esta manera, el mayor proveedor de energía cae en su primera recesión tras una década después de que la desaceleración mundial ha desplomado la demanda de productos básicos y las empresas luchar para encontrar financiamiento. El paquete de estímulo del gobierno no ha logrado impulsar los préstamos bancarios, a pesar de que el banco central redujo su tasa de interés principal en tres ocasiones desde el mes de abril.

Analistas ya advierten que la economía mundial se desplomará un 3% este año y que la economía no comenzará a vivir un rebote hasta el segundo semestre del próximo año.
El sector industrial descendió 23,5 por ciento en el primer trimestre, en comparación con una versión revisada del 6,6 por ciento de expansión en el mismo período del año pasado, pese a que el Presidente Dmitry Medvedev señaló el 6 de junio que la economía rusa se recuperaría "más rápido que tal vez había sido esperado".

Sin embargo, el Primer Ministro Vladimir Putin confía en que el aumento de los precios del petróleo ayudarán al país reducir su déficit presupuestario y reducir el uso del Fondo de Reserva, una de sus dos fondos de riqueza soberana. El déficit de la Federación Rusa puede ser el mayor en una década y alcanzar el 10 por ciento del PIB este año, según el Ministerio de Hacienda.

Vía | Bloomberg

Desempleo en América Latina subió a 8,5% en primer trimestre


La tasa de desempleo urbano en América Latina y el Caribe subió en 0,6 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2009 respecto al mismo período del año 2008, situándose en un nivel de 8,5%, informó hoy la Cepal y la OIT en su primer boletín conjunto sobre Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe: crisis y mercado del trabajo.

Según el informe, el hecho de que más de un millón de personas quedaran desempleadas en los tres primeros meses del año, refleja el impacto de la crisis internacional sobre los mercados laborales de la región.

En vista de los pronósticos sobre el crecimiento económico de 2009, las entidades estimaron que la tasa media anual de desempleo urbano aumentará a un rango que va de un 8,7% a un 9,1%, un aumento importante frente al 7,5% registrado para 2008, cuando según las dos organizaciones la crisis le puso fin a un "ciclo positivo" de cinco años en la región.

Esto significaría que entre 2,8 y 3,9 millones de personas podrían sumarse a los 15,9 millones de personas desempleadas que había en 2008 en las zonas urbanas.

En la publicación se indica que si bien el desempleo sigue afectando de manera más intensa a las mujeres, la desaceleración económica ha impactado más a los hombres a comienzos de 2009, particularmente en las economías más grandes de la región. Se plantea, además, la posibilidad de que frente a la dificultad de encontrar empleo asalariado, segmentos de la población en edad activa se incorporen a realizar actividades informales en los hogares o en trabajos por cuenta propia de escasa productividad e ingresos, con la lógica fundamental de sobrevivir.

Igualmente, en el mercado formal de trabajo se esperaría una tendencia creciente a informalizar los contratos, con la idea de reducir costos laborales. Esto traería como consecuencia una mayor precarización del empleo y desprotección social. Es probable que en muchos hogares de menores ingresos la crisis impulse a miembros no activos a la búsqueda de empleo o a incorporarse a alguna actividad laboral, incluyendo a niños, jóvenes, mujeres o grupos de mayor edad.

Entre los hogares de ingresos medios-altos la crisis podría alentar el retiro de algunas personas del mercado laboral, hasta cuando las condiciones cambien. Durante el primer trimestre de 2009, en varios países se registra una caída de la tasa de participación, la cual limita el aumento de la tasa de desempleo abierto.

De acentuarse la crisis se espera un mayor déficit de trabajo decente con consecuencias adversas sobre los ingresos y las condiciones de vida de la población, dice el boletín.

Acceso al boletìn América Latina y el Caribe: crisis y mercado del trabajo.

CEPAL-OIT-LATAM

OMS eleva gripe a nivel de pandemia


La Organización Mundial de la Salud elevó a 6 (máximo en la escala) el nivel de alerta por la gripe A, aunque precisó que se trata de "una pandemia moderada".
"Pandemia significa extensión (del virus). Pero un mayor nivel de alerta pandémico no significa necesariamente que vayamos a ver un virus más peligroso o que mucha gente vaya a caer gravemente enferma", dijo en una conferencia de prensa la directora general de la OMS, Margaret Chan.

Tras señalar que se trata de "la primera pandemia del siglo XXI" -desde 1968- y remarcar que el mundo está bien preparado para afrontarla, afirmó que "moderada" es la calificación "global" de la pandemia, pero que cada gobierno tendrá que calibrar su respuesta de salud pública según su situación concreta.

En esa línea, argumentó que se debe tener en cuenta la vulnerabilidad de la población en un país específico, así como su sistema de salud. La directora general de la OMS reconoció que el hecho de que la mayoría de los casos de gripe A en el mundo sean leves puede llevar a mucha gente a preguntarse "por qué se declara una pandemia", pero advirtió que no hay que dejarse llevar por la complacencia y bajar la guardia.

"El balance entre una reacción extrema y la complacencia es uno de los asuntos que preocupan a la OMS", señaló Chan, tras reconocer que algunos gobiernos estaban preocupados por posibles reacciones negativas tras la declaración de la alerta máxima. La responsable de la OMS subrayó que se ha decidido declarar la fase 6 después de recibir del comité de expertos toda la información y pruebas de que existe una transmisión estable del virus en comunidades de algunos países fuera de la primera región afectada, Norteamérica.

miércoles, 10 de junio de 2009

Déficit fiscal de Estados Unidos fue de US$189.000 millones en mayo


El déficit en el presupuesto del Gobierno de Estados Unidos creció en mayo en US$189.700 millones, debido a la caída en las recaudaciones y a los enormes gastos en programas de estímulo económico y socorro financiero. Con esta cifra, en los ocho primeros meses del año fiscal 2009 el déficit del presupuesto asciende a US$991.900 millones, tres veces más de los US$319.400 millones en igual período para el año 2008.

El informe mostró que en mayo los gastos sumaron US$306.900 millones, un 6% más que en mayo de 2008, entre los que se incluyen US$18.000 millones del programa de socorro para los bancos, las instituciones financieras y las empresas fabricantes de vehículos automotores. Las recaudaciones gubernamentales en mayo fueron de US$117.200 millones, una disminución de 6% en relación a mayo de 2008.

En comparación con los ocho primeros meses del período fiscal 2008, las recaudaciones cayeron 18% y sumaron US$1,37 billones, las más bajas en cuatro años. Los gastos subieron 19% y completaron US$2,37 billones. Para todo el año fiscal, que concluye el 30 de septiembre, el Gobierno del presidente Barack Obama, que heredó la peor recesión económica en siete décadas, calculó que el déficit ascenderá a US$1,84 billones.

Precio del petróleo nuevamente al acecho


La demanda de petróleo cayó el año pasado por primera vez desde 1982 y alcanzó los niveles de 1974 de acuerdo al gigante energético BP. Esta reducción mundial en la demanda llegó al 0,6% el año pasado, tras la prolongada caída de Estados Unidos, donde la demanda se redujo en 5,4%.

El consumo mundial de petróleo experimentó un fuerte desplome producto de la desaceleración de la economía mundial, que fue agravada a mediados del año pasado precisamente por la exhorbitante alza en el precio del crudo. En pleno desarrollo de la crisis el barril de petróleo llegó a los 147 dólares en julio del año pasado, su máximo histórico.

Por eso que el año 2008 quedará marcado por el fuerte impacto petrolero que tras varios años de alzas ininterrumpidas tocó su techo en julio para caer en apenas cinco meses a menos de un cuarto de su valor al pasar de 147 dólares a 34 dólares el barril a fines de diciembre. No obstante, el precio del petróleo ha comenzado a recuperar terreno nuevamente y hoy alcanzò los 71 dólares el barril en un alza que supera el 100% en menos de seis meses.

Ahora que la demanda de los países en desarrollo como India y China comienza a ser más estable dado su desacople de las economìas occidentales, el peligro de un nuevo repunte del precio del petróleo a los exhorbitantes niveles del año pasado vuelve a estar latente. Si es así, muchas economìas verán sepultados sus intentos de recuperación y sufrirán un alargue de la crisis.

Chile se queda sin traje de baño

La contracción del comercio internacional ha resultado mayor a lo previsto. En Chile, el derrumbe de las exportaciones durante mayo alcanzó el 32,9 por ciento, un tercio menos que en mayo del año pasado. Pese a esto, Chile tuvo un superávit comercial de 956,4 millones de dólares en mayo, un 30,7 por ciento más que en el mismo mes del año pasado, lo que demuestra que la caída de la importaciones siguió la misma tendencia. Este superávit comercial estuvo por sobre lo anticipado por los analistas, que esperaban un saldo positivo promedio de 620 millones de dólares.

El Banco Central de Chile aseveró que las exportaciones sumaron 3.895 millones en mayo, con una caída de 32,9 por ciento frente al mismo mes de año pasado, lo que demuestra los fuertes efectos que está alcanzando la crisis financiera en la economía chilena pese a que tanto el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, como el presidente del Banco Central, José de Gregorio, minimizaran el año pasado los efectos de la crisis y aseguraran que Chile estaba "blindado" y tenía "el traje de baño bien puesto".

Las importaciones también tuvieron una baja interanual de un 42 por ciento, a 2 mil 938,8 millones de dólares en mayo, dando cuenta de la fuerte contracción de la demanda interna. En lo que va corrido del año la balanza comercial ha acumulado un superávit de 4.082,5 millones de dólares, menos de la mitad de los 8 mil 547,5 millones de dólares de igual período del año pasado.

Algo para recordar: Andrés Velasco: "Chile tiene el traje de baño muy bien puesto"

martes, 9 de junio de 2009

Llegan los números rojos a la novena potencia mundial

Brasil, la novena economía del planeta, ha entrado oficialmente en recesión tras una caída el primer trimestre de -0,8%, sumando su segundo trimestre a la baja tras el -3,6% de finales del año pasado.

Según ha hecho público el Ministerio de Hacienda brasileño, el deterioro de la industria, que ha caído un 3,1% en este periodo, y el descenso en un 0,5% de la agricultura han llevado a la novena potencia mundial en poder de paridad de compra a números rojos. Frente a estos descensos, el sector servicio logra revertir la tendencia y crece un 0,8%, aunque es incapaz de cambiar el signo negativo del conjunto del país.

La economía brasileña comenzó a retroceder en octubre del año pasado como consecuencia de la crisis económica global, que causó una fuerte bajada de la demanda internacional por materias primas, de las que Brasil es uno de los mayores exportadores mundiales.

El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Strauss-Kahn, advirtió ayer que muchas de las cifras de los países emergentes "realmente dan miedo", y reflejan "que el drama es mucho mayor que en los países desarrollados". En su opinión, la crisis financiera ha provocado que muchos de estos países encaren problemas "de vida o muerte" y advirtió del grave peligro de inestabilidad civil en esos países.

Las raíces profundas de la crisis económica

El crash bursátil y la quiebra de importantes bancos han sido el preámbulo del cierre de empresas y del aumento del desempleo. Esto es debido al hecho de que las finanzas ya no son un aspecto parasitario de la actividad económica, sino un componente central de la misma. Se ha desvanecido pues la contraposición entre economía real y finanzas que marcó el análisis histórico del capitalismo.

Christian Marazzi, Il Manifesto

La economía financiera abarca hoy todo; es decir, se extiende a lo largo de todo el ciclo económico, lo acompaña, digamos, de comienzo a fin. Hoy estamos metidos en los asuntos financieros –para utilizar una imagen– cuando vamos de compras al supermercado, desde el momento en que pagamos con una tarjeta de crédito. La industria automovilística, por poner un ejemplo, funciona enteramente con mecanismos crediticios (ventas a plazos, leasing), por lo que los problemas de una General Motors tienen tanto que ver con la producción de automóviles como, si no sobre todo, con la debilidad de la Gmac, su filial especializada en crédito al consumo, indispensable para vender sus productos a los consumidores. Estamos pues en un momento histórico en el que las finanzas son consustanciales a toda la producción misma de bienes y servicios.

Además de los beneficios industriales no reinvertidos en bienes de capital y salarios, las fuentes que alimentan la financiación, hoy día, se han multiplicado: hay los beneficios derivados de la repatriación de dividendos y royalties provenientes de las inversiones directas en el extranjero; los flujos de intereses derivados de los préstamos al Tercer Mundo, a los que se añaden los flujos de intereses sobre los préstamos bancarios internacionales a los países emergentes; las plusvalías derivadas de las materias primas; las sumas acumulada por familias y particulares ricos invertidas en los mercados bursátiles y los fondos de pensiones y de inversión. La multiplicación y la extensión de las fuentes y los agentes del capital poseedor de intereses es sin duda uno de los rasgos distintivos, inéditos y problemáticos del nuevo capitalismo financiero, en particular si reflexionamos sobre la posibilidad de modificar este sistema, de desfinanciarizarlo, restableciendo así una relación más equilibrada entre economía real y economía financiera.

Acumulación monetaria

Como las precedentes, esta financiarización parte también de un bloque de acumulación entendida no como reinversión de los beneficios en los procesos directamente productivos (capital constante, es decir, bienes materiales; y capital variable, es decir, salarios). De hecho, se inicia con la crisis de crecimiento del capitalismo fordista a partir de los años setenta. Estaban presentes, en aquellos años, todas las premisas para una reedición de la clásica financiarización basada en la dicotomía entre economía real (industrial) y economía monetaria, con la consiguiente desviación de la tasa de beneficio en favor de los mercados financieros para asegurar un crecimiento de los beneficios sin acumulación. Desde comienzos de los años 80 “la fuente principal de las burbujas financieras es el crecimiento tendencial del beneficio no acumulado, crecimiento resultante de un doble movimiento: por una parte, la reducción generalizada de los salarios; y, por otra, el estancamiento –incluso la reducción– de la tasa de acumulación, a pesar del restablecimiento de la tasa de beneficio” (Michel Husson Les enjeux de la crise, La Brèche). Por tasa de acumulación se entiende la tasa de crecimiento del volumen de capital neto, mientras que por tasa de beneficio se entiende la relación entre beneficio y capital: la divergencia entre las dos tasas, a partir de 1980, representa un indicador cierto, aunque no el único, de la financiarización. Pero, como hemos dicho, a los beneficios industriales no reinvertidos se han añadido, poco a poco, otras fuentes de acumulación de capital financiero, un dato que habremos de tener presente para comprender las transformaciones del modelo de desarrollo: la crisis post fordista. En particular, la financiarización ha implicado un proceso de desintermediación bancaria, en lo relativo a la financiación del crecimiento económico (preponderancia del modelo anglosajón sobre el renano), pero también ha conocido un proceso de multiplicación de los intermediarios financieros, como resultado de la desregulación y liberación de la economía.

El consumo del rentista

La transición del modo de producción fordista al capitalismo accionarial de los gestores, que está en la base del capitalismo financiero de hoy, se explica de hecho a la luz de la caída de los beneficios industriales (en torno al 50%) entre los años sesenta y setenta, debido al agotamiento de las bases tecnológicas y económicas del fordismo, en particular la saturación de los mercados de bienes de consumo de masas, la rigidez de los procesos productivos, del capital constante y del salario obrero, políticamente rígido y descendente. En el momento álgido de su desarrollo, a partir de una determinada composición orgánica del capital (es decir, de la relación entre capital constante y capital variable), el capitalismo fordista ya no fue capaz de chupar plusvalía del trabajo obrero vivo. “Por consiguiente, desde los años 70, la principal fuerza propulsora de la economía mundial ha sido la incesante tentativa de las empresas capitalistas –a instancias de sus propietarios e inversores– de llevar, por diferentes caminos, la tasa de beneficio a los niveles más altos de veinte años antes” (Luciano Gallino: L'impresa irresponsabile, Einaudi). Ya sabemos lo que sucedió: reducción del coste del trabajo, ataques a los sindicatos, automatización y robotización de procesos productivos enteros, deslocalización a países de bajos salarios, precarización del trabajo y diversificación de los modelos de consumo. Y, efectivamente, financiarización, es decir aumento de los beneficios no como excedentes de los ingresos (es decir, no según la lógica manufacturera-fordista), sino como excedente del valor en Bolsa.

No cabe duda de que en la configuración post fordista del capitalismo financiero en la que la parte de los salarios se reduce y se precariza y las inversiones de capital se estancan, el problema de la realización de los beneficios (es decir, la venta de la plusvalía producida) remite al papel de consumo por medio de rentas no salariales. Bajo este perfil distributivo, la reproducción del capital (con la polarización de la riqueza extremadamente elevada que lo caracteriza) se efectúa en parte gracias al aumento del consumo de los rentistas y en parte gracias al consumo endeudado de los asalariados. La financiarización ha redistribuido, aunque de un modo fuertemente desigual y precario (pensemos en las rentas de pensiones derivadas de la pensión integradora según el primado de las contribuciones), rentas financieras también a los trabajadores asalariados en la doble forma de rentas muebles e inmuebles (en EE UU, respectivamente del 20% y del 80%). Hay pues una suerte de transformación de la renta salarial, además de la del beneficio.

El endeudamiento de las economías domésticas, al que corresponde una reducción más o menos pronunciada del ahorro, según nos situemos en EE UU o en Europa, es lo que ha permitido al capitalismo financiero reproducirse a escala ampliada y global. Se puede afirmar que, paralelamente a la reducción de la función redistributiva del Estado social, en este periodo se ha asistido a una especie de privatización del deficit spending, de keynesiana memoria, es decir, la creación de una demanda acumulada por medio de la deuda privada (con un relativo desplazamiento del riesgo hacia las economías domésticas privadas).

La explosión de la deuda privada se ha visto facilitada, sobre todo tras el hundimiento del Nasdaq de 2000-2002, por una política monetaria muy expansiva y por la desregulación bancaria, una política que ha favorecido la titularización de los títulos de respaldo de la deuda (Collaterized Debt Obligation y Collaterized Loans Obligations), a los que se unen los Credit Default Swaps (permutas de cobertura por incumplimiento crediticio), los títulos de seguro derivados que se intercambian (de hecho, por medio del trueque) entre los operadores para protegerse contra los riesgos de inversión. El conjunto de todos estos derivados del crédito asciende ya a una cifra en torno a los 62.000 millones de dólares.

A partir de la crisis de la new economy de 2000-2002, el mercado inmobiliario estadounidense conoce una aceleración espectacular, en particular si se recuerda que ya en 2001 los precios de los bienes inmuebles eran ya muy elevados, tanto que los analistas consideraban que en 2002 existía ya una burbuja del sector. Gracias a la titularización de las hipotecas subprime, en cambio, ha sido posible impulsar la inflación del sector inmobiliario hasta el estallido de la burbuja en 2007.

La pobreza cotiza en bolsa

La expansión de las hipotecas subprime demuestra que para crecer y obtener beneficios el capital financiero requiere la participación, además de la franja media, también a los pobres. Para funcionar, este capitalismo debe invertir en la vida desnuda de personas que no pueden proporcionar ninguna garantía, que no ofrecen nada salvo a sí mismos. Es un capitalismo que hace de la vida desnuda una fuente directa de beneficio. Lo hace basándose en un cálculo de probabilidades según el cual el reembolso fallido de un préstamo se considera gestionable –es decir, secundario–, si se considera a escala de toda una población. La lógica financiera que subyace al cálculo de probabilidades es particularmente cínica: los títulos emitidos a partir del pool de créditos hipotecarios reagrupados de los bancos de negocios se construyen según el principio de la subordinación, es decir, de una jerarquía de riesgo interna de los títulos emitidos. El primer lote, el inferior, tendrá un riesgo elevado. El intermedio presentará un riesgo reducido, y el más elevado (super senior y senior), constituido de los mejores títulos, se considerará particularmente seguro. De este modo, el lote superior queda protegido de los inferiores, en el sentido de que será la parte de los títulos de mayor riesgo la primera que saltará en caso de pérdidas para los inversores. El acceso al bien-vivienda se construye basándose en modelos matemáticos de riesgo en los que la vida de las personas no cuenta en absoluto, en los que los pobres se enfrentan a los menos pobres, y en los que el derecho social al alojamiento está artificialmente subordinado al derecho privado de realización del beneficio. Con el visto bueno de los economistas académicos que en todos estos años han puesto sus competencias científicas y su dignidad a disposición de la industria financiera (1)

El límite de la propiedad social

El umbral de este proceso inclusivo lo marca la contradicción entre el derecho de propiedad social de un bien (por ejemplo, la vivienda) y el derecho de propiedad privada, entre la expansión de las necesidades sociales y la lógica privada de las finanzas de mercado. En este límite se juega el futuro del conflicto social, y también la capacidad o incapacidad del capital de salir de su propia crisis. Se trata de un umbral temporal, si sólo se piensa, por ejemplo, en la arquitectura de los contratos hipotecarios típicos de las hipotecas subprime. La fórmula del 2+28, en la que en los primeros dos años los intereses hipotecarios son fijos y bajos, precisamente para cooptar cada vez más a los propietarios, y los otros 28 a tipos variables, y por consiguiente sujetos a la marcha general de la coyuntura y de la política monetaria, representa un ejemplo de contradicción entre el derecho de propiedad social y el derecho de propiedad privada. Tras dos años de relativo predominio del valor de uso (derecho de acceso al alojamiento), se pasa a 28 años de predominio del valor de cambio, con efectos de expulsión/exclusión extremadamente violentos. De este modo, la lógica financiera produce un (bien) común, que más tarde divide y privatiza con la expulsión de los habitantes del bien común mediante la creación artificial de escaseces de todo tipo: escasez de medios financieros, liquidez, derechos, deseos y poder. Un proceso que recuerda la época de los cercamientos del siglo XVII (enclosures), en la que los ciudadanos que vivían en y de la tierra concebida como bien común fueron expulsados mediante procesos de privatización y división de la tierra comunal, procesos que dieron origen al proletariado moderno y a su vida desnuda.

1. Sobre el modo cómo la crisis financiera actual revela también la crisis de la ciencia económica académica, véase: David Colander et al., The Financial Crisis and the Systemic Failure of Academic Economics, en Economists View

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Christian Marazzi es economista, profesor universitario y director de investigación socioeconómica en la Scuola Universitaria della Svizzera Italiana (Suiza). Ha trabajado para el Departamento de Asuntos Sociales del cantón de Ticino (Suiza) y ha enseñado en la Universidad del Estado de Nueva York, y en las universidades de Padova, Lausana y Ginebra. Es autor de numerosas publicaciones sobre la transformación del trabajo y la economía del post fordismo. Ha publicado, entre otros, Il posto dei calzini: la svolta linguistica dell'economia e i suoi effetti sulla politica (Bollati Boringhieri, 1999) , E il denaro va: esodo e rivoluzione dei mercati finanziari (Bollati Boringhieri, 1998), y Capitale & linguaggio: dalla new economy all'economia di guerra (DeriveApprodi, 2002)
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Traducido para Rebelión por S. Segui.
Il Manifesto
Enlace a texto en Rebelión

FMI advierte "potencial riesgo inflacionario"

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió sobre el potencial riesgo inflacionario que puede vivir la economía mundial una vez que la recesión global termine.

“El riesgo de una rápida inflación al final de la recesión es un riesgo real”, dijo Strauss-Kahn ayer en una conferencia en Montreal. “No es muy temprano para pensar sobre cómo lucirá el mundo al final de la crisis”.

El director del FMI reiteró su pronóstico de una recuperación global en la primera mitad de 2010, con el “punto de inflexión” probablemente entre septiembre y octubre de este año. En abril, el FMI aseguró que la economía mundial se contraerá 1,3% este año, seguido de una expansión de 1,9% en 2010. Sin embargo, Strauss-Kahn reiteró que la recuperación depende de “una limpieza de los balances del sector financiero”.

Más cauto fue el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien advirtió que aún existe un alto nivel de inseguridad con respecto al panorama de la economía global, aun cuando el crecimiento chino podría sorprender al alza.

“China podría sorprender al alza. Actuó rápida y agresivamente para estimular la demanda. Ha revertido con éxito las cifras negativas y ha comenzado a tener buenas señales”, dijo Zoellick.


Una encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que su panorama económico decayó a un ritmo más lento en abril y mostró indicaciones más fuertes de que la crisis podría haber tocado fondo en Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido.

México y Japón, los más afectados por la caída del comercio

México y Japón son los países más afectados por la crisis dada la fuerte contracción de su comercio hacia Estados Unidos. En el primer trimestre del año la economía mexicana se redujo un -8,2% respecto a igual período del año pasado, la peor contracción trimestral desde el tequilazo de 1995. México completó así dos trimestres consecutivos de fuerte caída en el PIB dado que el cuarto trimestre de 2008 el descenso fue de -1,65%.

Los datos del último trimestre reflejan una drástica caída en el sector secundario, que incluye minería, electricidad, agua, gas, construcción e industria manufacturera, que llegó a -9,9%. La industria manufacturera que en gran parte actúa como una maquiladora dependiente de su vecino del norte, sufrió un serio revés de -13,8%. En un desgloce del sector manufacturero, 19 de los 21 subsectores registraron caídas en el primer trimestre, destacando los de: Maquinaria y equipo (-21.5%), Metálicas básicas (-26.4), Equipos electrónicos (-29.0) y Equipo de transporte (-38.3%).

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lunes, 8 de junio de 2009

George Soros: China será el primer país en salir de la crisis

El inversionista estadounidense George Soros señaló, en un foro en la ciudad china de Shanghai, que considera que el gigante asiático será el primer país del mundo que superará la crisis financiera global.

"Su pauta de recuperación será más rápida que en el resto del mundo", señaló Soros, uno de los principales inversionistas de la aerolínea china Hainan Airlines, en un discurso pronunciado en la Universidad de Fudan de Shanghai, y añadió que el gigante asiático "crecerá más rápido de lo que la mayoría espera".

"China debería jugar un papel constructivo en la reconstrucción del sistema económico global y tener una mayor voz en él", añadió Soros, citado hoy por el diario oficial "Shanghai Daily".

El inversionista resaltó el "agresivo" paquete de estímulo económico de 4 billones de yuanes (US$ 586.000 millones) puesto en marcha por el Gobierno chino y sus intenciones de aumentar el gasto nacional y las inversiones en el extranjero como respuesta al impacto sufrido por la caída del comercio mundial.

En la conferencia, Soros también señaló que espera que surja "un nuevo mundo" tras la crisis económica global, aunque admitió que por el momento no ve señales de recuperación. "Nada como esto había pasado desde la Gran Depresión y el problema está arraigado de manera profunda en el sistema financiero", añadió Soros.

El imperio de las divisas espera la llegada de la dinastía yuan

Pedro Calvo El Economista

El futuro comenzó a escribirse el 21 de julio de 2005. Ese día las autoridades chinas dieron un paso en apariencia pequeño, pero que en el fondo supuso el inicio de un proceso irreversible. Un movimiento milimétrico, tanto por su magnitud como por la precisión quirúrgica con la que se emprendió, que en su ADN incorporó la semilla de un combate futuro. Una batalla que amenazará con alterar el orden cambiario del último siglo.

En litigio estará el cetro mundial, el privilegio de ser la divisa más fuerte del mundo. El reinado del dólar estadounidense será puesto a prueba. Pero no por el euro, como cabía esperar, sino por la irrupción de una nueva dinastía. La de la moneda china. El yuan.

Aquella jornada de julio, Pekín comenzó a levar las anclas que habían mantenido prácticamente inmóvil a la divisa del gigante asiático desde 1994. Durante esos 11 años, la moneda contó con un margen de variación ínfimo contra la estadounidense, a la que estaba vinculada.

Apenas oscilaba entre los 8,277 y los 8,30 yuanes por dólar. El país estaba preparando el salto a la primera división de la economía mundial, y para ello quiso un aliado en su moneda, de ahí que los estrictos dirigentes chinos impidieran su apreciación. Sería más fácil exportar, y por tanto crecer, con una divisa barata.

Pero ese día le permitieron subir un 2,1%, hasta las 8,11 unidades, y accedieron a que desde entonces emprendiera un camino que técnicamente se conoce como flotación sucia. Es decir, en adelante iban a permitir que el yuan se revaluara, pero no libremente -como ocurre con las divisas de los países desarrollados-, sino de forma limitada y dirigida. Además, el norte de la brújula de la moneda asiática ya no sería únicamente el billete verde, sino que su valor iba a estar referenciado a una cesta de monedas. El viaje había comenzado.

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domingo, 7 de junio de 2009

El Estado ha vuelto... y a lo grande

¿Qué fue de los Amos del Universo satirizados por Tom Wolfe? Los ministros de Finanzas ocupan hoy su lugar. En contra de tantos augurios, Al Qaeda y la crisis han devuelto el protagonismo a los Gobiernos

PAUL KENNEDY

Hace unos 500 años, en algunas zonas de Europa occidental, ocurrió algo curioso en la sociedad humana. En vez de pequeñas unidades territoriales -ducados, principados, ciudades libres, áreas gobernadas por caudillos anárquicos y fronteras llenas de violencia- aparecieron varias naciones-Estado (España, Francia, Inglaterra y Gales), cuyos Gobiernos poseían poderes extraordinarios: el monopolio del ejército y la policía, el derecho a recaudar impuestos y el establecimiento de estructuras uniformes de gobierno, además de una asamblea nacional, una lengua común, una bandera, un sistema de correos y todos los demás atributos de la soberanía que los 192 miembros actuales de la ONU dan por descontados.

Pero ese Estado nunca careció de enemigos ni de críticos, entre ellos los numerosos intelectuales que se atrevieron a predecir su desaparición. Por ejemplo, Karl Marx profetizó que el éxito futuro del comunismo internacional llevaría de forma inevitable al "desvanecimiento gradual del Estado". También los partidarios de una Federación Mundial en los años cuarenta del siglo XX propugnaron la instauración de varias formas de gobernanza mundial, incluido un Parlamento de toda la humanidad.

Más recientemente -y esto nos aproxima al tema de este artículo-, los defensores del capitalismo de libre mercado sin ningún tipo de control dijeron que el mundo estaba convirtiéndose en un bazar único en el que los Gobiernos eran cada vez más ineficaces, las guerras y los conflictos eran una cosa del pasado, la guerra fría era una curiosidad histórica y las finanzas cosmopolitas eran la fuerza dominante en los asuntos internacionales.

Los lectores recordarán libros con títulos tan sugerentes como El mundo sin fronteras (Kenichi Ohmae, 1990) y provocadores artículos sobre El final de la historia (Francis Fukuyama, 1989) como ejemplos de este tipo de pensamiento. Si había un grupo de actores al que perteneciera el mundo, era a los juveniles banqueros de Goldman Sachs, los capitalistas de riesgo y los jadeantes economistas del laissez-faire. El Estado se había quedado anticuado, sobre todo en sus variantes más grandes.

Pues bien, dos grandes erupciones de principios del siglo XXI han puesto en tela de juicio la hipótesis de que ya no necesitamos ni tenemos que prestar atención a lo que los conservadores estadounidenses llaman, con desprecio, el "gran gobierno".

La primera fueron los atentados terroristas del 11-S. Aquellas acciones mortales e inesperadas por parte de unos actores no estatales hirieron profundamente a la nación más poderosa de la tierra y la empujaron a llevar a cabo una increíble variedad de respuestas contra Al Qaeda y los talibanes. Todas las medidas de seguridad, la enorme acumulación de datos sobre cada ciudadano, la comunicación de informaciones de inteligencia nacional con otros Estados y las medidas coordinadas contra las cuentas bancarias sospechosas y los artículos prohibidos fueron algunas de las muchas consecuencias de la llamada guerra contra el terror. (Como nota personal, este artículo lo he escrito durante un viaje reciente alrededor del mundo en el que siempre estuvo presente el "Estado"; en el aeropuerto de Roma tuve que pasar tres controles de seguridad. Hace 20 años, habría resultado increíble).

Si a esos miedos al terrorismo unimos el inmenso malestar sobre la inmigración ilegal y las medidas contra ella, tenemos la impresión de que el "mundo sin fronteras", si es que alguna vez existió, se ha visto sustituido por controles gubernamentales y exhibiciones de autoridad en todas partes.

El segundo acontecimiento desafortunado y aterrador ha sido la crisis financiera internacional de 2008-2009, en la que la irresponsabilidad generalizada en el mercado de las hipotecas basura de Estados Unidos ha causado una onda expansiva que ha alcanzado a todo el mundo.

Se pueden decir muchas cosas sobre esta convulsa situación, pero una de las más importantes es seguramente cómo ha humillado a quienes el novelista estadounidense Tom Wolfe llamó con sarcasmo "los Amos del Universo", es decir, los banqueros, los asesores de fondos de inversión y los falsos profetas de un índice Dow Jones en crecimiento constante. También han acabado aplastadas algunas de las entidades financieras más venerables y distinguidas. Para las personas que han perdido sus casas o han visto cómo se diezmaban sus ahorros y sus pensiones, la humillación pública de banqueros y consejeros delegados que hemos presenciado durante el último año no es más que un triste consuelo parcial. Para los millones de trabajadores que han perdido sus empleos o se han visto forzados a reducir sus jornadas de trabajo debido a la recesión mundial, el grado de castigo de los ricachones no es, ni mucho menos, suficiente.

Pero eso no es lo que quiero dejar claro aquí. Lo que quiero decir es que el mundo del capitalismo de libre mercado sin control se ha encontrado con un final brusco y escalofriante y que el Estado ha tenido que intervenir para hacerse con el control de la situación tanto económica como política.

En varias partes del mundo, por supuesto, el Estado nunca se quitó de en medio, y a finales de los noventa ya había indicios de que estaba aumentando sus poderes en países tan distintos como Rusia, China, Venezuela y Zambia. Pero lo que resulta más llamativo es el reciente vuelco en las economías que hasta ahora se regían por el mercado, sobre todo en Estados Unidos.

Ver a los principales banqueros estadounidenses interrogados una y otra vez en los comités del Congreso, ver cómo sus empresas están sujetas a "pruebas de estrés" gubernamentales, enterarnos de que sus salarios y primas van a tener en el futuro un "tope", es ver cómo se derriba a unos gigantes. Y es un poderoso recordatorio de la fuerza latente del Estado-nación.

Lo mismo ocurre, lógicamente, en la esfera internacional. ¿Quiénes son hoy los Amos del Universo: los señores del capital privado, cuyas limusinas y cuyos helicópteros entraban y salían cada año del Foro Económico Mundial en Davos, o los adustos responsables de nuestros principales ministerios de Hacienda y bancos centrales? La respuesta es evidente.

Hasta las grandes instituciones financieras mundiales bailan al son que les marcan sus amos políticos, es decir, los Gobiernos que más voz tienen en ellas. Tal vez el Fondo Monetario Internacional vaya a disponer de unos cuantos cientos de miles de millones de dólares más para ayudar a las economías dañadas y las divisas en bancarrota, pero ¿quién lo ha autorizado?

Por supuesto, un grupo de gobiernos nacionales que comprendieron la necesidad de rescatar el sistema financiero mundial. Da igual que lo decidiera el viejo G-7 o el nuevo G-20 en su reciente reunión de Londres; el caso es que fue claramente un G-algo, es decir, fue una acción de "gobierno".

En resumen, el Estado ha vuelto a primera fila (si es que alguna vez dejó el teatro, y no estaba meramente descansando entre bambalinas). En la mayoría de los países, la parte gubernamental del PIB está aumentando sin cesar, en consonancia con el gasto oficial y las deudas nacionales. Todos los caminos parecen llevar al Congreso, o el Parlamento, o el Bundestag; o al Banco Popular de China. Los mercados observan con ansiedad el menor indicio de alteración de los tipos de interés o cualquier afirmación, por muy calculada o torpe que sea, sobre la fortaleza del dólar estadounidense.

Todas estas cosas no habrían sorprendido a los reyes Valois de Francia, ni a los monarcas Tudor, ni a Felipe II de España. Al final, y para utilizar una frase favorita del presidente Harry Truman, "la responsabilidad es mía". Es decir, de los líderes políticos, que, elegidos o no, son quienes suelen tener las riendas del poder.

Era una locura pensar que esa vieja verdad ya no era válida en los últimos años, sólo por las especulaciones de algunos responsables de fondos alternativos y unos cuantos banqueros excesivamente ambiciosos.

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© 2009, Tribune Media Services, Inc.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Paul Kennedy ocupa la cátedra J. Richardson de Historia y es director de Estudios sobre Seguridad Internacional en la Universidad de Yale. Está escribiendo una historia de la Segunda Guerra Mundial.

Entre la agonía y el éxtasis, cómo el precio del petróleo complica la crisis


Marco Antonio Moreno

El mayor paquete de ayuda a la crisis económica mundial no ha provenido de los rescates masivos que han significado millonarias inyecciones de recursos para sostener al sistema financiero. El alivio real para el mundo provino de la sistemática baja que tuvo el precio del crudo desde los 147 dólares el barril a que llegó en julio del año pasado, a los 35 dólares que alcanzó a principios de este año.

Esto significó una ayuda real para millones de consumidores que pudieron articular y ordenar su presupuesto en tiempos de una fuerte crisis económica, permitiendo a las personas disponer de más dinero en el bolsillo. Sólo en los Estados Unidos el ahorro producido por el petróleo barato alcanzó los 280 mil millones de dólares. Parte del fenómeno deflacionario se debe a la fuerte caída en la demanda global.

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