lunes, 30 de septiembre de 2024

Biden y su discurso "orwelliano"


Editorial de La Jornada

Después de varios días de brutales ataques israelíes contra Líbano, Siria y Yemen, y a casi un año de que Israel lanzara una operación de exterminio contra la población palestina de Gaza, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que debe evitarse “una guerra total” en Medio Oriente. Tal declaración tiene por contexto un próximo encuentro del mandatario con el jefe del régimen israelí, Benjamin Netanyahu, y luego de que Washington se sumara a las expresiones de júbilo de Tel Aviv por el asesinato de algunos de los más altos dirigentes de la milicia chiíta libanesa Hezbollah mediante bombardeos perpetrados por la fuerza aérea israelí.

En su novela distópica 1984, el escritor británico George Orwell imaginó un régimen totalitario que tenía como uno de sus principales métodos de control el doble discurso y el “doblepensar”, aplicados por el Ministerio de la Verdad para manipular y desinformar a la sociedad mediante mensajes que afirmaban exactamente lo contrario a la verdad. De semejante escenario nació el adjetivo orweliano para designar el doble discurso que invierte de manera deliberada el significado del lenguaje.

La Pax Americana y el “totalitarismo”


Carlos X. Blanco, Aporrea

El Orden Mundial instaurado en 1945, tras la derrota del Tercer Reich, está llegando a su fin. Dicho esto, en 2024, huelga decir que el fin de una era geopolítica puede parecerse a la agonía de un individuo humano: al sufrir una enfermedad terminal, es como un mal paciente que, lejos de reconocer la inminencia de su muerte, Utiliza sus últimas fuerzas para hacer infelices a quienes conviven con él y difundir así el aliento de muerte en todo lo que le rodea. Esto es lo que le sucede al Occidente enfermo.

El imperio yanqui logró implementar su Orden Mundial en 1945, su Pax Americana, pero lo hizo de manera incompleta y con un contrapeso importante: el comunismo. Fue la Unión Soviética la que verdaderamente liberó a Europa del terror nacionalsocialista y fascista. Fue ese “imperio comunista” el que logró unir a numerosos países en el proceso de descolonización y emancipación, creando un Segundo Orden Mundial que contrarrestó los reclamos universales de los yanquis. El régimen comunista soviético demostró una capacidad titánica para defenderse de una más que posible agresión angloamericana en 1945 o poco después.

El surrealismo como movimiento revolucionario

La mayoría de surrealistas parisinos no pertenecieron a ninguna organización; el espíritu común era antiautoritario y revolucionario, con una tendencia libertaria dominante

Michael Lowy, La Haine

El surrealismo es, desde su nacimiento, un movimiento internacional. No obstante, en las páginas siguientes nos ocuparemos sobre todo del grupo surrealista de París, inicialmente en torno a André Breton, pero que prosigue su actividad tras la muerte del autor de los Manifiestos del surrealismo. La aspiración revolucionaria está en el origen mismo del surrealismo y adopta de entrada una forma libertaria en el Primer Manifiesto del surrealismo (1924) de André Breton: «Únicamente la palabra libertad tiene el poder de exaltarme.» En 1925, el deseo de romper con la civilización burguesa occidental lleva a Breton a acercarse a las ideas de la Revolución de Octubre, como atestigua su reseña del Lenin de León Trotsky. En 1927 se adhiere al Partido Comunista Francés, pero se reserva, como explica en el folleto Au grand jour, su «derecho de crítica». Fue el Segundo Manifiesto del surrealismo (1930) el que extrae todas las consecuencias de este acto, al afirmar «totalmente, sin reservas, nuestra adhesión al principio del materialismo histórico». Al tiempo que subraya la distinción, o incluso la oposición, entre el «materialismo primario» y el «materialismo moderno» del que se reclama Friedrich Engels, André Breton insiste en el hecho de que «el surrrealismo se considera ligado indisolublemente, en virtud de las afinidades que he señalado, al enfoque del pensamiento marxista y exclusivamente a este enfoque».

Netanyahu: genocida empoderado


Editorial de La Jornada

Cada día resultan más espeluznantes las similitudes entre la Alemania nazi y el gobierno de Israel. Sus ciudadanos son adoctrinados desde la primera infancia en el odio racial y la deshumanización del pueblo al que han decidido exterminar, mantienen a millones de personas en campos de concentración que de manera recurrente convierten en centros de exterminio, imponen castigos colectivos, disparan deliberadamente contra civiles inermes, ignoran de manera flagrante la soberanía de otros países. Y, al igual que la Alemania nazi en su camino hacia la barbarie, Israel cuenta con la complicidad de Occidente.

Esta semana, el régimen de Benjamin Netanyahu dio un paso más en su campaña de exterminio contra liderazgos de gobiernos y grupos islamitas que apoyan al pueblo palestino en su desesperado intento de sobrevivir al genocidio. En un bombardeo que destruyó seis edificios residenciales y dejó daños en 30 kilómetros a la redonda de Beirut, sus fuerzas armadas asesinaron a Hassan Nasrallah, secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbollah. En el mismo ataque murieron otros comandantes de dicho grupo, así como un general de la Guardia Revolucionaria de Irán.

domingo, 29 de septiembre de 2024

La estrategia del terrorismo


Manlio Dinucci, Global Reserch

Como un fuego autosostenible, la guerra de Israel en Medio Oriente continúa expandiéndose. Continúan los ataques aéreos y terrestres en Gaza, que han hecho este territorio inhabitable, provocando más de 50.000 muertos , entre ellos unos 20.000 niños, y más de 100.000 heridos, la mayoría destinados a morir porque Israel ha destruido los hospitales. El número de muertes causadas por Israel al privar a la población palestina de alimentos, agua potable y medicamentos es incalculable.

Al mismo tiempo, Israel está "rediseñando" Cisjordania, demoliendo partes enteras de ella con topadoras, matando y aterrorizando a la población con continuas redadas. Ya hay alrededor de 1.000 civiles muertos y 6.000 civiles heridos. Con un genocidio metódico, condenado por la Corte Internacional de Justicia de la ONU, Israel está demoliendo los territorios ocupados que constituyen el Estado palestino. Lo hace con impunidad porque cuenta con el apoyo político y militar de Estados Unidos y la OTAN. La guerra librada por Israel afecta ahora al Líbano: primero los ataques selectivos contra los dirigentes políticos y militares de Hezbollah, luego la masacre con buscapersonas explosivas y walkie-talkies, seguidos de ataques aéreos y terrestres indiscriminados, en los que también se utilizan balas de fósforo blanco contra asentamientos civiles.

¿Acudirá Irán al rescate de Hezbolá? ¿Y qué hará Putin?


Mike Whitney, UNZ

Hezbolá ha vivido la peor semana de sus cuarenta años de historia. Dos días de ciberataques (buscapersonas y walkie-talkies) mataron al menos a 37 personas y enviaron a miles más al hospital. Las explosiones fueron seguidas por una campaña de bombardeos masivos en el sur del Líbano, que incluyó un ataque directo contra un edificio al sur de Beirut donde se alojaban los principales líderes de la unidad de élite de Hezbolá, la Fuerza Radwan. Nadie sobrevivió.

Por lo tanto, en apenas unos días, Hezbolá vio su estructura de mando gravemente degradada, su red de comunicaciones aniquilada y muchos de sus líderes más importantes asesinados o heridos. El líder de Hezbolá. Hassan Nasrallah reconoció que el ataque israelí fue un "gran golpe", pero que esto puede ser una grave subestimación. El caso es que la milicia sufrió una catástrofe sin precedentes que minó gravemente su capacidad militar. Sin comunicaciones confiables y un liderazgo competente, será casi imposible para Hezbolá repeler una ofensiva israelí.

Fredric Jameson: sumergirse en la historia


Maciek Wisniewski, La Jornada

El domingo pasado, tras haber cumplido hace unos meses 90 años (t.ly/1Mgva), murió Fredric Jameson (1934-2024), un intelectual marxista, filósofo y critico cultural estadounidense cuya vasta obra influyó en generaciones de pensadores, académicos y activistas cambiando nuestra comprensión de la cultura, la política y la estética del “capitalismo tardío”, el término, retomado de Ernest Mandel, que Jameson solía favorecer y que simplemente significa “reciente”, pero también alude a cierta “obsolescencia”.

Jameson −teórico marxista quizás más versátil y prolífico desde Theodor W. Adorno− que había enseñado en la Universidad de Duke desde 1985 y entre cuyos numerosos libros se encuentran Marxismo y forma (1971), El inconsciente político (1981), Posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío (1991), Valencias de la dialéctica (2009) o Las antinomias del realismo (2013), desde su temprano encuentro con la obra de Sartre y su “lenguaje filosófico” (t.ly/lI3Wy) y retomando y profundizando nuestro entendimiento de la obra de autores como Hegel, Marx, Gramsci, Lukács, Adorno, Benjamin, Lefebvre o Althusser, exploró los vínculos entre ideología y cultura, economía y estética o historia y lenguaje en la literatura, la arquitectura y el cine, cambiando de modo particular todo el campo de la teoría cultural y la crítica literaria (t.ly/gvE9T).

Cómo Fredric Jameson reinventó la crítica literaria

A lo largo de su carrera como crítico, el marxista Fredric Jameson ha rechazado tanto los enfoques reduccionistas de la cultura como la tradición de crítica 'correcta' que dice ignorar lo político
[En la foto, Jameson como ponente en el Forum de Crítica e Investigación Literarias, en La Habana, 1987.]
Reseña de Inventions of a Present: The Novel in Its Crisis of Globalization de Fredric Jameson (Verso, 2024). Esta reseña fue escrita con anterioridad a la noticia de la muerte de Fredic Jameson.
Robert T. Tally, La Haine

Durante más de cinco décadas, Fredric Jameson ha sido el principal crítico literario y cultural marxista de EEUU, si no del mundo. Nacido en Cleveland en 1934, Jameson asistió al Haverford College, donde estudió con el legendario crítico Wayne Booth, que acuñó el término «narrador sospechoso». Tras especializarse en francés, concluiría sus estudios en Yale, donde se doctoraría en 1959. Ha desarrollado su carrera profesional y académica en programas de literatura francesa, románica o comparada (no inglesa, por cierto), primero en Harvard, luego en la Universidad de California, San Diego; Yale; UC Santa Cruz; y desde 1985, en la Universidad de Duke. Por consiguiente, su perspectiva siempre ha estado a caballo entre ambas costas: mirando al Europa desde EEUU en busca de ideas. La vasta experiencia docente de Jameson influye sin duda en el amplio abanico de temas, lenguas, literaturas y teorías que componen su obra.

Hipercapitalismo y Semiocapital

La formación de plataformas digitales ha puesto en marcha sujetos productivos que no existían antes de la década de 1980

Franco "Bifo" Berardi, ctxt.es

"Calibán: Me enseñaste el lenguaje y mi provecho es que sé maldecir. La peste roja te lleve por enseñarme tu lengua"

William Shakespeare: La tempestad
Colonialismo histórico: extractivismo de los recursos físicos

La historia del colonialismo es una historia de depredación sistemática del territorio. El objeto de la colonización son los lugares físicos ricos en recursos que el Occidente colonialista necesitaba para su acumulación. El otro objeto de la colonización son las vidas de millones de hombres y mujeres explotados en condiciones de esclavitud en el territorio sometido al dominio colonial, o deportados al territorio de la potencia colonizadora (o expulsados del mismo, como en el caso de Palestina).

No es posible describir la formación del sistema capitalista industrial en Europa sin tener en cuenta el hecho de que este proceso fue precedido y acompañado por la subyugación violenta de territorios no europeos y la explotación en condiciones de esclavitud de la mano de obra doblegada en los países colonizados o deportada a los países dominantes. El modo de producción capitalista nunca habría podido establecerse sin exterminio, deportación y esclavitud.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Andrea Zhok: "Israel ganará todas las batallas y perderá la guerra"


Andrea Zhok, L'AntiDiplomatico.it

Me parece que la evolución del ataque israelí al Líbano describe una situación que no es inesperada, pero quizás más clara de lo que podría haberse previsto.

Israel está demostrando dos cosas: 1) que es militarmente mucho más fuerte que cualquier otro adversario en la zona, exhibiendo absoluta superioridad tecnológica; 2) no reconocer límites morales al ejercicio de la violencia y al propio poder.

En cuanto al primer punto, parece que Israel destruyó la capacidad de comunicaciones internas de Hezbollah desde el principio, el primer día, y en la guerra de hoy, la coordinación a través de una comunicación efectiva es tan importante como los misiles. El sistema antiaéreo de Hezbollah parece inexistente y, por tanto, Israel tiene el dominio total de los cielos. Evidentemente, la inteligencia israelí se ha infiltrado en el Líbano a todos los niveles desde hace algún tiempo y esto ha permitido la identificación de cuarteles militares, depósitos de armas, etc.

¿Aprovechará Israel la oportunidad "imprudentemente"? ¿Se han abierto las puertas a una Guerra sin límites?

A juzgar por las declaraciones israelíes, el consenso es que Hezbolá tomará represalias, pero de un modo distinto al que ha respondido hasta ahora.

Alastair Crooke, Strategic Culture

“Después de hoy [día de las explosiones simultáneas de buscapersonas], no se puede hablar de arreglo ni de soluciones”, escribe Ibrahim Amine, redactor jefe de Al-Akhbar, conocido por sus estrechos contactos con la dirección de Hezbolá:
En sólo un minuto, el enemigo consiguió asestar sus golpes más duros al cuerpo de la Resistencia Islámica… Con la operación de ayer, el enemigo confirmó que no quiere atenerse a las reglas de enfrentamiento. ¿Se han abierto las puertas a una guerra: una guerra sin límites, techos ni fronteras?

Después de hoy, el enemigo israelí no distinguirá entre un combatiente que opera en el frente y una persona que trabaja en una oficina lejana, señaló Amine.
Durante el último año, tanto Israel como Hezbolá han evitado una escalada importante observando normas de enfrentamiento no escritas o “ecuaciones” entre las partes, como la de no atacar a civiles. Eso se ha acabado.

Jeffrey Sachs: “EEUU nunca quiso la paz con Rusia sino la prolongación de la guerra fría”

El diseñador del plan de transición económica tras el colapso de la Unión Soviética cree que el rescate a Rusia en 1991 fue rechazado por los neoconservadores en nombre de la hegemonía estadounidense

Andy Robinson, La Vanguardia

En 1990, a los 34 años de edad, el brillante economista de Harvard, Jeffrey Sachs fue invitado por Grigory Yavlinsky, el asesor económico de Mijaíl Gorbachov, para asesorar la transición de la Unión Soviética hacia una economía de mercado y, asi, abrir una nueva etapa de amistad con Occidente.

Sachs -actualmente catedrático de la prestigiosa Universidad de Columbia en Nueva York- había tenido éxito con el mismo encargo en Polonia en los años anteriores. Tras el golpe contra Gorbachov y el colapso de la Unión Soviética en 1990, Sachs viajó a Moscú en 1991 para ofrecer sus consejos al nuevo gobierno de Boris Yeltsin y su asesor económico Yegor Gaidar. El joven economista de Harvard sería blanco de críticas en algunos sectores por diseñar el plan de terapia de choque al inicio del hundimiento dramático de la economía soviética. Pero, según explica aquí por primera vez en un medio europeo, lo que desató la crisis catastrófica de la economía post soviética fue la negativa de Washington a implementar un plan de rescate recomendado por el equipo de Sachs, que habría supuesto condonar miles de millones de dólares de deuda y implementar un ambicioso plan de apoyo económico de EEUU y el G7 a las reformas de Gorbachov, una suerte de Plan Marshall. Pese a su amistad con Bill Clinton, Boris Yeltsin tampoco logró el apoyo económico que necesitaba.

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