El diseñador del plan de transición económica tras el colapso de la Unión Soviética cree que el rescate a Rusia en 1991 fue rechazado por los neoconservadores en nombre de la hegemonía estadounidense
Andy Robinson, La Vanguardia
En 1990, a los 34 años de edad, el brillante economista de Harvard, Jeffrey Sachs fue invitado por Grigory Yavlinsky, el asesor económico de Mijaíl Gorbachov, para asesorar la transición de la Unión Soviética hacia una economía de mercado y, asi, abrir una nueva etapa de amistad con Occidente.
Sachs -actualmente catedrático de la prestigiosa Universidad de Columbia en Nueva York- había tenido éxito con el mismo encargo en Polonia en los años anteriores. Tras el golpe contra Gorbachov y el colapso de la Unión Soviética en 1990, Sachs viajó a Moscú en 1991 para ofrecer sus consejos al nuevo gobierno de Boris Yeltsin y su asesor económico Yegor Gaidar. El joven economista de Harvard sería blanco de críticas en algunos sectores por diseñar el plan de terapia de choque al inicio del hundimiento dramático de la economía soviética. Pero, según explica aquí por primera vez en un medio europeo, lo que desató la crisis catastrófica de la economía post soviética fue la negativa de Washington a implementar un plan de rescate recomendado por el equipo de Sachs, que habría supuesto condonar miles de millones de dólares de deuda y implementar un ambicioso plan de apoyo económico de EEUU y el G7 a las reformas de Gorbachov, una suerte de Plan Marshall. Pese a su amistad con Bill Clinton, Boris Yeltsin tampoco logró el apoyo económico que necesitaba.