Alfredo Serrano Mancilla, Celag.org
Macri despeja el enigma en pocos días. El sentido económico de Cambiemos es cada día más evidente. Apenas una semana de gobierno y la derecha argentina se ha apresurado a no dejar ninguna duda acerca del modelo económico que pretende para los próximos años. Lo primero y principal fue ponerse al lado del campo argentino, esto es, de las pocas grandes empresas agroexportadoras. La medida ha sido levantar las retenciones al trigo, el maíz y la carne, y bajar cinco puntos en la alícuota que paga la soja. Esto significa que el Presidente Macri le permite a las grandes firmas agroexportadoras una plusvalía adicional entre 4.000 y 8.000 millones de dólares. A partir de ahora, se vuelve a la época de la súplica. Lo que prevalecerá es el ruego a estos grandes poderes económicos para que sean “buenos y generosos” y quieran ayudar a la República ingresando una parte de este nuevo botín. La soberanía queda absolutamente enterrada por esta nueva/vieja idea del “pedir por favor” a los que verdaderamente tienen un gran poder económico. Los dólares vuelven a manos de los dueños de las grandes propiedades del campo argentino. Ellos serán los verdaderos hacedores de la política cambiaria. Eso que llaman mercado pero que no lo es. Más bien se trata de unas pocas personas, con nombres y apellidos, que vuelven a ostentar el poder monopólico de la divisas en Argentina. Ellos decidirán cuándo y cómo se gasta, en qué, para qué, a favor de quién, de qué modelo económico. El objetivo es un revival para el siglo XXI: un modelo económico dependiente del sector agroexportador, muy reconcentrado en pocas manos, con un patrón de inserción desigual en el mundo.