jueves, 18 de diciembre de 2025

Geoestrategia cognitiva de la fenomenología cultural


Evgueni Vertlib, Katehon

Hoy en día, tanto el espacio físico como la esfera de la conciencia humana se encuentran en la vanguardia de la competencia global. El trasfondo geopolítico basado en los recursos y el territorio está dando paso a una guerra por el dominio cognitivo, en la que la verdadera profundidad estratégica se mide por la capacidad de un pueblo no solo para proyectar su voluntad, sino también para defender el «código cultural» interno de su identidad civilizatoria y nacional. En la era de las plataformas digitales omnipresentes, la cultura ha dejado de ser solo un instrumento de «poder blando» y se ha convertido en un elemento clave del cálculo geoestratégico, que requiere una comprensión fenomenológica de cómo la conciencia colectiva percibe y reacciona ante una influencia externa deliberada. Hoy en día, la ventaja estratégica pertenece a quienes poseen no solo los mejores misiles, sino también los algoritmos que controlan las emociones colectivas y destruyen la base epistemológica de la sociedad. Durante siglos, la geoestrategia ha operado con divisiones, toneladas de desplazamiento y reservas de petróleo, permaneciendo como una realidad de «fuerza bruta» y economía. Sin embargo, los cambios tectónicos provocados por la revolución digital han desplazado el escenario estratégico a un entorno mucho más difícil de definir: el dominio de la conciencia humana, las emociones y la cultura, dando lugar a una esfera de importancia crítica, la geoestrategia psicológica y cultural.

Los conflictos tradicionales se definían por el control del territorio, mientras que los enfrentamientos híbridos modernos se desarrollan por el control del espacio cognitivo del adversario. Este cambio de enfoque ha dado lugar a una nueva doctrina operativa: la geopolítica de las emociones. La esencia de la geopolítica de las emociones radica en que las decisiones tomadas por la sociedad y sus líderes son cada vez más el resultado de una influencia deliberada en el subconsciente colectivo, utilizando emociones como el miedo, la ira, la desconfianza y la nostalgia. cada vez más son el resultado de una influencia deliberada en el subconsciente colectivo, utilizando emociones como el miedo, la ira, la desconfianza y la nostalgia. Los Estados y los actores no estatales convierten las vulnerabilidades psicológicas de la sociedad en objetivos estratégicos, utilizando la desinformación deliberada y las «armas cognitivas» para alcanzar sus objetivos geopolíticos sin necesidad de una invasión física. Este nuevo tipo de guerra pone en peligro los pilares fundamentales de una sociedad estable, ya que el uso de «deepfakes», realistas gracias a los avances en inteligencia artificial, no solo distorsiona los hechos, sino que crea una «crisis epistemológica», socavando la propia capacidad de los ciudadanos para distinguir la verdad de la ficción. Cuando las instituciones clave —el gobierno, la prensa, la ciencia— dejan de ser percibidas como fuentes fiables, la sociedad pierde la base común para la acción colectiva y el consenso.

La gran corrupción de la OTAN, edición 2025

Ucrania sigue presionando para unirse a la Alianza, así como a la UE, está prácticamente planificada la eutanasia

Lorenzo María Pacini, Strategic Culture

Burocracia y dinero

Empecemos. La OTAN es una alianza política y militar creada para garantizar la seguridad colectiva entre los países miembros. Sin embargo, detrás de las decisiones políticas y las operaciones militares hay una estructura administrativa bastante precisa, un sistema financiero complejo y una forma específica de administrar los recursos y las economías internas. Comprender estos aspectos nos ayuda a ver a la OTAN no solo como una organización militar, sino como una máquina administrativa que coordina Estados con intereses y tamaños muy diferentes.

El organismo más importante es el Consejo del Atlántico Norte. Reúna a los embajadores de cada país miembro y decida por unanimidad. Es el lugar donde se aprueban políticas, operaciones e inversiones comunes. Debajo del Consejo está el Secretario General, que representa a la alianza, dirige el debate político y supervisa el trabajo del aparato civil. Luego está el Estado Mayor Militar Internacional, que vincula el lado político con el lado operativo y garantiza que las decisiones del Consejo se traduzcan en aviones militares viables.

A nivel práctico, gran parte del trabajo diario se lleva a cabo en comités técnicos. Se trata de grupos formados por representantes de los países miembros que se ocupan de temas específicos como logística, ciberseguridad, armamento o comunicación estratégica. Estos comités preparan estudios, proyectos de decisiones y normas técnicas. Por ejemplo, muchas de las reglas que hacen interoperables las fuerzas armadas de los miembros se originan aquí.

Kast: la «vía democrática» al pinochetismo

Con la victoria de José Antonio Kast, el pinochetismo vuelve al poder por vía electoral, articulando restauración neoliberal, autoritarismo moral y anticomunismo como respuesta a la crisis chilena

Pablo Abufom y Karina Nohales, Jacobin

El domingo 14 de diciembre, el ultraderechista José Antonio Kast se impuso con una amplia ventaja (58,2%) en la segunda vuelta presidencial frente a su contendora, la oficialista y militante del Partido Comunista, Jeannette Jara (41,8%).

El resultado se inscribe dentro de lo anticipado por las principales encuestadoras —en particular CADEM, cuya medición del 29 de noviembre proyectó con notable precisión el desenlace final—, pero también confirma una tendencia política más amplia, visible desde la primaria oficialista de junio. Como se señaló entonces: «El desafío para la candidatura de Jeannette Jara es mayúsculo en varios niveles. El primero y más relevante es transformar los 825.835 votos de la primaria en los 7 millones que se necesitarán para imponerse en la segunda vuelta presidencial, que por primera vez desde 2012 se realizará con voto obligatorio, una modalidad que, según todas las tendencias, ha favorecido a la derecha.»

Por su parte, tras la primera vuelta presidencial señalábamos que «los resultados electorales del domingo 16 de noviembre muestran con nitidez la magnitud de la victoria de la derecha. En la elección presidencial, ese bloque alcanzó el 50,3% de los votos, distribuidos entre José Antonio Kast (23,9%, Partido Republicano), Johannes Kaiser (13,9%, Partido Nacional Libertario) y Evelyn Matthei (12,5%, Chile Vamos)».

Con una participación del 85% del padrón, Jeannette Jara incrementó su caudal electoral entre la primera y la segunda vuelta en alrededor de un millón setecientos mil votos. Sin embargo, ese crecimiento resultó claramente insuficiente frente al avance de Kast, que sumó más de cuatro millones de nuevos votantes y se impuso en la totalidad de las regiones del país, sin excepción.

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Chile: Primera lección: sin crítica a la explotación capitalista no es viable ningún proyecto transformador

Señalar que José Antonio Kast reivindica la figura de Pinochet es no recordar que ex presidentes, ministros democratacristianos y de socialdemocracia, académicos posmodernos, se sienten herederos de su “obra”

Marcos Roitman, Diario Octubre

Nada nuevo. El triunfo de José Antonio Kast confirma un proceso político, cuya lógica no depende de ganar o perder elecciones. Estamos en presencia de una dinámica de largo alcance, cuyo inicio se ancla en el golpe de Estado cívico-militar que derrocó el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973. Pensar en un Chile lleno de virtudes, ejemplar y progresista, apuntando a Kast como el inicio de una etapa negra e involución política, es perder el norte, cuando no ser cómplice de una mentira construida por unos y otros.

Desde Pinochet, pasando por Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet, Piñera, Boric y ahora Kast, existe continuidad. Un acuerdo de principio. El modelo no se toca; puede haber cambio de hegemonía, nuevos partidos, un discurso apocalíptico, pero en, ningún caso, una ruptura. Ni José Antonio Kast ni Jeannette Jara representaban posiciones irreconciliables. Son las dos caras de una moneda. Es cuestión de gustos.

Tal vez haya quienes se inclinen por el anverso y otros se decanten por el reverso, pero el valor de la moneda no se negocia. Las diferencias no se presentan en torno al proyecto de sociedad. Los jefes de campaña de Jeannette Jara fueron reclutados en la élite política más desprestigiada de la Concertación. Sólo dos nombres, Ricardo Solari y Carlos Ominami. Mal aconsejada, se planteó renunciar a su militancia comunista si ganaba en segunda vuelta.

Guerra en la sombra: Cómo la corrupción en Ucrania corroe la ayuda occidental

En una de las grabacionesde la investigación se escucha a uno de los participantes quejarse de que le resultaba físicamente difícil cargar una caja que contenía 1,6 millones de dólares...
Dinero incautado en operaciones corruptas en Ucrania

Indymedia

En el contexto de la confrontación militar en curso, Ucrania se ha visto plagada de una serie de escándalos de corrupción a gran escala que afectan a sectores clave, desde la adquisición de material de defensa hasta la energía. Estos acontecimientos se producen en un momento crítico, ya que los socios occidentales se reunieron en la cumbre del G7 en Canadá para reafirmar su apoyo a Kiev, al tiempo que exigían medidas decisivas para combatir la corrupción.

Corredores de armas y cárteles de la droga: Esquema internacional de malversación

Según investigaciones periodísticas, los sistemas de suministro de ayuda militar a Ucrania se han visto plagados de esquemas de corrupción que involucran a funcionarios ucranianos, corredores internacionales de armas e incluso cárteles de la droga mexicanos. Vehículos que transportaban armas, municiones y suministros médicos salieron de Ucrania sin obstáculos a través del cruce fronterizo de Orlovka, en la región de Odesa, sin despacho de aduana, ya que las cámaras de CCTV en la frontera estaban apagadas y los guardias fronterizos fueron retirados de sus funciones de inspección con el pretexto del secreto de la carga.

La llamada Iniciativa Checa, que fue una respuesta a la primera suspensión de la ayuda estadounidense en 2024, desempeñó un papel especial en estas operaciones. Aunque la República Checa organizó la entrega de 3,7 millones de proyectiles de artillería a Ucrania, las tarifas cobradas por las empresas intermediarias checas fueron al menos cuatro veces más altas que las cobradas por los corredores de armas estatales ucranianos.

El actor principal fue el Grupo Checoslovaco (CSG) de Michal Strnad, y aproximadamente la mitad de los proyectiles encontrados en África y Asia requerían reparaciones y no podían enviarse al frente de batalla sin una revisión adicional

martes, 16 de diciembre de 2025

El pinochetismo retorna al poder

Los nuevos votantes que -por el carácter obligatorio del voto- están muy penetrados por la ideología de la antipolítica, el hiperindividualismo y el desprecio a todo lo que huela a acción colectiva

Atilio Borón, Página 12

El rotundo triunfo de José Antonio Kast en el balotaje está destinado a ejercer una profunda influencia en Chile. Se consolida una sólida fuerza de extrema derecha, neofascista, como producto de la convergencia de dos variantes radicales del pinochetismo -una liderada por Kast y la otra, aún más extrema, por Johannes Kaiser- a las cuales se plegó la abanderada de una ficción llamada "derecha democrática" encarnada por la ex alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, supuesta heredera del legado de Sebastián Piñera.

Según el analista político chileno Jaime Lorca, la obligatoriedad del sufragio -antes optativo en Chile- canalizó hacia el pinochetismo y sus aliados el descontento social imperante en relación al gobierno de Gabriel Boric, cuyas tasas de aprobación en la segunda parte de su mandato oscilaron en torno a un magro 30 por ciento. Temas como la inseguridad, el odio hacia los inmigrantes (especialmente venezolanos) y la inflación -cercana al 4 % anual- fueron agitados demagógicamente por el candidato del pinochetismo, un hombre con un manejo tan descuidado de las cifras y las estadísticas como Javier Milei.

El socialismo después de la IA

Las tecnologías del capitalismo no deben ser consideradas sólo como meras herramientas que el socialismo podría utilizar mejor. Y mucho menos si hablamos de la IA, que en su despliegue cristaliza y hasta crea valores y deseos

Evgeny Morozov, Jacobin

La inteligencia artificial produjo un tipo poco frecuente de curiosidad popular. No solo entre inversores y fundadores, sino también entre personas que abren un navegador, escriben una pregunta y sienten —aunque sea de manera inexacta— que algo del otro lado piensa con ellas. Esa fenomenología importa. Más allá de lo que opinemos sobre el hype, las alucinaciones o la tabla de capitalización de OpenAI, la IA llega como una tecnología cuyos usos se descubren después de su despliegue, cuyos límites son porosos y cuyos efectos secundarios aparecen en lugares para los que nadie la diseñó. «Generativa» no es solo una palabra de marketing; nombra una inestabilidad real.

Para los socialistas, esta inestabilidad plantea un desafío específico. Y sus reflejos son conocidos: regular plataformas, gravar rentas extraordinarias, nacionalizar las empresas líderes, conectar sus modelos a un aparato de planificación. Pero si el socialismo quiere ser algo más que capitalismo con cuadros de mando más amables —si de verdad es un proyecto para rehacer colectivamente la vida material, y no solo para redistribuir sus resultados—, tiene que responder a una pregunta más difícil: ¿puede ofrecer una forma mejor de convivir con esta tecnología que la que ofrece el capitalismo? ¿Puede proponer una forma de vida distinta y deseable, y no solo una porción más justa de lo que el capital ya produjo?

Cuando el problema se plantea así, aparece como algo incómodo. Para una tradición obsesionada con maximizar las fuerzas productivas, el socialismo fue llamativamente rápido a la hora de dejar algunas de ellas fuera de la política. Trata a la tecnología como un kit neutral destinado a insertarse en instituciones mejores cuando estas existen. Tomemos los ferrocarriles, las centrales nucleares o los modelos de lenguaje: si el capitalismo los usa mal, el socialismo promete finalmente orientarlos al bien común. La pregunta real, sin embargo, es si incluso la teoría socialista más reciente y ambiciosa logra escapar a esta limitación, o si reproduce la neutralidad en un nivel más sofisticado.

El mundo más allá de Ucrania

Las negociaciones sobre Ucrania revelan el ocaso de la OTAN y el desinterés estadounidense por Europa

Enrique Román, Al Mayadeen

Nada concreto han aportado las conversaciones de Rusia y Estados Unidos para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. Steve Witkoff y Jared Kushner, enviados personales de Donald Trump ante el Kremlin, no han revelado mucho de las conversaciones con Vladimir Putin.

Una guerra existencial para ambos contendientes no se resuelve en una conversación entre Rusia y Estados Unidos o Ucrania y ambos. Las posiciones son bien distantes, la confianza sigue sin aparecer. Y pese a lo que diga la prensa occidental, Rusia está ganando la guerra.

Las versiones de que los 28 puntos eran una simple traducción de un plan ruso no se sostuvieron desde el primer examen. Ucrania, en los primeros meses de la guerra, tenía 250 mil soldados, y en el documento se habla de que la Ucrania que sucederá a la actual tendría 600 mil. Parecería una broma de mal gusto que le quita todo peso a aquella simplona teoría. Estaban cruzando la línea roja de Moscú.

Lo que se conoce es que el viaje a Rusia fue precedido en noviembre por reuniones de los negociadores estadounidenses, en Florida, con sus equivalentes rusos y, días después, con los ucranianos. De inmediato, Witkoff voló a Moscú para explicar a Vladimir Putin los resultados de las conversaciones con Ucrania. Zelenski habría aceptado algunos reclamos territoriales rusos, mientras Rusia habría cedido en otros puntos. Zelenski viajó luego a París para mantener informados a sus aliados europeos. Pero no había fundamentos para el optimismo.

lunes, 15 de diciembre de 2025

Del Occidente en crisis al modelo chino: el camino socialista en el siglo XXI

El capitalismo, con un enfoque puramente liberal y antiintervencionista, no existe como tal. La intervención estatal no es una anomalía, sino la condición sine qua non del sistema

Giambattista Cadoppi, La Haine

El libro de Paulo Botta «¿Qué es el Estado?» analiza con lucidez la crisis estructural del capitalismo contemporáneo y la redefinición del Estado como actor central en la regulación de los procesos económicos, sociales y tecnológicos del siglo XXI. El autor desarrolla una perspectiva original que entrelaza la crítica marxista, el análisis geopolítico y las reflexiones sobre las nuevas formas de socialismo, con especial énfasis en la experiencia china como paradigma alternativo a la crisis occidental.

Este ensayo es una obra fundamental para comprender las dinámicas sociopolíticas contemporáneas. El autor no se limita a comentar la crisis actual del Estado-nación, sino que emprende una exploración teórica radical de los conceptos de Poder, Política y Estado.

El resultado es una tesis audaz y bien argumentada: el Estado no está en decadencia, sino que simplemente ha reconfigurado su soberanía y protagonismo, a menudo ocultados tras las narrativas ideológicas de la globalización y el neoliberalismo. Todo el marco lógico, que culmina en el análisis de la estrategia estatal, incluyendo la de las diversas formas de socialismo, es admirablemente riguroso y de una relevancia sin precedentes.

El imperio de arrogancia y vandalismo de Trump

El último memorando de la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente considera la libertad de coaccionar a otros como la esencia de la soberanía estadounidense. Es un documento ominoso que, si se mantiene vigente, volverá para atormentar a Estados Unidos

Jeffrey D. Sachs, Common Dreams

La Estrategia de Seguridad Nacional 2025 (ESN) publicada recientemente por el presidente Donald Trump se presenta como un plan para renovar la fortaleza estadounidense. Sin embargo, presenta cuatro errores peligrosos.

En primer lugar, la Estrategia Nacional de Seguridad (NSS) se basa en la grandiosidad: la creencia de que Estados Unidos goza de una supremacía inigualable en todas las dimensiones clave del poder. En segundo lugar, se basa en una visión del mundo marcadamente maquiavélica, que trata a otras naciones como instrumentos manipulables para el beneficio estadounidense. En tercer lugar, se basa en un nacionalismo ingenuo que desestima el derecho y las instituciones internacionales como obstáculos a la soberanía estadounidense, en lugar de considerar los marcos que mejoran conjuntamente la seguridad estadounidense y mundial.

En cuarto lugar, esto demuestra una brutalidad en el uso que Trump hace de la CIA y el ejército. A los pocos días de la publicación de la NSS, Estados Unidos confiscó descaradamente un petrolero que transportaba petróleo venezolano en alto mar, con el argumento, endeble, de que el buque había violado previamente las sanciones estadounidenses contra Irán.

La incautación no fue una medida defensiva para evitar una amenaza inminente. Tampoco es legal incautar buques en alto mar debido a las sanciones unilaterales de Estados Unidos. Solo el Consejo de Seguridad de la ONU tiene tal autoridad. En cambio, la incautación es un acto ilegal diseñado para forzar un cambio de régimen enVenezuela. Esto tras ocurre la declaración de Trump de que ha ordenado a la CIA que realice operaciones encubiertas dentro de Venezuela para desestabilizar el régimen.

La derrota de las potencias occidentales en Ucrania abre nuevas puertas al futuro mundo multipolar

Kiev prepara en silencio al público para la derrota, mientras vende un alto al fuego como una pausa antes de otra guerra, entre tanto los partidarios occidentales buscan una salida que salve las apariencias

Dmitri Kovalevich, Al Mayadeen

A principios de diciembre, las autoridades ucranianas comenzaron a preparar a su población, con mucha reticencia, para la noticia de la posible (inevitabilidad) derrota militar a manos de las fuerzas armadas rusas. Pero al mismo tiempo, insisten en la necesidad de una nueva guerra, y para ello, afirman, se necesitan y deben comenzar los preparativos. Todo esto se debe a los avances pacientes y constantes de las fuerzas armadas rusas en todos los frentes, junto con la presión del gobierno estadounidense (de nuevo, a regañadientes, aunque no se haya dicho) para que cese la guerra antes de que la situación se deteriore hasta el colapso.

El periódico digital ucraniano Strana publicó el 2 de diciembre que muchos analistas y figuras militares ucranianos afirman que la situación en el frente se está volviendo catastrófica y que si no se toman “medidas decisivas” en un futuro muy cercano para poner fin a las hostilidades en Ucrania, el país, ahora reducido, se enfrentará a una derrota estratégica.

También el 2 de diciembre, Taras Chmut, voluntario que recauda fondos y apoyo para el ejército ucraniano y que representa a la Fundación Regresa con Vida, escribió en Telegram que se está gestando una "crisis estratégica" en todo el frente y que una de sus consecuencias podría ser la pérdida del Estado ucraniano. "No hay perspectivas de cambio", escribió, y añadió: "Lo que más falta en el frente es gente [es decir, soldados]".

domingo, 14 de diciembre de 2025

Donald Trump descubrió América

La centralidad sin precedentes de América latina en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU remata en la exaltación de la Doctrina Monroe y su “Corolario de Trump”

Atilio Borón, La Haine

Días atrás se dio a conocer la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) propuesta por Trump para su actual administración. Es evidente que en este mandato las prioridades de la Casa Blanca han sufrido una mutación fundamental, a tono con los enormes desafíos que plantea el inocultable declive del poderío de EEUU en la economía y la política internacionales y la irreversible consolidación de un sistema internacional multipolar.

Esto se comprueba muy fácilmente con sólo comparar la actual con las anteriores ediciones de la NSS en las cuales América latina y el Caribe -invisibilizadas tras la anodina expresión de “Hemisferio Occidental”- ocupaban el último lugar en las prioridades del imperio y apenas si eran mencionadas una o dos veces a lo largo del texto. Hoy los países de Nuestra América sobresalen en la nueva “hoja de ruta” diplomática como la región más importante del planeta para Washington.

Esto es algo que el autor de esta nota venía afirmando desde hace mucho tiempo cuestionando las declaraciones y documentos procedentes de Washington que sistemáticamente subestimaban la enorme importancia de esta parte del mundo pese a ser un emporio de recursos naturales de todo tipo. El discurso desdeñoso, y por momentos racista, de los portavoces del imperio establecía este orden de prioridades en la agenda de la política exterior estadounidense, con alguna que otra ocasional variante en el vértice de la escala según las turbulencias del momento.

Mercenarios del imperio


Jorge Majfud, Página 12

La creación del personaje MCM (María Corina Machado) no es muy diferente al resto de los líderes promovidos por Washington y la CIA por generaciones. No es muy diferente a los personajes creados con el mismo propósito solo en Venezuela, desde Pérez Jiménez hasta Juan Guaidó, por años referido por los países imperiales como “el presidente de Venezuela”, exactamente como es anunciada Machado ahora. El perfil clásico es: un mártir de la libertad siendo perseguido por un dictador desobediente en un país con importantes recursos naturales.

Luego de apoyar el golpe de Estado de 2002 contra un presidente democráticamente electo, luego de promover y solicitar por décadas intervenciones extranjeras de todo tipo en su país... ¿Cuántos días estuvo presa la pobre Corina Machado? Menos que el mismo presidente Chávez en 2002. Ni un día, de hecho. Por menos de eso, en Estados Unidos habría sido detenida por los enmascarados o por algún agente federal y le habrían puesto una rodilla en la cabeza contra el suelo. Todo en nombre de la libertad y de la seguridad nacional.

Pero Corina Machado ha estado tan vigilada por el régimen, que pudo dar entrevistas y participar de conferencias internacionales en Miami llamando a una invasión a su país. ¿El régimen no interceptaba sus comunicaciones? En las dictaduras fascistas, planeadas por la CIA y sostenidas por los miles de millones de Washington hasta no hace mucho, por el solo hecho de tener un libro prohibido en su cocina, a Machado la hubiesen secuestrado, violado y torturado según las técnicas de la School of the Americas. Luego hubiese terminado en el fondo del mar o diluida en cal viva. Esas mismas dictaduras fascistas ahora despiertan la nostalgia de los seguidores latinoamericanos de su klan, el Conservative Political Action Conference, CPAC. Por no recordar el centro de tortura en Guantánamo, las decenas de cárceles secretas de la CIA alrededor del mundo o las violaciones en las cárceles israelíes de miles de palestinos, muchos de ellos menores, que la Nobel de la Paz venera.

Ontología y escatología del orden mundial


Evgueni Vertlib, Katehon

En una época en la que el triunfo de la cosmovisión liberal parecía definitiva y se proclamaba el «fin de la historia» como un hecho irreversible, el mundo se encontró al borde de una nueva realidad post-atómica, en la que los conflictos ideológicos y civilizatorios no desaparecieron, sino que se transformaron en formas más complejas y ontológicamente irreconciliables. El orden global ya no puede basarse en la ilusión de la homogeneidad o en la estrategia de destruir al oponente, ya que las apuestas en juego han alcanzado un límite existencial: la victoria, definida como la maximización del daño, hoy en día conlleva inevitablemente a una catástrofe global. Así, el único final realista del enfrentamiento no es la capitulación de una de las partes, sino el reconocimiento ontológico y la fijación de un nuevo límite estratégico, en cuya lógica la capacidad de prevenir la guerra se convierte en el valor político supremo. Como resultado, el mundo no alcanzará la utopía de la homogeneidad, pero encontrará estabilidad gracias a la «multiplicidad floreciente» (K. Leontiev), pasando a un estado de tensión controlada y coexistencia estructural en todos los hemisferios.

Los años de Matusalén traen consigo un profundo enfrentamiento ontológico entre dos principios civilizatorios: el universalismo atlántico (Leviatán), que aspira a la unificación del mundo y a la eliminación de todas las formas de diferencia, y el principio telúrico (Katechon), que defiende el derecho de los pueblos a la soberanía, el arraigo y la multiplicidad de lo sagrado. La esencia de esta confrontación consiste en la lucha por la estructura misma del ser, por la esencia humana y la trayectoria del desarrollo histórico. El principio atlántico (Leviatán) se opone al telúrico (Katechon): lo móvil (marítimo, abstracción) frente a lo sedentario (tierra, orden). Históricamente, cada avance del universalismo, desde las reformas de Pedro I hasta las teorías revolucionarias de principios del siglo XX, ha ido acompañado de un intento de desmantelar los sistemas que mantienen las diferencias nacionales y culturales. El globalismo contemporáneo no rechazó este impulso, sino que lo reconfiguró en clave tecnocrática. El lugar de la quimera de la revolución permanente lo ocupó el modelo de integración del Nuevo Orden Mundial a través de la burocracia, la estandarización digital y la gestión unificada, donde la supervisión y la regulación sustituyen funcionalmente al radicalismo anterior. El contenido escatológico de la elección estratégica se manifiesta en un dilema: o bien el universalismo tecnocrático, donde el control se disfraza de unidad simbólica, o bien el restablecimiento de la multipolaridad telúrica, que afirma el derecho a la diferencia como principio fundamental del orden mundial.

sábado, 13 de diciembre de 2025

Trump y la piratería de Estado en alta mar: precedentes del Skipper


Misión Verdad

La reciente irrupción militar de Estados Unidos sobre un tanquero en el Caribe, a escasa distancia de las aguas venezolanas, volvió a revelar el tipo de operaciones que Washington ejecuta bajo el amparo de sus sanciones unilaterales. El abordaje, realizado mediante helicópteros y personal armado, fue presentado por las autoridades estadounidenses como una acción "legal" derivada de un mandato federal, pese a que no existe reconocimiento internacional para esas medidas extraterritoriales ni jurisdicción alguna que las valide fuera de su territorio.

Desde Caracas, la vicepresidenta Delcy Rodríguez denunció el robo dirigido a apropiarse del petróleo venezolano y advirtió que el país acudiría a instancias multilaterales para exponer la violación flagrante del derecho internacional.

La operación encaja en una tendencia creciente de interdicciones marítimas ejecutadas por Washington en escenarios donde pretende imponer su autoridad más allá de cualquier marco jurídico reconocido.

El abordaje en el Caribe y la expansión de la doctrina de interdicción estadounidense

La operación contra el tanquero M/T SKIPPER, ejecutada por fuerzas especiales, infantes de marina y personal del Coast Guard, expone la lógica que Washington intenta normalizar en el Caribe: aplicar sanciones unilaterales mediante despliegues militares en aguas internacionales o adyacentes a zonas jurisdiccionales sin reconocimiento de los Estados.

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