Estados Unidos comparte las patologías de todos los imperios moribundos con su mezcla de bufonería, corrupción rampante, fiascos militares, colapso económico y salvaje represión estatal
Chris Hedges, Chris Hedges Substack
Los multimillonarios, fascistas cristianos, estafadores, psicópatas, imbéciles, narcisistas y facinerosos que han tomado el control del Congreso, de la Casa Blanca y de los tribunales están canibalizando la maquinaria del Estado. Estas heridas autoinfligidas, características de todos los imperios tardíos, paralizarán y destruirán los tentáculos del poder. Y entonces, como un castillo de naipes, el imperio se derrumbará.
Cegados por su arrogancia, incapaces de comprender la disminución del poder del imperio, los mandarines de la administración Trump se han refugiado en un mundo de fantasía donde los hechos duros e indeseables ya no tienen peso. Escupen absurdas incoherencias mientras usurpan la Constitución, y sustituyen la diplomacia, el multilateralismo y la política, por amenazas y juramentos de lealtad. Agencias y departamentos creados y financiados por las leyes del Congreso van desapareciendo.
Están eliminando informes y datos gubernamentales sobre el cambio climático retirándose del Acuerdo climático de París. Se han retirado de la Organización Mundial de la Salud. Han sancionado a los funcionarios que trabajan en la Corte Penal Internacional, que emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por sus crímenes de guerra en Gaza. Sugirieron que Canadá se convirtiera en el estado número 51. Han formado una fuerza especial para "erradicar los prejuicios anticristianos". Piden la anexión de Groenlandia y la toma del Canal de Panamá. Proponen construir resorts de lujo en la costa de una Gaza despoblada, bajo la supervisión de EEUU, control que, de concretarse, derribaría los regímenes árabes que han sido apuntalados por EEUU.