John Pilger
El capitán de un submarino de Estados Unidos se dirige a su tripulación, "Todos tenemos que morir algún día; unos antes, otros después. El problema es que nunca estamos listos para la muerte. No sabemos cuando llegará. Bueno, ahora sabemos que no hay nada que hacer al respecto, estaremos todos muertos en una semana”.
La guerra había terminado hacía un mes. Los Estados Unidos, Rusia y China habían sido los antagonistas. No queda claro si se había iniciada por accidente o por error, pero no hubo vencedor. El hemisferio norte está sin vida, totalmente contaminado.
Una nube de radiactividad se movía hacia el sur de Australia , Nueva Zelandia, África y América del Sur. En septiembre, las últimas ciudades y pueblos sucumbirán. Al igual que en el norte, la mayoría de los edificios permanecerán intactos, algunos iluminados por los últimos destellos de la luz eléctrica.
"El mundo termina de esta manera.Estas líneas del poema de TS Eliot, que aparecen al principio de la novela En la playa, de Nevil Shute me hicieron llorar.
No con una explosión sino con un largo gemido"
Es una obra maestra publicada en el apogeo de la Guerra Fría (1957), cuando demasiados escritores estaban en silencio o amedrentados. Nada de lo que he leído sobre una guerra nuclear es tan rigurosa como advertencia. Ningún libro es más urgente.