El llamado “orden basado en reglas” está cambiando y hay alguien que está haciendo algo de rock ‘n roll con él.
Lorenzo María Pacini, Strategic Culture
Además de los BRICS+, que son en realidad el partenariado más importante, debemos considerar el activo estratégico de la OCS. No debería sorprendernos que los medios occidentales, no sólo de Occidente sino también de toda Europa, no hayan dado cobertura a la cumbre de la OCS en Astaná (Kazajstán). En primer lugar, porque el Occidente colectivo no entiende qué es la OCS. La OCS se fundó unos meses antes del 11 de septiembre y, de hecho, como los Cinco de Shanghái, estaba formada por Rusia, China y tres estados de Asia central, en esencia una organización antiterrorista, antiseparatista y antiextremista.
Durante todos estos años se han desarrollado como una organización de operaciones económicas y ahora son uno de los nodos clave del mundo multipolar y multinodal. Son nodos diferentes, están interconectados, y esto quedó más que claro en la Cumbre de Astaná. Allí estaban los nueve miembros de la OCS, que incluyen, por cierto, a India, Pakistán e Irán, y el décimo, Bielorrusia. Así que ahora celebramos la OCS-10. Esto es muy, muy importante porque tenemos en la misma mesa a Rusia, China, India, Pakistán, Irán, Bielorrusia y cuatro estados de Asia Central. Eso es una gran parte de Eurasia.
Hoy en día, podemos decir más o menos que la OCS es la organización hermana del BRICS+.