La incursión de Hamás fue menos un 11 de septiembre de Israel y más una Ofensiva Palestina del Tet, dice John Wight. Ninguna opresión desagradable ha dado lugar jamás a una resistencia bonita.Frantz Fanon durante una conferencia de prensa del Congreso de Escritores en Túnez en 1959. (Wikimedia Commons, dominio público)
John Wight, Consortium News
“Cuando busco al Hombre en la técnica y el estilo de Europa, sólo veo una sucesión de negaciones del hombre y una avalancha de asesinatos.”El ataque asesino de Israel contra el pueblo de Gaza -durante este último año— con el apoyo material, diplomático y político del Occidente colectivo- ha sido como presenciar a un perro rabioso desgarrando la carne de los huesos de lo que muchos se habían permitido creer que era un mundo en el que valía la pena vivir. A estas alturas, ya no lo es.
—Frantz Fanon
La constante matanza descontrolada de Israel es similar a la rabia desatada por el propietario de esclavos en respuesta a los esclavos recalcitrantes que se atreven a escapar de la plantación. Y es aquí donde comprendemos el verdadero “crimen” de los palestinos de Gaza: negarse a permanecer en el lugar que les ha otorgado su colonizador y opresor, es decir, de rodillas metafóricamente, derrotados y quebrantados en mente, cuerpo y espíritu.