lunes, 19 de agosto de 2024

Israel: El Punto De No Retorno


Carlos Santa María, Geoestrategia.es

La causa más esgrimida como argumentación por el régimen de Israel para el genocidio del pueblo palestino ha sido que desde su inicio que siendo agraviado por el nazismo en una historia no confirmada en su esencia, tuvo que defenderse de una población que nunca lo aceptó en este territorio pese a ser legal su permanencia, que lo atacó pese a ser más débiles y que la Tormenta de Al-Aqsa fue el hecho que desató toda su furia por la amenaza a su existencia como nación.

Este es el relato vendido al mundo por los Medios Masivos de Desinformación del sionismo internacional, los cuales alcanzan a más del 80 % de la comunicación en el orbe, ocultando la verdadera realidad.

Lo cierto es que el sionismo como fuente ideológica de los gobiernos de Estados Unidos e Israel actualmente, fue anterior al nazismo como teoría de la superioridad racial y la “enriqueció” con su filosofía del exterminio del otro justificada por el Torá. Así, esta élite financió a Hitler apoyando principalmente el inicio de la guerra con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, su verdadero enemigo, y asimismo hizo un trueque no contado al mundo: se trasladó a Palestina con fuerzas paramilitares que organizaron la Nabka o catástrofe de esta comunidad legal y legítimamente asentada como lo era el pueblo palestino que vivía en paz con otras culturas y religiones.

Asimismo, en gratitud permitieron que científicos y militares nazis llegaran a Estados Unidos bajo una falsa identidad siendo fundamentales en el desarrollo de la industria militar y en la dirección de entidades ofensivas como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Esta verdad permite comprender los 5 puntos fundamentales que juegan en Asia Occidental y ponen en la mira ahora al régimen terrorista de Israel.

Primero, el sionismo es una teoría del exterminio de los gentiles, es decir, de los no judíos, lo que les permite al igual que los principios de la Agencia Central de Inteligencia Estadounidense (CIA), mentir, robar y asesinar sin ningún remordimiento, más bien felices de lograr la patria prometida a costa del sufrimiento de otros y como una raza excepcional, todo ello parte de una estructura sociopática clasificada como enfermedad mental grave.

Segundo, la élite sionista se ha apoderado totalmente del gobierno estadounidense y el aplauso a un criminal de guerra como Benjamín Netanyahu (que además fue a culminar el asesinato del mártir Ismail Haniya junto con el ataque al Líbano), demuestra que el autor intelectual y material está en la profundidad de esa sórdida agrupación macabra. Por tanto, es falso que se pretenda eliminar este conflicto (pues para ella no hay genocidio), ya que hoy se sabe que la existencia de Israel está en juego dada la masacre o crimen de un pueblo a través de décadas la que lleva más de medio millón de niños, mujeres, ancianos, civiles, asesinados por la máquina de muerte israelí.

Tercero, la población israelí en su mayoría tiene una mentalidad sionista, plena de odio hacia el pueblo palestino y sin sensibilidad para negarse a los crímenes de lesa humanidad que cometen diariamente, aceptando los miles de secuestrados que tienen en cárceles donde se tortura diariamente a éstos, acciones perversas que no son cuestionados por esa población que desea preferentemente que sus rehenes sean liberados y nada más. Este ha sido el trabajo de manipulación por años en la conciencia de la población israelí.

Sin embargo, ahora hay un miedo atroz esperando la respuesta noble y efectiva de Irán y Hezbolá como principales referentes en este momento, sin contar con la huida de cerca de un millón de personas que eran ocupantes ilegales del territorio palestino los que no volverán ya que todo cambiará en la región con la soberanía del Estado palestino.

Cuarto, la conciencia mundial es que el asesinato de niños, su descuartizamiento, el dolor de familias completas aniquiladas, la destrucción de sus casas y hogares, el tiempo cercano a ocho décadas de constante sufrimiento, entre otras, no permiten dejar que el sicario de la región, Israel, pueda coexistir en paz con sus víctimas ya que el victimario no cambiará su visión maligna a no ser que existan procesos muy fuertes y transparentes de sanación en un tiempo largo y difícil.

Quinto, el Eje de la Resistencia cada vez se fortalece más a través de una logística extraordinaria pese a sus condiciones diversas ante un Estado terrorista que tiene armas y el apoyo de un Occidente hipócrita, insensible, cobarde, junto al visto bueno del gobierno Biden-Harris, profundos auspiciadores del exterminio racial, político, social, económico y humano de un pueblo.

La conclusión es clara: cada vez que continúe el criminal bombardeo de Gaza se sabe que la existencia de Israel pende de un hilo porque mínimo 40 000 inocentes asesinados reclamarán justicia por siglos lo que nunca dejará en paz al gobierno sionista de Netanyahu y otros similares.

Si la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) decidiera ir más allá de las declaraciones enérgicas contra el genocidio apoyando directamente al Eje de la Resistencia, el cambio sería decisivo. Si Egipto decidiera soberanamente abrir el paso de Rafah para ingresar alimentos y medicinas, sería un hecho fundamental que impediría en parte continuar el martirio de inocentes. Si las Naciones Unidas fueran efectivamente una organización resolutiva, valiente, se podría detener la masacre y castigar al culpable.

Mientras tanto, el Eje de la Resistencia, de manera digna, generosa, eficiente, con honor y sabiduría, seguirá defendiendo a la Humanidad del más perverso criminal que existe hoy en el mundo, cual es el sionismo como arma mortal de la vida humana.


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