miércoles, 21 de agosto de 2013

A 40 años del golpe militar en Chile, el testimonio de un sobreviviente que vio morir a sus padres


Ernesto Lejderman tenía 2 años en 1973 y su madre lo protegió de las balas a costa de su vida. Su padre ya había muerto acribillado a balazos. Ambos murieron el 8 de diciembre de 1973, a tres meses del golpe de Estado de Augusto Pinochet. El pequeño huérfano fue enviado a un convento de monjas en la ciudad de La Serena por Juan Emilio Cheyre, en vez de dejarlo en manos de sus parientes. Lejderman fue educado más tarde por sus abuelos en Argentina, quienes le ocultaron la verdad hasta que Ernesto se hizo mayor para buscarla por sí mismo. Después de 40 años de estos cruentos hechos, Lejderman se enfrenta cara a cara con el militar que lo entregó a un convento de monjas. Cheyre no leyó nunca el Informe Rettig presentado por el presidente Patricio Aylwin en 1991, y aceptó la versión de su superior Augusto Pinochet que le recalcaba que todo eran mentiras. Ahora el hijo de María Avalos Castañeda y Bernardo Ledjerman (de 21 y 24 años en 1973) reclama a los militares chilenos que rompan el pacto de silencio y revelen todo lo que saben sobre los crímenes de la dictadura. "Lo invito a que rompa los pactos de silencio y cuente donde están los cuerpos de los detenidos desaparecidos, qué pasó con mi papá y mi mamá. Lo invitó a que le dé contenido a sus palabras", exclamó Lejderman de 42 años en un programa del canal público TVN. Lejderman, quien hizo extensiva la exhortación a todos los militares chilenos que guarden información al respecto, dijo que no le deseaba ni a Cheyre ni a ningún otro uniformado genocida, ni a nadie lo que sus padres vivieron, ni lo que vivió él al tener que presenciar el asesinato de sus progenitores.

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