Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
jueves, 1 de diciembre de 2011
Bancos centrales del mundo orquestan golpe financiero a gran escala
La coordinada acción de la Reserva Federal de Estados Unidos junto a otros bancos centrales no busca más que rescatar al sistema financiero y permitir la licuación de la deuda mediante una fuerte inyección de liquidez. Esta nueva apertura de liquidez buscará resolver el problema gravitante que tiene la esfera monetaria, pero esto no implica una transmisión automática hacia la esfera real de la economía productiva. El ejemplo concreto lo da Estados Unidos, que tras tres planes de flexibilización cuantitativa desde 2008, no ha tenido una reactivación económica y su tasa de desempleo sigue al tope. Tal como señalé hace dos meses, los rescates a la banca no hacen más que mantener al sistema artificialmente a flote para postergar, por el mayor tiempo posible, el momento del colapso final.
<"--more-->Los principales bancos centrales del mundo anunciaron ayer acciones coordinadas para reforzar su capacidad de proveer liquidez al sistema financiero, reconociendo con ello que en esta fase de la crisis se atraviesa por un crucial problema de liquidez, que tiene a la economía mundial al borde de una nueva recesión, si es que ya no se está en ella. Por ello, los Bancos Centrales de Japón, Canadá, Suiza, Inglaterra, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos, dieron un golpe financiero a gran escala. Este es el comunicado de la Fed y este el del Banco Central Europeo
El objetivo de este golpe busca reducir las tensiones e incertidumbres en los mercados tras semanas de largos e imparables descensos que tienen a la economía europea haciendo agua. Tras esta medida no se descartan nuevos recortes en las tasas de interés del Banco Central Europeo, demostrando las fallidas políticas adoptadas por monsieur Trichet. Este golpe, además, se produjo a las pocas horas de que Standars & Poor’s propinara un nuevo castigo a la banca europea, al rebajar las calificaciones de 37 grandes bancos, incluyendo a los españoles Santander y BBVA; y también a pocas horas de que los países del Eurogrupo solicitaran ayuda al FMI. Pero el FMI no puede dar ayuda a los países europeos dado que no tiene recursos suficientes, y su pedida de socorro a Rusia, China y Brasil no dio los resultados esperados.
En concreto, el acuerdo consiste en reducir los precios de las actuales líneas de swaps (intercambios recíprocos de divisas) en dólares en un 50% de su valor, desde 100 a 50 puntos básicos, medida que comienza a regir el próximo lunes. También se aprobó la autorización de extender estos intercambios para facilitar la liquidez en dólares al resto de los bancos centrales del mundo hasta el 1 de febrero de 2013. En buenas cuentas, se trata de una flexibilización cuantitativa global, para lanzar más dinero desde el helicóptero y reanimar a una economía mundial que se hunde.
En la práctica, esta acción significa que los bancos centrales tendrán acceso ilimitado a los dólares dado que la Fed ha ofrecido nuevamente su impresora para salvar al mundo. Lo que no está del todo claro es hasta que punto Mario Draghi, pistola en mano, imprimirá euros en gran escala para inyectar liquidez a la eurozona. El acuerdo enfatiza en forma explícita que “la liquidez se ofrecerá en cada país y en cualquier moneda”. Es decir, estas líneas de swaps se extenderán a otras divisas y no solo a dólares.
Para comprender un poco esta acción hay que detectar que gran parte de la crisis es producto de la huida, o cese, de los grandes flujos de capitales que en el período de la bonanza estuvieron siempre presentes y con abundancia de generosidad, pero que tras la crisis desaperecieron del mapa. La huída de estos flujos ha provocado el efecto de contraer fuertemente la economía secando no solo las finanzas públicas, sino también las finanzas privadas, que son las más comprometidas en el problema de la deuda. Es decir, más que una caída en la velocidad de los flujos, lo que se ha producido es una interrupción a secas, un cese, un paro en los flujos de capital.
La inyección masiva que provocará esta nueva apertura de liquidez buscará resolver el problema gravitante que tiene la esfera monetaria. Pero esto no implica una transmisión automática hacia la esfera real de la economía productiva, y el ejemplo concreto lo da Estados Unidos, que tras tres planes de flexibilización cuantitativa desde 2008, no ha tenido una reactivación económica y su tasa de desempleo sigue al tope. Tal como señalé hace dos meses, los rescates a la banca continúan para mantener al sistema artificialmente a flote para postergar, por el mayor tiempo posible, el colapso final, esperando que en algún momento se produzca el milagro de encontrar signos de vida.
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Artículo publicado en El Blog Salmón
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