Mostrando las entradas con la etiqueta Prensa. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Prensa. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de febrero de 2025

USAID y las ONG: el secuestro de la sociedad civil

La decisión de EEUU de recortar la financiación a USAID y otras ONG reveló hasta qué punto ese gobierno ha estado financiando medios y protestas para secuestrar a la sociedad civil en todo el mundo

Glenn Diesen, La Haine

En Ucrania, la USAID tuvo un papel clave en el derrocamiento del presidente Yanukóvich en 2014 mediante el golpe del Maidan y desde entonces ha financiado entre el 85% y el 90% de los medios de comunicación ucranianos para garantizar el control narrativo. El primer ministro georgiano también ha venido advirtiendo de que las ONG occidentales se han activado para derrocar al Gobierno y convertir Georgia en un segundo frente contra Rusia.

También hay pruebas abrumadoras de que el gobierno estadounidense creó «organizaciones no gubernamentales» (ONG) desde la década de 1980, financiadas por ese gobierno, con personal vinculado a la comunidad de inteligencia estadounidense y que persiguen intereses geopolíticos estadounidenses bajo el pretexto de promover la democracia y los DDHH. Una de estas «ONG» es el National Endowment for Democracy (NED), creado por Reagan para asumir algunas de las tareas de la CIA. Estas organizaciones son instrumentos para que EEUU gobierne las sociedades de otras naciones y persiga el cambio de régimen cuando sea necesario.

Subvertir la democracia y perseguir la guerra

Cuando Zelensky obtuvo una aplastante victoria en las elecciones presidenciales de 2019 con una plataforma de paz, EEUU activó sus ONG para asegurarse de que Zelensky diera marcha atrás y abandonara su mandato de paz. Zelensky había obtenido el 73% de los votos al prometer entablar conversaciones con Donbás, firmar la paz con Rusia y aplicar el acuerdo de paz de Minsk. Además, Zelensky abogó por preservar los derechos lingüísticos y religiosos para evitar divisiones en la sociedad. Inmediatamente surgieron protestas con ONG que presentaban la plataforma de paz de Zelensky como una «capitulación».

sábado, 1 de febrero de 2025

La prensa independiente y los fondos extranjeros


Nahia Sanzo, Slavyangrad

En diciembre de 2022, causó especial impresión un ensayo de Volodymyr Ishchenko publicado por New Left Review en el que reivindicaba las “voces ucranianas” a la hora de relatar y analizar el conflicto. El origen de la polémica provocada por el sociólogo ucraniano ahora residente en Alemania fue precisamente la definición de esas voces, entre las que no solo incluía a los ucranianos correctos, sino que reivindicaba también el legado soviético y de habla rusa que ha sido parte importante del desarrollo del país en sus años de independencia. Reconocido hasta 2014, ese resquicio de cercanía a la cultura soviética, equiparada con la cultura rusa en un ejercicio de simplificación ampliamente generalizado, causó un gran rechazo por parte del establishment cercano a la línea ideológica implantada en el país desde que Maidan supuso un punto de inflexión a partir del que se ha avanzado únicamente en clave nacionalista. La reivindicación de Ishchenko se debía al seguimiento de los medios ucranianos e internacionales, en los que se presentaba una visión uniforme del punto de vista de la población ucraniana, a la que se adjudicaba la misma opinión se encontraran cerca o lejos del frente, en Ucrania o fuera de ella. Por supuesto, no había en los medios de comunicación ningún intento por representar el parecer de la población al otro lado del frente. Ocho años de discurso de “territorios ocupados” habían hecho su trabajo y no era necesario preguntarse si la población de Donbass o Crimea era favorable a Kiev, defendían la invasión rusa o, pese a no querer regresar bajo control de Kiev, no eran partidarios de la acción militar de Moscú en los territorios más allá de los límites de Donbass.

sábado, 27 de abril de 2024

Palestina y las palabras prohibidas en EEUU


Maciek Wisniewski, La Jornada

Los malpensados que siempre sospechábamos que The New York Times (NYT), uno de los principales periódicos de Estados Unidos y del mundo, debía tener alguna directiva interna respecto a la manera con que desinforma y tuerce la realidad sobre Palestina y su lucha, acabamos de ser, pongámoslo de este modo, “reivindicados”. La semana pasada se filtró el memorando interno de NYT que instruye a sus periodistas evitar ciertos términos y les enseña explícitamente cómo describir la violencia de Israel contra los palestinos. Algo que desde hace décadas estaba en plena vista (bit.ly/3UADald) se volvió aún más explícito con la guerra en curso.

Redactado para la supuesta “claridad” y “para mantener principios periodísticos objetivos” (sic), el memorando prohíbe el uso de ciertas palabras y terminologías que describen con precisión la suerte de Palestina. A pesar de que, desde el punto de vista del derecho internacional, desde 1967 Israel ocupa brutal e ilegalmente el territorio palestino: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, el “territorio ocupado” está prohibido (así, por ejemplo, NYT habla de cómo Israel “‘supervisa’ la Ribera Occidental”). A pesar de que como país Israel fue fundado en la limpieza étnica (Nakba) o después de la invasión a Gaza ésta se volvió un objetivo explícito, la “limpieza étnica” está prohibida. A pesar de que los políticos israelíes una y otra vez declararon sus intenciones genocidas y la Corte Internacional de Justicia dictaminó que existe “plausibilidad del genocidio en Gaza”, el “genocidio” está prohibido (bit.ly/3wcZRlZ).

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin