Santiago Dunne, Rebelión
Pareciera ser que agregar el adjetivo “sustentable” a las cosas las hace ver inofensivas, que cuidan el medio ambiente y que son positivas. Podríamos hablar de la “comida sustentable”, “agricultura sustentable” o del “desarrollo sustentable”. En todos los casos la connotación que le confiere esa adición es diferente. Para nuestro caso, podríamos también hacerlo con el concepto de crecimiento y entonces tendríamos el “crecimiento sustentable”. Vamos a detenernos aquí y a analizar en detalle qué connotación deriva de esta utilización, su eventual viabilidad y si es la receta que necesita el mundo para enfrentar las diversas dificultades que atraviesa.
Lo primero que voy a sostener, y es desde el punto de vista literario, es que la expresión “crecimiento sustentable” constituye un verdadero oxímoron, es decir, se manifiestan juntos dos conceptos de significado contradictorio: el crecimiento no puede ser sustentable. El punto de partida para entender esto va a ser la Economía Ecológica, que estudia el problema entre la interrelación del sistema económico con el sistema natural.