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domingo, 28 de enero de 2024

Francis Fukuyama y la creación del burgués como clave de la historia universal

Nicolas Bonnal, Euro-Synergies

He dicho veinte veces lo que pienso de Fukuyama, absolutamente indiscutible desde hace cuarenta años (Reset, unificación digital, dictadura verde, totalitarismo sanitario mundial y globalismo obtuso de la ONU), y no volveré sobre ello. Necesita ser complementado por Kojève para ir más allá de la imbécil observación geopolítica de que «ya veremos qué pasa con los rusos y los chinos» (Kojève ya se ríe de esos «pobres americanos» y le da la risa floja). Para mí, el mejor capítulo de su vertiginoso y cautivador libro es el decimoséptimo (sic), que describe la fabricación del burgués por la ingeniería social de la época (Fukuyama cita esta expresión).

A continuación le escuchamos:
«Hobbes y Locke, los fundadores del liberalismo moderno, trataron de erradicar el thymos de la vida política y sustituirlo por una combinación de deseo y razón. Estos liberales ingleses de principios de la Edad Moderna veían la megalotímia (el orgullo guerrero, la personalidad aristocrática) en forma del orgullo apasionado y obstinado de los príncipes, o del fanatismo sobrenatural de los sacerdotes militantes, como la causa principal de la guerra y, con ello, atacaban todas las formas de orgullo».

lunes, 21 de junio de 2021

La historia no había terminado, debió rectificarse Fukuyama

Como la lucha de clases continúa –siempre al rojo vivo–, el capítulo de ese paso atrás que significó el cierre del socialismo europeo y la reconversión de la Unión Soviética permitió a la derecha sentirse omnipoderosa, triunfal, ganadora absoluta.
Marcelo Colussi, Alainet

"Defiendo la construcción del Estado como uno de los asuntos de mayor importancia para la comunidad mundial, dado que los Estados débiles o fracasados causan buena parte de los problemas más graves a los que se enfrenta el mundo: la pobreza, el sida, las drogas o el terrorismo". Esta idea jamás podríamos asociarla al pensamiento neoliberal, que se caracteriza por una apología de la libre empresa y de la reducción del Estado. Pero curiosamente es lo que dice Francis Fukuyama en su libro "Construcción del Estado: gobierno y orden mundial en el siglo XXI", del 2004.

Fukuyama se hizo famoso cuando en 1992 (acompañando la desintegración de la Unión Soviética y del bloque socialista europeo) pronunció el grito triunfal en su libro El fin de la historia y el último hombre: "la historia ha terminado". Pero en realidad lo dicho por él ni es pensamiento profundo, ni encierra ninguna verdad. Era una simple declaración de guerra, cargada ideológicamente, dicha en un momento en que las fuerzas se inclinaban hacia el lado del capital. Según la visión conservadora de la derecha, la extinción del bloque socialista europeo mostraba la inviabilidad de una revolución obrero-campesina de contenido marxista. El socialismo, visto así, era una quimera, una tontera condenada al fracaso. De todos modos: ¡la historia no había terminado!

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