Enrico Toselli, Electo Magazine
2024 también será el año de Asia. Al menos según los analistas estadounidenses que prevén, sin embargo, un desplazamiento del liderazgo de Pekín a Nueva Delhi. Con otros países como Vietnam e Indonesia para aprovechar la situación. Un análisis que no se condensa con las esperanzas atlantistas y antichinas que caracterizan las previsiones italianas, sino que parece más serio y creíble. Pero también preocupante para una Europa esclavizada a los intereses de Washington y Wall Street.
Así pues, India en los escudos. Más dinámica que China, con menos escrúpulos, más joven. Menos atenta a las cuestiones medioambientales y desamparada por Occidente a pesar de formar parte de los Brics en expansión y con la ambición de convertirse en el polo de referencia de los No Alineados y del Sur Global. Sin embargo, se ha reanudado el diálogo con China sobre las tensiones fronterizas.
En cuanto a China, los analistas prevén una ralentización del crecimiento. Pero nada preocupante para el gigante asiático. Porque será un crecimiento más "normal" y, por tanto, más sólido y orientado al futuro. Preocupante para Europa, sin embargo. Porque las exportaciones de productos de bajo precio y baja calidad se reducirán y serán sustituidas por exportaciones de mayor valor añadido. Productos de mayor calidad y también sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Todo a precios competitivos y sin necesidad de dumping, en contra de lo que cree la vergonzosa Ursula von der Leyen.
El cambio en la economía china liberará recursos y creará nuevas oportunidades en toda la región. Ayudará a reducir las tensiones. Incluidas, quizás, las existentes entre Pekín y Washington. Por otra parte, las perspectivas económicas para EEUU también son positivas.
Así que la única zona en crisis, entre las más ricas, sigue siendo Europa. Gracias a las sanciones demenciales para complacer a RimbanBiden, gracias a los desembolsos demenciales para apoyar la guerra de Zelensky, gracias a las inútiles políticas antichinas y, en lo que respecta a Italia y Alemania, gracias al apoyo a los crímenes de Netanyahu con el consiguiente aislamiento italiano en el Mediterráneo.
El resultado es que Europa, en su conjunto, crecerá muy poco y algunos países se estancarán sustancialmente, empezando por Italia. Y los retrasos están destinados a aumentar la brecha en perspectiva. Un crecimiento inferior al 1% cuando los competidores asiáticos y americanos crecen un 4/5% o más, se hace progresivamente más difícil de alcanzar. Prácticamente imposible. Pero todo esto Giorgia no lo sabe. Tampoco Ursula, ni Annalena. O quizá sí lo saben, pero fingen no saberlo para no irritar a sus amos de ultramar.
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Ver también:
* Alemania, Francia e Italia: El declive común en nombre de RimbanBiden
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