Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
Un gran misterio es la notable facilidad del manejo cibernético por los yihadistas en Twitter y en sus mensajes encriptados en Deep Web o “Internet profundo (http://goo.gl/hyCeE7)”. La narrativa hollywoodense sobre el éxito multimediático de Osama Bin Laden, fundador de Al Qaeda, era su utilización del video desde sus supuestos múltiples escondites inexpugnables para las cándidas televisoras internacionales que reproducían generosamente sus letales recados, como ocurrió con su confesa responsabilidad de los atentados del 11-S.
Hoy la agencia de información de los yihadistas –hijos y nietos de los mujahidines de la década de los 70, transfigurados luego en Al Qaeda– es Amaq, que mediante la tecnología móvil difunde noticias bilingües en árabe e inglés en un ciclo de 24 horas, según el muy influyente rotativo saudita As-Sharq-Al-Awsat (http://goo.gl/ko7pu2).
El rotativo saudita, muy cercano al vicepríncipe heredero Bin Salman, ilustra que el nombre de la agencia Amaq proviene de una ciudad siria mencionada en la antigua profecía: sitio de la victoria apocalíptica sobre los no creyentes.
En su inicio en 2014, Amaq usó la plataforma blog de WordPress para enviar sus reportes y comunicados de prensa, pero hoy ha optado por la tecnología encriptada “para evadir el estrecho monitoreo de las redes sociales”.
Amaq ha jugado un papel primordial en movilizar velozmente la máquina de propaganda de Isis y comporta diferentes objetivos de países con reportes desde Libia, pasando por Irak hasta Filipinas; cubre cuatro idiomas: árabe, inglés, francés y ruso, pero se abstiene de publicar los videos sobre sus decapitaciones y otras imágenes repugnantes, cuando califica, en su lingüística escatológica, a los suicidas de operaciones de martirio.
Amaq desarrolló una aplicación, Arawi, que significa narrador, quien se conecta con los fieles seguidores de la umma (comunidad de creyentes del islam). Resalta la comunicación de Isis con sus seguidores mediante el servicio de mensajería vía Telegram encriptado.
Scott Stewart, vicepresidente de análisis táctico de Stratfor, que se ostenta como la CIA empresarial, afirma que Isis tiene una muy poderosa presencia en Twitter.
Los yihadistas han intentado infructuosamente crear un competidor de Facebook: Khilafabook, y en fechas recientes han instado a sus seguidores a usar encriptación y alejarse de las redes sociales, donde “los yihadistas recogen sus desafíos y anuncian que comenzarán a difundir sus mensajes y utilizarlos como herramienta para la contratación de partidarios (http://goo.gl/zVtvcP)”, frente a las prohibiciones cada vez más estrictas de Twitter o Facebook (la mayor red social del mundo, con mil 390 millones de usuarios).
Khilafabook cuenta con la dirección de Internet 5elafabook.com, que ha sido bloqueada cuando también ha sido desactivada su cuenta oficial de microblog en Twitter. Para volverse indetectables, los yihadistas optaron por la ruta encriptada que parece haberles dado inmunidad cibernética para perpetrar sus atentados en Europa.
El influyente think tank Rand Corporation “examina el apoyo a Isis y las redes de oposición en Twitter (http://goo.gl/Jc9mQP)”: nunca ninguna organización terrorista ha usado Twitter y otros canales de las redes sociales como Isis para difundir su mensaje, inspirar a sus seguidores y reclutar combatientes. Aunque menos publicitado, sus oponentes también han usado Twitter para castigar a sus enemigos.
Sus hallazgos principales: 1) los opositores a Isis son seis veces más en Twitter que sus seguidores, quienes, en contraparte, son más activos y producen 50 por ciento más tuits al día; 2) el análisis léxico revela cuatro metacomunidades: chiítas, sunitas, mujahidines (sic) sirios y seguidores de Isis, y 3) los chiítas condenan a Isis y expresan una actitud positiva hacia los cristianos y la coalición internacional que encabeza EEUU, de 62 países, entre quienes se encuentra el “México neoliberal itamita” a espaldas de su Congreso y la ciudadanía.
Los seguidores de los mujahidines sirios (el movimiento anti-Assad) tienen actitudes mezcladas hacia Isis y, en general, actitudes negativas hacia la coalición internacional. Los seguidores de Isis exaltan los temas positivos de religión y pertenencia: insultan a los chiítas, al régimen sirio y a la comunidad internacional, y prosiguen estrategias sofisticadas en las redes sociales para difundir su mensaje. El grupo sunita se encuentra altamente fracturado conforme a su pertenencia nacional, por lo que diferentes temas pueden resonar en forma distinta dentro de esta comunidad.
Las comunidades egipcias, sauditas y del Consejo de Cooperación del Golfo conforman el núcleo de la metacomunidad sunita (de lejos más fracturada que los chiítas), los mujahidines sirios y las metacomunidades seguidoras de Isis. Dentro de las subcomunidades sunitas, la yemení posee el mayor porcentaje de seguidores de Isis y se encuentra profundamente dividida entre seguidores y opositores de Isis.
Rand incita a que Twitter continúe su campaña de suspensión de cuentas para acosar a los usuarios yihadistas: la estrategia de redes sociales de EU puede debilitar la influencia de Isis en Twitter. Wired, respetable portal en tecnología, explica la razón por la cual Facebook y Twitter “no pueden borrar a Isis online (http://goo.gl/w3Tneb)”. Según Buzzfeed News, los yihadistas amenazaron de muerte a Jack Dorsey, mandamás de Twitter, debido al bloqueo de sus cuentas (http://goo.gl/MZJ3sy).
Las suspensiones de Twitter han causado mucha polémica en EEUU.
Según Wikileaks, Twitter censuró la cuenta del célebre Guccifer 2.0, el hacker detrás de la filtración de las inmundicias electorales del Comité Nacional Demócrata contra el entonces precandidato Bernie Sanders, de los latinos y de los mexicanos (http://goo.gl/bGIUYc).
Sin llegar a casos extremos de arbitrajes y tribunales de inquisición sin disquisición en las redes sociales, es imperativo romper el monopolio Gafat (Google, Apple, Facebook, Amazon y Twitter), convertido en una de las más poderosas armas de EEUU contra sus adversarios, lo cual refleja la unipolaridad cibertecnológica. ¿Quién dictamina los límites a la libertad de expresión y a la privacidad en las redes sociales?
Más allá de la justificada persecución a los yihadistas, se puede caer, si es que no ha ocurrido ya, en un macarthismo cibernético global y en una cacería de brujas contra los críticos opositores a los gobiernos coludidos con el monopolio Gafat. Las acusaciones llueven también contra Google por favorecer a Hillary para ocultar su estado de salud (http://goo.gl/hvjLJY). Facebook no se salva de las imprecaciones de operar en conjunción con la CIA (http://goo.gl/Fxd3ig).
Las redes sociales para ser democráticas deben reflejar la pluralidad local/regional/global y el nuevo orden multipolar. Apenas se abre el debate sobre el (ab)uso de los dominadores de las redes sociales, el pentágono Gafat, que opera un totalitarismo cibernético de profundos alcances geopolíticos: la nueva ciberdictadura global del siglo XXI, de la que somos rehenes todos.
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