jueves, 7 de julio de 2016

Los mitos neoliberales sobre la superioridad de lo privado sobre lo público

Vicenç Navarro, Público

En España, como resultado de la derechización de la gran mayoría de los principales medios de información (sean periódicos, radios o canales de televisión) del país, existe un sesgo neoliberal muy marcado entre los gurús mediáticos en las áreas económicas, que aparecen en programas de información económica, los cuales constantemente alaban las excelencias del sector privado, denunciando a su vez las supuestas ineficiencias y despilfarros del sector público. Frecuentemente estos economistas hacen referencia al modelo económico que suponen existe en EEUU (que erróneamente definen como liberal), señalando la superioridad de tal modelo sobre el modelo económico existente en la Europa Occidental, que ven estancado en las rigideces del sistema de regulación e intervencionismo público que frena la eficiencia y desarrollo económico de la Europa Occidental de este continente. Es casi imposible leer los diarios, oír la radio o ver la televisión sin que este mensaje de superioridad de lo privado sobre lo público se repita constantemente con una frecuencia machacona digna del mejor lavado de cerebro. Uno de los que tienen mayor visibilidad mediática en defensa de la economía privada versus la pública es el Sr. Sala i Martín, el economista neoliberal que la televisión pública catalana, TV3 (controlada por el partido neoliberal gobernante Convergència Democràtica de Catalunya), presenta explícitamente como “el economista de la casa”. Este economista neoliberal tiene un programa de una hora cada dos semanas en TV3 y recientemente hizo un programa con varios capítulos que le costó al contribuyente catalán nada menos que 400.000 euros (más IVA), programa que tenía como objetivo promocionar la visión neoliberal de la economía, haciendo un canto a las excelencias del mundo empresarial, acentuando el valor de la genialidad de los grandes emprendedores, y atribuyendo el éxito de las empresas más conocidas a la libertad que favorece el capitalismo. Este programa, Economia en Colors, se presentó de octubre a noviembre del 2015, habiendo recibido personalmente por cada capítulo 7.500 euros (4.500 como presentador más 3.000 como guionista), facturando un total de 60.000 euros. Es interesante notar que este programa, un canto al pensamiento liberal a favor del sector privado, se emitió en un medio público pagado por la ciudadanía a través de sus impuestos.

Otro gurú mediático es el Sr. Daniel Lacalle, asesor de La Sexta, entre otros medios que promueven tal mensaje con gran vocación apostólica, enfatizando constantemente los méritos de la propiedad, inversión y gestión privada sobre la pública. Aparece frecuentemente en los medios, y hace unos días escribió un artículo (“Entender lo que siempre es público”, La Vanguardia, 03.07.16) en donde criticaba el intento de los partidos de izquierdas de desprivatizar la compañía Aigües Ter-Llobregat (ATLL), privatizada por el gobierno catalán del partido liberal (Convergència), acusándoles de estar estancados en una ideología anticuada que conducía a la ineficiencia en los servicios públicos a la ciudadanía.

¿Qué hay detrás de Apple, Google y otros casos de éxito empresarial?

Dicho pensamiento neoliberal (también activamente promovido por blogs de economía como Nada es Gratis, un panfleto financiado hasta hace poco por el IBEX-35) desconoce, ignora u oculta varios hechos básicos, tales como que el modelo económico de EEUU no es liberal, puesto que aquel modelo está basado en un enorme intervencionismo público. En realidad, el gobierno federal es uno de los gobiernos más intervencionistas que existen en el mundo occidental. Gran parte de los sectores económicos en EEUU han sido iniciados, y/o intervenidos, y/o establecidos por el gobierno federal. En un excelente libro (The Entrepreneurial State), Mariana Mazzucato, profesora de la Universidad de Sussex, desmonta, caso por caso, la definición del modelo económico estadounidense como liberal. Analiza, por ejemplo, los grandes éxitos de la economía estadounidense, como Apple, que se atribuyen, según el credo liberal, a la gran genialidad de Steve Jobs, presentado como ejemplo del rol central que juega el gran innovador, interpretación ampliamente promovida incluso por la industria cinematográfica con la película sobre Steve Jobs y en muchos libros y miles de artículos laudatorios de su figura.

La profesora Mazzucato muestra que Apple no habría existido si no hubiera sido por la activa intervención del Estado federal. En realidad, no solo Apple, sino toda la industria electrónica, no hubiera existido sin el gobierno federal, que financió en gran parte los “descubrimientos” que se atribuyen a los grandes emprendedores privados, incluyendo Steve Jobs. La autora señala en su libro el proceso de creación de Apple (paso a paso) y de los elementos innovadores que se atribuyen a esta empresa, mostrando cómo detrás de cada uno de ellos había un trabajo previo, financiado públicamente, y desarrollado ya sea en instituciones públicas o en privadas (financiadas públicamente). En realidad, fueron las Fuerzas Armadas del gobierno federal las que introdujeron el GPS positioning y los voice-activated “virtual assistants”, utilizados por Apple. Y fueron las mismas Fuerzas Armadas las que financiaron los primeros pasos de la industria electrónica del famoso Silicon Valley. Y fueron también fondos públicos los que financiaron el touchscreen así como el lenguaje HTML, también utilizados por Apple. Y fue, de nuevo, el propio gobierno el que prestó en términos súper favorables los primeros 500.000 dólares que Apple necesitó para establecerse como empresa.

Sin la intervención pública, las empresas privadas en muchos sectores innovadores no hubieran existido

Una situación semejante ocurre con Google, compañía que ya en sus inicios recibió fondos públicos procedentes de la National Science Foundation, institución pública. Y no digamos ya con la industria farmacéutica, una de las industrias con mayor rentabilidad en EEUU, y que se ha beneficiado enormemente de la investigación básica financiada públicamente por los National Institutes of Health con un presupuesto de 30.000 millones de dólares al año, una investigación sin la cual la industria farmacéutica estadounidense tampoco hubiera existido. Y ha sido, de nuevo, el gobierno federal el que ha sido el mayor inversor en la industria aeronáutica, a través del gasto militar. En realidad, el complejo militar-industrial que centra la economía estadounidense en muchos de sus sectores, está financiado públicamente (ni que decir tiene que ninguno de estos datos aparece en las alabanzas al emprendimiento de los grandes genios empresariales promovidos por los gurús mediáticos neoliberales).

En base a estos y otros datos documentados en aquel libro, es cuestionable definir el modelo estadounidense como un modelo neoliberal. En realidad, una de las causas que están creando mayor enfado entre la población estadounidense es la toma de conciencia de que un gran número de las industrias altamente exitosas, que han sido apoyadas, cuando no financiadas, públicamente en sus orígenes (como Apple y Google), ahora estén evitando pagar impuestos en EEUU, situando las sedes de sus empresas en el extranjero.

Por cierto, gran parte de las empresas que ofrecen a nivel estatal en EEUU (nivel semejante al nivel autonómico en España) elementos básicos, como el agua, son públicas, como también ocurre en el continente europeo, y lo hacen a unos precios menores y a una calidad mayor que la que provee la empresa privada a la cual el Sr. Lacalle hace referencia. Ahora bien, le aseguro a usted, lector, que estos últimos datos raramente aparecen en los grandes medios de información y persuasión de este país. Así es España (incluyendo Catalunya).

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