jueves, 31 de diciembre de 2015

China pondera el acercamiento de EEUU con Rusia

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Dejo en el tintero la trascendental visita del primer ministro de India, Narendra Modi, a Rusia y su asombrosa escala a Pakistán, lo cual sacó de quicio a los maniqueos estrategas de EEUU, quienes se encuentran anclados en su añeja guerra fría, cuando el mundo evoluciona en forma vertiginosa a un nuevo orden tripolar (http://goo.gl/swM3zq) entre EEUU/Rusia/China, en el que no se puede desdeñar a potencias ascendentes como India, mientras periclitan la Unión Europea (en plena delicuescencia) y Japón (en catatonia), y deja en la incógnita el devenir de Brasil.

El reciente contacto de EEUU con Rusia –reflejado en la espectacular visita del secretario de Estado, John Kerry, al Kremlin para desactivar el polvorín sirio, después de haber operado un acercamiento en Sochi, la plaza turística predilecta del zar Vlady Putin, por el contencioso de Ucrania– ha desatado comentarios de toda índole tanto en EEUU como en China.

Mientras en EEUU, círculos estratégicos del más alto nivel civil y militar exhortan a una nueva détente (distensión) con Rusia (http://goo.gl/4pMJBl), China no se queda atrás y pondera “cuánto tiempo puede perdurar la conciliación entre EEUU y Rusia (http://goo.gl/Kq8W5L)”.

No se trata de conciliación –un término muy poderoso–, sino de una pausa táctica.

Dejo atrás todas las vociferantes imprecaciones de los superhalcones y neoconservadores straussianos de EEUU contra el encomiable acercamiento de EEUU con Rusia y que, en forma pueril, han demonizado al zar Putin, a mi juicio, el Bismark del siglo XXI.

No iré tan lejos como The Washington Post, infestado de neoconservadores straussianos, a fustigar que Obama capituló a los pies de Putin (https://goo.gl/hqqVQf), pero, en aras del apaciguamiento entre las dos máximas superpotencias nucleares, lo más benigno que puedo asentar es que la Casa Blanca diluyó su muy embriagante vino bélico. Como solía decir el gran sabio chino Confucio: La verdad está en los hechos. Dejemos en el olvido la guerra de propaganda de corte hollywoodense con técnica Hasbara de EEUU contra Rusia y concretémonos a los hechos. Y qué mejor que citar a Liu Zhun, del rotativo chino Global Times, quien evalúa la relevante visita conciliadora (sic) de John Kerry al Kremlin.

Liu es seguidor de los preceptos del inconmensurable Confucio y sentencia que el máximo punto culminante de la visita de Kerry es el compromiso de Washington en los temas de Siria para cortejar (¡supersic!) la cooperación de Moscú.

¿Vende EEUU a Siria y a Ucrania juntos para alejar a Rusia de China? Too little too late?

Liu Zhun no aborda la grave confrontación de EU y Rusia por el Ártico ni el ominoso derribo del avión ruso en la transfrontera turco-siria por un miembro de la OTAN: Turquía, que puede ser balcanizada por un tácito reparto entre el ruso Lavrov y el estadunidense Kerry, dos diplomáticos a carta cabal, quienes pueden reconfigurar el nuevo mapa de Medio-Oriente para sustituir los caducos acuerdos franco-británicos de Sykes-Picot de hace 100 años. El analista chino juzga que con la ayuda de Rusia, el gobierno sirio realiza progresos significativos para sobreponerse al Estado Islámico (EI) de los yihadistas, lo cual brinda a Moscú preponderancia para permanecer y ejercer su influencia en Medio-Oriente.

Aduce que, pese a sus reticencias, Washington encontró que es imposible (sic) expulsar a Rusia de la arena medio-oriental. ¡Menos de Ucrania!

En espera de la transcendental conectividad geopolítica del corredor chiíta que va del mar Caspio al oriente del mar Mediterráneo –tanto con los alawitas de Siria como con los chiítas del Hezbolá en Líbano-Sur–, lo real es que, mientras EU desvanece su legendaria hegemonía en Medio-Oriente, Rusia conecta un superestratégico eje marítimo que va de Sebastopol (Crimea) pasa por los puertos sirios de Tartús/Latakia hasta el “nuevo canal de Suez (http://goo.gl/e64ssn)”.

Según Liu Zhun, como consecuencia de la carnicería de minusválidos en San Bernardino –donde ha emergido en forma perturbadora la conexión israelí, de acuerdo con estrujantes divulgaciones del rotativo británico Daily Mail (http://goo.gl/uwvqM1)– la Casa Blanca debe haber entendido que no puede luchar sola contra el terrorismo, especialmente de los yihadistas del EI.

Arguye que dada la posición volátil de Washington en los temas de Medio-Oriente y la tendencia a colocar sus propios intereses geopolíticos por encima de la paz regional, la cooperación de EU con Rusia confronta desafíos graves tanto al exterior como al interior. Concluye que no podemos todavía saber si esta cooperación soportará la prueba del tiempo.

Vuelvo a insistir en que el saliente presidente Obama no desea llegar hasta una tercera guerra mundial, que ineluctablemente sería nuclear, y prefiere dejar la putrefacción del (des)orden global a su sucesor(a), quien a partir de la noche del primer martes de noviembre de 2016 deberá decidir si opta por una guerra, que no va a ganar, o por el juicioso reparto del mundo con sus dos adversarios que se ha ganado a pulso y en forma insensata: Rusia y China.

No puede existir un nuevo orden mundial sin Rusia y China, cuando EU, en declive relativo, no está en condiciones de ejercer, menos imponer, su otrora hegemonía unipolar. As simple as that!

Hasta The New York Times acepta que “Rusia se rearma para una nueva era y se reafirma en la escena mundial (http://goo.gl/bNMt0D)”.

Quizá dicha cooperación entre Rusia y EU llegue al reparto del pastel sirio cuando los estrategas de EU controlarían sus daños mediante la balcanización de Levante con la creación de dos nuevos estados que dominaría: Kurdistán y Sunnistán –éste avalado por Turquía y las seis petromonarquías árabes–, dejando el restante de la ración regional a Rusia e Irán. Tal es el edulcorado proyecto de la RAND (http://goo.gl/uF0sjG).

Cui Heng –del Centro de Estudios Rusos en la Universidad Normal del Este de China– considera que el aislamiento de Rusia por EU puede llegar a su fin cuando EU ha tirado la toalla para un cambio de régimen en Siria y ha tenido que buscar algún acuerdo con Rusia, lo cual, a mi juicio, se traducirá de dos maneras: 1) el progreso de las negociaciones en Ginebra sobre el futuro de Siria y la identidad de los contendientes: unos presentables, otros impresentables, y 2) el avance en el teatro de batalla de los aliados de Bashar al-Assad, en forma inversa al irredentismo del EI.

Según Cui Heng, las dos recientes visitas de Kerry a Rusia este año se enfocaron en la crisis de Ucrania y en el proceso de paz en Siria, lo que “muestra en apariencia que Washington intenta cambiar su política de aislar a Rusia (http://goo.gl/vO7LgN)”.

Cita a Angela Stent, experta sobre Rusia, quien enuncia que el aislamiento de Rusia no puede continuar, cuando EU debe “encontrar una vía para tratar a Rusia como gran jugador en la crisis siria (http://goo.gl/eD9bvD)”.

Queda pendiente la grave confrontación entre Turquía y Rusia en la que intenta intermediar nada menos que Irán, cuando Egipto se ha acercado en forma espectacular a Rusia. The great game goes on!

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