Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
martes, 4 de marzo de 2014
Alemania y Estados Unidos han manipulado la crisis de Ucrania
La crisis que ha estallado en Ucrania tras el golpe de Estado de los neonazis de extrema derecha dirigidos por Estados Unidos y Alemania, y la intervención de Rusia en Crimea ha creado la confrontación internacional más peligrosa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Todas las fuerzas militares se han puesto en alerta máxima desde una manera que no se ha visto desde los años 30. Las afirmaciones de que la disolución de la URSS marcó el fin de la era de las guerras y de las revoluciones del siglo 20 han volado en pedazos por los acontecimientos de los últimos días. Justo cien años después del estallido de la primera guerra mundial la humanidad se enfrenta a los peligros de la guerra y el fascismo.
La principal responsabilidad en la escalada de la crisis en Ucrania recae en Estados Unidos y Alemania. Ambos países, junto con sus aliados de la Unión Europea, han intervenido sistemáticamente para canalizar el descontento popular con el régimen corrupto del presidente Viktor Yanukovich detrás de las fuerzas nacionalistas y fascistas de extrema derecha. Su objetivo ha sido derrocar al gobierno electo e instalar un régimen alineado con el imperialismo occidental y dispuestos a participar en sus planes para el aislamiento geopolítico de Rusia.
La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió con los líderes de la oposición de derecha y su partido, la Unión Demócrata Cristiana, ofreció apoyo financiero a su lider, el ex boxeador Vitali Klitschko. Altos funcionarios de la Unión Europea se reunieron con los líderes fascistas del partido Svoboda y sus bandas armadas en la plaza central de Kiev. Asimismo, la subsecretaria de Estado para Europa y Asia de Estados Unidos, Victoria Nuland, hizo al menos cuatro viajes a Kiev, uniéndose a los "manifestantes" neo-fascistas y sostuvo reuniones con las figuras de la oposición Vitali Klitschko, Arseni Yatsenyuk y el notorio líder Svoboda Oleh Tyahnybok. Nuland reconoció en diciembre que Estados Unidos había cedido 5 mil millones de dólares a Ucrania para acumular fuerzas aliadas a Estados Unidos en el país. La filtrada conversación telefónica de Nuland con el Embajador de Ucrania Geoffrey Pyatt, en la que discutieron la instalación de Yatsenyuk después de derrocar a Yanukovich, expone el grado en que Washington manipuló los acontecimientos en ese país.
No hay duda de que Rusia se enfrenta a una amenaza existencial. La integración de Ucrania en la expansiva alianza anti-Moscú puede hacer a Rusia más vulnerable a los ataques imperialistas. Las declaraciones del secretario de Estado de EEUU John Kerry condenando la "violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania" son de una hipocresía monumental. Kerry, que votó en 2002 para autorizar al presidente George W. Bush de invadir Irak en base a mentiras sobre las armas de destrucción masiva iraquíes, es un hecho que habla por si mismo. Sólo en los últimos 25 años, Estados Unidos ha invadido, bombardeado o derrocado gobiernos en Panamá, Granada, Somalia, Haití, Sudán, Serbia, Afganistán, Pakistán, Irak, Yemen y Libia. Ha llevado a cabo asesinatos y ataques cibernéticos contra Irán y está interviniendo masivamente para derrocar al gobierno de Siria.
Washington y Berlín, en la utilización de estas fuerzas para instalar un régimen títere y hacerse con el control efectivo sobre Ucrania, están avivando una explosión de las tensiones entre los diferentes grupos étnicos y religiosos que amenaza con eclipsar el baño de sangre que acompañó la desintegración de Yugoslavia en la década de 1990. Ese hecho también fue instigado con el apoyo de Estados Unidos y Alemania.
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