Osiris de León, OCMAL
En la pasada semana, el pueblo dominicano quedó sísmicamente estremecido, cuando se dio a conocer que la Dirección General de Aduanas Dominicanas había retenido un embarque de Doré (aleación de oro y plata), procedente de la nueva colonizadora minera Barrick Gold, debido a que la empresa minera se negaba a que las paletas, herméticamente selladas, fuesen abiertas, como debe ser, para fines de revisión y verificación aduanal, bajo el ridículo alegato de que los sellos sólo podían ser abiertos en Canadá, lugar hacia donde se exportaba el Doré.
Sin embargo, la retención del embarque de Doré, que podría ser el No.21 de los últimos seis meses, cada uno realizado del mismo modo, sirvió para descubrir uno de los fraudes más escandalosos cometidos por la industria minera contra nuestro país, ya que inteligentemente en el manifiesto de embarque se consignaba a Estados Unidos como lugar de origen del Doré, lo que podría pasar desapercibido frente al ciudadano común, pero no ante los ojos de quienes sabemos de minería.
Quizás pocos dominicanos conocen que Barrick Gold opera 13 minas de oro en los Estados Unidos, y si el oro dominicano es exportado hacia Canadá como originado en Estados Unidos, se sobrestima la producción de sus minas en USA y se subvalúa la producción de oro dominicano, y para fines de recuperación de su triple inflada inversión dominicana, para fines de alcanzar su tasa interna de retorno del 10%, y para fines del pago al Estado Dominicano del 28.75% de Participación en la Utilidades Netas (PUN), ese oro no cuenta, porque oficialmente nunca se produjo aquí porque nunca se exportó como originado en la Rep. Dominicana, y así la Barrick nunca tendría que pagar por ese oro.
Y usted diría, pero claro que el oro se produjo aquí y se exportó, porque la planta metalúrgica de Cotuí está operando a plena capacidad desde el último trimestre del año 2012, y tiene capacidad para moler diariamente 24,000 toneladas métricas de mineral sulfuroso, lo que indica que si el mineral enviado a molienda contiene 2 gramos de oro por tonelada, y la recuperación alcanza el 91%, se obtienen 1,400 onzas de oro diariamente, pero si el mineral enviado a molienda contiene 4 gramos de oro por tonelada, se obtienen 2,800 onzas de oro por día, sin variar el proceso ni los costos operativos, pudiendo enviar mineral de 5 y 6 gramos de oro por tonelada, y ahí es donde comienzan los trucos.
La primera parte del truco se inicia cuando la empresa envía a molienda mineral rico de 4 gr. Au/ton, pero reporta mineral normal de 2 gr. Au/ton, y engaña diariamente al Gobierno con 1,400 onzas de oro que las exporta hacia Canadá como producidas en Estados Unidos, y que a los precios actuales representaría unos 850 millones de dólares al año que se llevaría a escondidas sin que el dueño del oro reciba nada. La segunda parte del truco se monta cuando la Barrick anuncia públicamente que en sus primeros años va a producir unas 625,000 onzas de oro anualmente, cuando en realidad va a producir más de un millón de onzas de oro anualmente, pero para que los números cuadren, la diferencia excedente tiene que ser exportada discretamente como originada en sus minas de Estados Unidos, y esa producción de oro no entra en la contabilidad dominicana. Por eso en el manifiesto de embarque del Doré se puso como país de origen: Estados Unidos, lo que hasta ahora había contado con la complicidad de personal aduanal.
La tercera parte del truco está en el uso de la palabra Doré en el manifiesto de embarque, pues Doré es un término genérico aplicable a toda aleación de oro y plata, pero sin especificar cuánto es oro y cuánto es plata, lo que le permite a la Barrick jugar a su discreción con las cantidades de oro y de plata que coloca en cada embarque, y reportar al Gobierno lo que ella quiera, pues mientras el oro hoy está a US$1,600/onza, la plata se cotiza a US$29/onza, es decir, el oro hoy está costando 55 veces más que la plata, y así en cada embarque gran parte del oro caro se exporta disfrazado como plata barata.
Lamentablemente la Dirección General de Aduanas Dominicanas no tiene cómo determinar cuánto oro y cuánta plata va en cada embarque de Doré, pues sólo el laboratorio químico puede determinarlo y para ello hay que tomar muestras del metal y analizarlas mediante espectro fotómetro, cosa que Aduanas no tiene, aunque puede encargar estudios a laboratorios privados nacionales y extranjeros.
Es importante destacar que la retención de este embarque no respondía a una inspección aleatoria, como quiso decir Aduanas, sino a una firme decisión presidencial correctamente adoptada para presionar a la empresa minera y obligarla a que se siente a renegociar un Contrato que le deja a ella el 97% de los beneficios reportados y a los dominicanos el 3%, pero como se puede ver, gracias a los trucos, lo reportado tiende a ser la mitad de lo realmente producido, y así los indígenas de Quisqueya estamos siendo nuevamente engañados por los colonizadores que desde hace 500 años han venido a buscar oro.
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