El camino a seguir es el marcado por China, asegura el economista en una entrevista publicada hoy por el diario Libération en la que subraya que "Pekín hizo un plan de relance aunque China estaba menos afectada por la crisis que los países ricos".
"Resultado: el país ha repuntado y se convertirá en la primera economía mundial incluso antes de lo previsto", dice el economista neokeynesiano, que sostiene que "hay que relanzar la máquina, inyectar fondos en educación, sanidad, investigación, infraestructuras".
Es el camino que debe seguir la UE, en lugar de "la vía de la austeridad" que va a "retrasar la salida de la crisis, debilitar a los eslabones más vulnerables de la zona euro y de la Unión Europea", agrega Stiglitz, que participará mañana en el foro "Nuevo mundo, nuevo capitalismo", organizado en París por el Gobierno francés.
"Muchos líderes no han comprendido que hacía falta meterse con la regulación del sistema financiero y no nivelar por abajo", asegura el premio Nobel, quien echa en falta una mayor iniciativa del sector público frente al privado para recuperar la actividad económica.
Stiglitz considera que Europa y Estados Unidos "deben meterse contra los bancos para limitar la especulación y evitar que algunos acumulen hasta 20.000 millones de dólares (unos 15.000 millones de euros) jugando con los productos derivados". Se debe crear un servicio público de finanzas, para evitar que los bancos se recompongan cargando su peso en la espalda de los consumidores a través de políticas de créditos usureros.
El camino esbozado por Stiglitz para ayudar a la UE a salir de la crisis pasa también por mejorar el fondo de estabilidad creado por Bruselas dado que "no está a la altura de las circunstancias y no es más que un paliativo temporal para los pequeños países atacados", dice Stiglitz, quien no ve imposible que desaparezca el euro pero tampoco dibuja un escenario dramático si llega el fin de la moneda única.
"El euro, a falta de políticas apropiadas y de instituciones equilibradas como un fondo de solidaridad para la estabilidad duradera, puede desaparecer. La moneda única de la zona euro es un mecanismo que aporta beneficios pero que no deja de ser un medio y no un fin. Una moneda única da fuerza. Pero si no se le apoya con las reformas necesarias, puede convertirse en un elemento de debilidad"En ese sentido, Stiglitz recuerda que Argentina tenía su divisa vinculada al dólar con un tipo de cambio fijo y que eso no le impidió hacerlo saltar, devaluar la moneda, quebrar, salir y ser ahora un país un 80 por ciento más rica que hace seis años, y con una tasa de desempleo de 8 por ciento.
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