Un fin de semana crucial vive la economía mundial por los acuerdos que pueda alcanzar la Unión Europea para llevar estabilidad a los mercados financieros. Y no se trata sólo de la UE, también de los que pueda hacer Japón y Estados Unidos para detener el huracán sistémico detonado por los especuladores. La pandemia financiera de la última semana ha mostrado la cruda verdad de la crisis: un mundo gobernado por la mano implacable de los mega especuladores y ante el cual los gobiernos no pueden hacer nada.
Esta vez, para respaldar a los gobiernos, Mohamed El-Erian, ejecutivo de Pimco, la empresa que gestiona la mayor cantidad de bonos soberanos del mundo, ha señalado que mira con buenos ojos los intentos de la UE de recuperar el control de la situación "cueste lo que cueste". Sin embargo, los esfuerzos para rescatar a Grecia llegan demasiado tarde y la histeria financiera y especulativa ya se ha apoderado del mundo provocando un daño diez veces mayor al existente a comienzos de año. Entonces la situación griega era gobernable. Ahora la situación es mucho más frágil y la tormenta se manifiesta en toda su furia.
Este domingo habrá reuniones no sólo en Bruselas (la sede del BCE), sino también en Berlín, Washington, Londres y Tokio. El mundo se ahoga en un mar de deudas y cada minuto es decisivo. Más aún cuando las economías no producen ni para pagar los intereses. Por eso que las apuestas por el colapso de Grecia y del euro van en aumento. Y después del euro el dólar. Hasta terminar con todo. El oro se ha disparado a más de 1.250 dólares la onza (35 gramos) convirtiéndose en el último refugio para los inversores aversos al riesgo. Pero el oro no interesa a los grandes inversionistas, aquellos que gestionan miles de millones de dólares, como Mohamed El-Erian.
La gran pregunta que los inversores se hacen es si aquellos que corren al socorro de Grecia tendrán la fortaleza para resistir ¿o serán arrastrados también por la furia de la tormenta?. ¿Resistirá realmente el FMI?, ¿el BCE?
Hasta ahora, los intentos de rescate han sido incompletos y ridículos, con fallas en su aplicación y en el realismo de la propuesta. Nadie se lo ha creido. Por eso ha sido visto como insuficiente y poco creíble por los analistas y los mercados. Como resultado, la crisis griega se ha transformado en un huracán mucho más siniestro para Europa y la economía mundial.
Esto explica por qué este domingo la UE se juega el futuro. Debe dar cuenta con fuerza y energía qué entiende por un rescate y hasta qué punto ese rescate será sólido y consistente. Cualquier signo de debilidad será castigado duramente el lunes y no habrá otra oportunidad para torcer la mano a la furia del mercado. Cualquier signo de debilidad demostrará que la UE no será capaz de salvar a Grecia y que también será arrastrada al abismo.
Así están las cosas, y así de compleja sigue la crisis. Por eso no debemos subestimar lo que ocurra en las próximas horas. Está en juego el futuro de Europa y de toda la economía mundial. Si el rescata fracasa, habrá una aceleración del proceso recesivo y la explosión de la deuda no tardará en estallar desestabilizando aún más toda la economía mundial.
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