lunes, 5 de mayo de 2008

A 40 años de la matanza de My Lai


Hace 40 años, el 16 de marzo de 1968, tropas norteamericanas asesinaron a sangre fría a 504 vietnamitas, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, incendiando las casas y reduciendo a cenizas cuatro aldeas producto del odio y la violencia. Junto a un puñado de sobrevivientes de aquel genocidio brutal, el diario El País de España en un emotivo reportaje de Georgina Higueras, recuerda hoy los sangrientos detalles de aquella matanza salvaje. Sus nombres: Ha Thi Quy (83), Pham Thi Thuan (70), Cong Pham Thanh (51), Trunong Thi Le (80) y Pham Dat (80).

Para todos fue una pesadilla que aún vive en la memoria y Cong Pham, que entonces tenía 11 años, es hoy el director del museo levantado sobre el lugar de los hechos “para que nadie vuelva a repetir semejante barbarie”.

Ha Thi Quy, que el año de la matanza tenía 43 años, sintió que las balas le mordían la espalda y la pierna y vio cómo a su hija le arrancaban la mitad de la cara. En el hospital le extrajeron varias balas pero el médico no quiso operarla para quitarle la de la espalda y así no perjudicar su embarazo. Aún lleva esa bala en el cuerpo pero no le importa, su hijo nació sano meses más tarde.

Ha Thi, hoy tiene la suerte de vivir, y acompañada de sus nietos y bisnietos. En su parcela de 750 metros cuadrados que le dio el Gobierno comunista en 1977, cultiva arroz. Y cuenta: “De la cosecha pasada me dieron 10 sacos. Y eso es mucho para nosotros. Voy a vender una parte ahora que el arroz está caro”, señala con una sonrisa.

La ofensiva bélica de Vietnam lanzada por Richard Nixon fue para detener la expansión del comunismo en Asia, y tanto la brutalidad de las matanzas, violaciones y vejaciones dan cuenta de que aquello para los norteamericanos era un cáncer maligno que debía ser extirpado a toda costa.

Como siempre, erraron en el cálculo. Y así como perdieron la guerra, no sospecharon en la inmensa cantidad de imágenes que posteriormente recorrería el mundo. Sin bien al principio todas fueron censuradas por el Pentágono, muchas se abrieron espacio en otros medios, aunque gran parte se dio a conocer recién al año siguiente en revistas alternativas, como las del fotógrafo Ron Haeberle.

Como se pregunta Cong Pham, el más joven de los sobrevivientes, ¿qué resorte de inhumanidad puede hacer actuar tan salvajemente contra niños, mujeres y ancianos?. Una pregunta que debería responder Mr. Bush a la hora que repite los hechos masacrando a iraquíes inocentes. Y también el resto de nosotros, por permitirlo.

Sugiero leer, para recordar y no olvidar, la entrevista completa de Georgina Higueras. Enlace a diario El País

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