Davos es como el Festival de Cannes o la entrega de los Oscar en Hollywood: mucho glamour y despilfarro pero nada concreto frente a los problemas del mundo. En esta cita anual de los Alpes suizos, al borde de una crisis más seria de lo que se piensa, el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, pidió a Bush que adopte una "respuesta seria" para enfrentar la fuerte caída del crecimiento, sugiriendo que las medidas adoptadas hasta no han sido suficientes.
En todo caso, el ambiente que reinó este año contrastó con el clima de años anteriores, cuando el fuerte crecimiento, la baja inflación y las grandes ganancias de las empresas dominaban la escena y la champaña corría a raudales. Esta vez, el temor a una recesión en Estados Unidos que arrastraría consigo a la economía mundial, la enorme volatilidad en los mercados financieros y la contracción del crédito han hecho mella en la confianza de la élite económica y política mundial.
Strauss Kahn afirmó que además de estimular el crecimiento a través de la política monetaria, algunos países tienen margen de maniobra para flexibilizar su política fiscal, aunque tengan déficit, y les llamó a actuar. También indicó que la desaceleración económica provocaría en las próximas semanas o meses una caída de la inflación que permitiría a algunos bancos centrales disminuir el costo del crédito para estimular la economía.
Pero el Banco Central Europeo (BCE) resiste las presiones de varios países para bajar sus tasas porque sigue preocupado por el alza de la inflación.
En Davos, que acogió durante cinco días a casi 30 jefes de Estado y más de 110 ministros, así como a cientos de directivos de las empresas más importantes del mundo, la ministra francesa de Economía aprovechó para reclamar por enésima vez al BCE que recorte sus tasas. "Consideremos la política monetaria observando el crecimiento y no sólo la estabilidad de los precios", declaró Christine Lagarde.
El primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, que preside este año el club de los siete países más ricos del mundo más Rusia (G8), aprovechó la cita para anunciar que presionará a los mayores emisores de gases con efecto invernadero del mundo para que fijen metas de reducción de sus emisiones durante la cumbre del G8 que tendrá lugar en julio en Japón.
Al margen del Foro, la ronda de Doha recibió un empujón con la decisión de unos 20 países de llegar en abril a un acuerdo para liberalizar el comercio de productos agrícolas e industriales, los dos nudos gordianos que desde hace años trancan las negociaciones, anunció la ministra suiza de Economía, Doris Leuthard.
La cita de Davos fue también aprovechada por el canciller iraní Manuchehr Mottaki para llamar al Consejo de Seguridad de
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sábado, 26 de enero de 2008
DAVOS: CERO Y MEDIO
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