Esto indica que la política económica estadounidense ha enviado al tacho los preceptos y mandamientos del orden monetario y no teme a que la inflación desborde todo límite. El efecto de esto en Chile es que el dólar llegará rápidamente a los $450 y con un piso que tendrá que poner el Banco Central más temprano y que tarde, y además obviar cualquier rango meta de inflación para evitar que la marejada nos inunde y el desempleo se dispare.
El escenario, como siempre en la historia económica, es complejo. La recesión en Estados Unidos es inevitable y la única receta salvadora es bajar la tasa de interés en forma sorpresiva, tal como se hizo este lunes 21, vía telefónica y en medio de un feriado en homenaje a Martin Luther King. Con esto, por cierto, se abandonó toda la doctrina monetarista que boga por cuidar la estabilidad de la moneda y velar por los precios y el orden financiero. Es decir, todas las enseñanzas de la escuela de Chicago y de Milton Friedman se pulverizan porque lo que menos ha hecho la primera potencia es velar por la integridad de su moneda, al endeudarse en 9 millones de millones de dólares con Asia y Europa y al cometer el gobierno de Bush todos los crímenes y vejámenes que ha querido a vista y paciencia de todo el mundo, tal como lo cuenta el senador George McGovern que ha pedido formalmente la renuncia de Bush y Cheney y que se aplique un juicio político a su macabro desempeño de estos ocho años.
La crisis recién comienza y por ello el Banco Central debe abandonar su deseo de subir la tasa de interés en febrero al 6,5% tal como tenía pensado... y si quiere que la economía no se vaya a pique deberá volverla al 6% en que estaba. Podemos ver que la primera intromisión de José De Gregorio estuvo marcada por el infortunio, y por dejarse llevar por un modelo económico que cada vez muestra que está obsoleto y completamente ajeno al mundo real.
Marco Antonio Moreno
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