Aleksandr Dugin, Geopolitika
Lo más importante que debería ocurrir en Arabia Saudí debe ser la discusión entre dos líderes mundiales, que son representantes de las grandes potencias nucleares, Vladimir Putin y Donald Trump, acerca de la arquitectura del futuro orden mundial.
Vemos que Estados Unidos ha experimentado recientemente una profunda revolución ideológica que resulta muy real y cuya importancia difícilmente puede sobrestimarse. Trump y su equipo, los trumpistas, tienen una visión completamente diferente del destino de la humanidad, de Occidente, de Oriente, de amigos y enemigos, que la distancia de la administración Biden, y antes de ella, de Obama, Bush hijo, Clinton….
En las últimas décadas, Estados Unidos ha estado dominado por el modelo y la ideología globalistas liberales, incluida la idea de que debería producirse un avance gradual hacia la limitación de la soberanía de los Estados-nación y la transformación de la humanidad en una masa única bajo un gobierno mundial. Este modelo ha dominado tanto los procesos globales como la política nacional estadounidense, incluyendo otros ámbitos como la economía y la cultura. Pero Trump ha destruido ese globalismo liberal.
Para el globalismo, Rusia, como Estado y sociedad soberanos que defienden los valores tradicionales y tienen un perfil cultural, diplomático, político y civilizacional propio y único, era un enorme obstáculo. Entre otras cosas, esta fue la razón por la que se busco provocar y que acorralar a nuestro país, conduciéndonos a la guerra con el Occidente colectivo globalista en Ucrania.
Trump, por otro lado, representa una ideología completamente diferente, exactamente lo contraria del liberalismo y el globalismo. No es un liberal, sino un nacionalista posliberal o antiliberal, un defensor de Estados Unidos como nación soberana. No comparte prácticamente ningún punto en común con los que gobernaron antes que él. Otra cosa es que, en su primer mandato, Trump no pudiera llevar a cabo su propia agenda. Ahora, sin embargo, se ha preparado y ha llegado al poder con gente afín, con un equipo muy cohesionado y alineado ideológicamente que en las tres semanas que Trump lleva en el Despacho Oval ya ha conseguido hacer cosas que a veces naciones enteras no consiguen hacer en un siglo.
Se trata, en efecto, de un cambio enorme, y Putin y Trump tienen que hablar precisamente de eso. ¿Continuará Trump la guerra con Rusia o la detendrá? ¿Qué piensa de Europa, de China, de Oriente Próximo, del Sudeste Asiático, de África y América Latina? Todo esto nos importa porque nosotros, como gran potencia, tenemos nuestro propio punto de vista sobre todas estas cuestiones.
Todo esto, en mi opinión, es lo que debería debatirse en Arabia Saudí. El orden mundial que quiere construir Trump y el orden mundial que está construyendo Putin, el cómo entienden e interpretan la multipolaridad, cuyo reconocimiento ya hemos oído incluso en boca del secretario de Estado norteamericano.
En consecuencia, es en este contexto, habiendo encontrado algunos puntos en común o, por el contrario, habiendo fijado los conflictos y la falta de entendimiento mutuo, es posible avanzar hacia el futuro. Y sólo después de haber definido y aclarado estos contornos del orden mundial entre los dos representantes de las dos grandes potencias podremos pasar a hablar de Ucrania. Insisto: sin este entendimiento, no tiene sentido hablar de Ucrania. De hecho, es imposible.
Al mismo tiempo, cabe destacar la composición de nuestra delegación de alto nivel. Se trata de Yuri Ushakov y Serguéi Lavrov, los más estrechos colaboradores de Putin en política internacional, que comparten plena y unánimemente sus puntos de vista. Y por eso ayudarán a nuestro Presidente a preparar esta reunión.
En el lado estadounidense no hay tanta certeza de que el equipo de Trump vaya a ser similar en importancia y peso (su propio equipo aún está en proceso de transición y formación). Pero, en cualquier caso, estas personas también intentarán ayudar a su presidente. Y, con suerte, le proporcionarán información básica adecuada para esta cumbre fundamental entre dos Estados-civilización, que tiene una relevancia inaudita.
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Ver también:
- La hegemonía marítima de Mackinder y el regreso de las potencias terrestres euroasiáticas
Glenn Diesen. 19/02/2025 - El régimen de Kiev ataca Chernóbyl para sabotear las conversaciones de paz
Lucas Leiroz. 18/02/2025 - El Pentágono está reclutando a Elon Musk para ayudarle a ganar una guerra nuclear
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Lorenzo María Pacini. 12/02/2025
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