Una de cada ocho personas pasa hambre en el mundo, a pesar de que disponemos de suficientes alimentos para que todos nos podamos alimentar de forma correcta y digna. La ONGD InspirAction señala en su nueva campaña a la evasión y la elusión fiscal como responsables de privar a los Estados de los recursos necesarios para luchar contra el hambre, la desigualdad y la pobreza. Además identifica al G8 como el actor que podría acabar con esta injusticia.
En junio, los principales líderes del mundo tienen una cita en Fermanagh, Irlanda del Norte, en la próxima Cumbre del G8. Esta vez, la lucha contra el fraude fiscal parece ser una de las prioridades del Estado anfitrión, Reino Unido. Más allá de cuestionar la legitimidad de este foro para tomar decisiones que afectan de manera decisiva al resto del planeta, lo cierto es que el G8 tiene la capacidad de poner fin a la lacra de la evasión fiscal y los paraísos fiscales, y al hacerlo podría cambiar el futuro de millones de personas que viven amenazadas por el hambre y la necesidad.