Porque el único horizonte capaz de imaginar una perspectiva de paz en Ucrania, que ponga fin a las masacres mutuas y abra el camino a una posible reconciliación, es el restablecimiento de su neutralidad.Alberto Bradanini, L'Anti Diplomatico
En un artículo publicado en Substack, Glenn Diesen, un mordaz profesor noruego (de la South-Eastern University de su país) y agudo exponente de la escuela realista de Relaciones Internacionales, a la que también pertenece el más conocido John Mearsheimer de la Universidad de Chicago pertenece –desafía con razonamientos valientes la narrativa occidental convencional , manifiestamente construida por sistemas de comunicación de masas– de que la operación militar especial decidida por Moscú el 24 de febrero de 2024 fue una derivación no provocada por la intención rusa de reproyectarse en el cuadrante de Europa del Este una vez ocupado/protegido por la Unión Soviética.
Las reflexiones del prof. Diesen constituyen un precioso enriquecimiento intelectual y una vacuna contra la máquina de distorsión mediática. Junto a sus reflexiones el lector encontrará intermitentemente algunos comentarios marginales del escritor.
2. Confundiendo los términos de la cuestión, muchos pintan la escuela del realismo político - señala el autor - como una teoría deficiente desde un punto de vista ético, no sólo político, cuestionando su valor teleológico, es decir, la capacidad de Definir un modelo convincente de gestión de la competencia entre naciones , que para los realistas es una derivada ineludible de la estructura anárquica del sistema internacional. Esta competencia indomable es causada por la necesidad de los Estados de proteger su seguridad en ausencia de un poder jerárquico que tenga el monopolio del uso de la fuerza. Para los idealistas (los seguidores de la escuela de pensamiento de la que toman su nombre), la conducta de los Estados debe remontarse a la dimensión ética. Si no se respetan los valores correspondientes -los generados por la Gran Potencia del momento y coincidentes, no casualmente, con sus intereses (hoy, Estados Unidos, portadores de la ideología democrática, liberal y mercantil)-, estos últimos tiene el deber moral de imponerlas al resto del mundo. Y aquí, como puedes imaginar, empieza el problema.