En tan solo unas pocas horas, Israel ha masacrado a más de 500 personas en el Líbano. Netanyahu parece no tener reparos en desencadenar una guerra regional en toda regla, y el gobierno estadounidense no está haciendo nada por impedirlo.
Seraj Assi, Jacobin
Israel ha desatado un infierno en el Líbano. Las brutales oleadas de ataques aéreos israelíes se suceden sin tregua desde el lunes. Hasta el martes por la mañana habían matado a 558 personas en el sur y el este del Líbano, entre ellas mujeres y niños, al tiempo que desplazaban a otros miles que huyeron hacia el norte en busca de seguridad tras las advertencias de evacuación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Al menos 1835 civiles han resultado heridos.
Las imágenes muestran a las fuerzas israelíes bombardeando viviendas civiles en el sur del Líbano y el valle de la Bekaa, alcanzando al menos 58 ciudades y pueblos. Según el Ministerio de Sanidad libanés, los bombardeos israelíes han alcanzado viviendas, centros médicos, ambulancias y coches de personas que intentaban huir. Familias libanesas enteras han sido aniquiladas. Horribles imágenes muestran a niños atrapados bajo los escombros.
Se trata de un flagrante crimen de guerra.