A propósito del nuevo libro de Kohei Saito '¡Menos! El decrecimiento es una filosofía' :: ¿Qué pensar de esta reconstrucción del itinerario del pensamiento marxista con salsa ecologista?
Daniel Tanuro, Viento Sur
Kohei Saito vuelve a la carga. En La naturaleza contra el capital. El ecosocialismo de Karl Marx (Bellaterra), el marxólogo japonés explicaba cómo el Marx de madurez, concienciado del atolladero ecológico capitalista gracias a los trabajos de Liebig y de Frass, rompió con el productivismo. Su nueva obra, Marx in the Anthropocene. Towards the Idea of Degrowth Communism (Cambridge University Press, 2023), continúa esta reflexión. El libro es excelente y particularmente útil en cuatro cuestiones: la naturaleza de clase, fundamentalmente destructiva, de las fuerzas productivas capitalistas; la superioridad social y ecológica de las (llamadas) sociedades primitivas, sin clases; el debate sobre naturaleza y cultura con Bruno Latour y Jason Moore; en fin, el gran error de los aceleracionistas que se apoyan en Marx para negar la imperiosa necesidad de un decrecimiento. Estos cuatro aspectos tienen una gran importancia política hoy, no sólo para las y los marxistas preocupados por estar a la altura del desafío ecosocial planteado por la crisis sistémica del capitalismo, sino también para las y los activistas ecológicos. Este libro tiene las mismas cualidades que el precedente: erudito, bien construído y sutil y clarificador en la presentación de la evolución intelectual de Marx después de 1868. Por desgracia, tiene el mismo defecto: da por sentado lo que sólo es una hipótesis. Una vez más, Saito exagera al querer encontrar en Marx la perfecta anticipación teórica de los combates de hoy (1).
Al comienzo fue la "fractura metabólica"
La primera parte de Marx en el Antropoceno profundiza en la exploración del concepto marxista de fractura metabólica (2). Saito sigue aquí la estela de John B. Foster y de Paul Burkett, que habían mostrado la inmensa importancia de esta noción (3). Saito enriquece el análisis al resaltar tres manifestaciones del fenómeno -perturbación de los procesos naturales, falla espacial, hiato entre las temporalidades de la naturaleza y del capital- a las que corresponden tres estrategias capitalistas de elusión -las pseudosoluciones tecnológicas, la deslocalización de las catástrofes a los países dominados y el aplazamiento de sus consecuencias a las futuras generaciones (p. 29 y ss.).