Escritor-ensayista
Caso inédito, porque no se anda por ahí destituyendo a Ministros así como así, salvo que hayan mediado hechos demasiados graves, desde el punto de vista político, para así hacerlo.
Ahora bien… ¿Merecía o no, tan drástica sanción
Es más, pienso que
Eso aquí, y en la quebrada del ají, tiene un solo nombre, “rapiña”, “corrupción”, o llámesele como quiera. Podrán darse muchas volteretas, e inventar muchas cuchufletas, personeros políticos como Camilo Escalona, Viera Gallo, Francisco Vidal, y la misma Sra. Presidenta, para explicar tan feo asunto, pero lo cierto es que la cosa es así de claro, y punto.
Por eso, hay que empezar a sacarse de la cabeza aquel prurito, que nos enorgullecía, que Chile no es un país corrupto. Ello por cuanto, la corrupción hace rato ya que dejó de ser un hecho aislado, para enquistarse en las entrañas mismas del aparato institucional de la administración pública chilena. En efecto, repasando y repasando, casi ninguna Institución pública ha quedado libre de esta impronta. Es cosa de ponerse a revisar la prensa para atrás, para cerciorarse de los casos sucedidos unos tras otros, en las distintas reparticiones del Estado salpicadas, casi todas ellas, con el estigma de la corrupción, algunas veces, y otras con oscuros o malos manejos, o de clara ineptitud o abismante negligencia en otros.