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miércoles, 25 de marzo de 2020

Alejandro Nadal, gigante de la conservación global


Luis Hernández Navarro, La Jornada

El 13 de abril de 2012, el rey de España Juan Carlos de Borbón, tropezó en Botsuana, se rompió la cadera y se abolló la corona. El traspié inició el declive político que culminaría con su abdicación al trono. El monarca se encontraba en ese país africano acompañado de su amante en un safari para cazar elefantes.

Matar elefantes no es un delito en varios países africanos. Cada año son ultimados en el continente 35 mil paquidermos, en promedio uno cada 15 minutos. Esta cifra, a la que hay que agregar la mortalidad natural, rebasa ya la tasa de natalidad de los elefantes, que se encuentran en peligro de ­extinción.

Esos paquidermos –explicaba Alejandro Nadal Egea, fallecido el pasado 16 de marzo– no son cazados, en realidad son asesinados. Son animales que viven en sociedad, muy inteligentes, con una forma de vida ejemplar, excepcional en el reino animal, de los que debemos aprender. Sufren por sus muertos, tienen una historia. Una matriarca –por ejemplo– puede recordar el ojo de agua al que condujo a su familia hace 30 años.

jueves, 29 de marzo de 2018

Motores económicos de la destrucción ambiental

Alejandro Nadal, La Jornada

La semana pasada el Panel intergubernamental sobre biodiversidad y servicios de ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés) dio a conocer cuatro importantes informes sobre el deterioro ambiental. Se trata de las evaluaciones más importantes sobre el estado del medio ambiente en los pasados 10 años y cubren las regiones de Asia-Pacífico, África, América y Europa-Asia central. Las noticias son alarmantes: la pérdida de biodiversidad está a la par del cambio climático como una de las amenazas más graves para la humanidad. Ambos problemas actúan en retroalimentación y se fortalecen mutuamente en un círculo vicioso.

Cada una de las megarregiones cubiertas por los equipos del Ipbes presenta señales de severos daños en todos los ecosistemas. La pérdida de biodiversidad está acompañada de un grave deterioro en la calidad de los suelos y de una marcada degradación en los acuíferos y cuerpos de agua. Por ejemplo, para África el Ipbes concluye que hacia finales de siglo se habrán extinguido la mitad de las especies de aves y mamíferos del continente debido al cambio climático. El informe señala que se han deteriorado más de 500 mil kilómetros cuadrados en el continente debido a la sobrexplotación, erosión, salinización y diversas formas de contaminación. Y se espera que la presión sobre el medio ambiente se intensifique, porque la población en África pasará de mil 250 a 2 mil 500 millones de personas.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Consumir más, conservar más: lo sentimos, pero no podemos permitirnos ambas cosas

El crecimiento económico está haciendo trizas el planeta y nuevas investigaciones sugieren que no puede conciliarse con la sostenibilidad.

George Monbiot, Sin Permiso

Lo podemos tener todo: esa es la promesa de nuestra época. Podemos poseer cualquier artilugio que seamos capaces de imaginar…y hasta unos cuantos que no. Podemos vivir como monarcas sin comprometer la capacidad de la Tierra para sustentarnos. La promesa que hace posible todo esto es que a medida que las economías se desarrollan, se vuelven más eficientes en su uso de los recursos. Dicho de otro modo, se desacoplan.

Hay dos clases de desacoplamiento: relativo y absoluto. El desacoplamiento relativo significa utilizar menos materiales con cada unidad de crecimiento económico; el desacoplamiento absoluto significa una reducción total en el uso de recursos, aunque la economía siga creciendo. Casi todos los economistas creen que el desacoplamiento – relativo o absoluto – constituye un rasgo inexorable de crecimiento económico.

Sobre esta noción descansa el concepto de desarrollo sostenible. Se sitúa en el centro de las conversaciones sobre cambio climático de París del mes que viene y de cualquier otra cumbre sobre cuestiones medioambientales. Pero parece que no tiene fundamento.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Motores económicos del deterioro ambiental


Alejandro Nadal, La Jornada

¿Cuáles son los motores de la degradación ambiental? Esta es una pregunta recurrente en todos los debates sobre medio ambiente. En esta discusión aparece con frecuencia el papel de las grandes corporaciones internacionales, en especial las directamente vinculadas al lobby de los combustibles fósiles. Hoy la mentira de la compañía Volkswagen para hacer aparecer a sus vehículos como más eficientes y menos contaminantes nos recuerda la importancia de afinar el análisis sobre las causas y motores de la degradación ambiental.

En 2005 se publicaron los resultados de la Evaluación de ecosistemas del milenio (EEM), ejercicio patrocinado por Naciones Unidas para estudiar los principales ecosistemas en el mundo. El principal resultado fue descubrir que en la segunda mitad del siglo XX la actividad humana había alterado los ecosistemas del mundo como nunca antes en toda la historia. Alrededor de 60 por ciento de los servicios de los ecosistemas del mundo están siendo degradados o explotados de manera insostenible.

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