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jueves, 23 de abril de 2015

El hada de la confianza al centro del debate

Robert Skidelsky, Project Syndicate

En 2011, el economista y Premio Nobel Paul Krugman caracterizó el discurso conservador sobre los déficits presupuestarios en términos de "vigilantes de bonos" y el "hada de la confianza". A menos que los gobiernos recortasen sus déficits, los vigilantes de bonos les apretarían los tornillos forzando un alza de las tasas de interés. Pero si efectivamente hacían un recorte, el hada de la confianza los recompensaría estimulando el gasto privado más de lo que los recortes lo deprimieran.

Krugman pensaba que el argumento del "vigilante de bonos" podría ser válido para algunos países, como Grecia, pero sostenía que el "hada de la confianza" no era menos imaginaria que la que recoge los dientes de los niños. Recortar un déficit en un período de recesión nunca puede generar una recuperación. La retórica política puede impedir que se adopte una buena política, pero no puede impedir que tenga éxito. Por sobre todas las cosas, no puede hacer que una mala política funcione.

sábado, 9 de marzo de 2013

El impacto de los recortes presupuestarios de EE.UU.

Martin Khor, Retem

El llamado “secuestro de los presupuestos” en Estados Unidos marcó un nuevo fracaso en las relaciones entre el presidente Barack Obama y los republicanos en el Congreso. Como no lograron llegar a un acuerdo en torno a cómo reducir el déficit presupuestario, el gobierno tuvo que introducir recortes en los gastos de este año del orden de 85.000 millones de dólares.

El término “disfuncional” se utiliza ahora muy comúnmente para describir el sistema de gobierno de Estados Unidos, en el que el punto muerto entre el presidente y el Congreso, y la animosidad entre los partidos Demócrata y Republicano, han bloqueado leyes, políticas y acuerdos.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Traumático plan para reducir déficit público de Estados Unidos

La comisión bipartista de demócratas y republicanos nombrada por el presidente Barack Obama, calificó de dolorosa la solución propuesta para reducir el déficit presupuestario de Estados Unidos, pero señalan que no existen alternativas. Bajar gastos y aumentar impuestos son las salidas más expeditas que a juicio de la comisión permitirán a la economía estadounidense salir del atolladero.

Estados Unidos tiene un déficit presupuestario de 1,3 billones de dólares y una deuda pública superior a 13,6 billones, los mayores niveles en décadas. La comisión propone disminuir el gasto público en cuatro billones de dólares en 10 años con mayores ajustes en la partida de la seguridad social y en los gastos del Pentágono, estos últimos superiores a los 700 mil millones de dólares.

Entre las medidas más severas se encuentran la reducción de 200 mil empleos públicos, alargar a 69 años la edad de jubilación e incrementar el impuesto de los combustibles. Hoy viernes, los 18 integrantes de la comisión decidirán sobre la propuesta y de lograr los 14 votos necesarios, está previsto que las recomendaciones sean examinadas por el Congreso. Hay muchas diferencias, pues los republicanos se manifiestan en contra de un aumento generalizado de los impuestos, mientras los demócratas se oponen a reducir gastos en la seguridad social.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Latinoamérica reducirá su déficit fiscal al 2,2% en 2011, según el FMI

El continente latinoamericano está inmerso en un proceso de consolidación fiscal que le permitirá reducir su déficit al 2,2 por ciento en 2011, frente al 2,6 por ciento previsto para este año, dijo hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe fiscal semestral. En este refleja la situación fiscal en el mundo después de dos años en los que los déficit de muchos países crecieron debido a los planes de estímulos lanzados para salir de la crisis.

El informe proyecta, en términos generales, que el déficit fiscal mundial disminuirá del 6,8 por ciento en 2009 al 6 por ciento en 2010. Para 2011, la previsión es que se sitúe en el 4,9 por ciento. El FMI destaca la buena situación en que se encuentran los países emergentes que están recuperándose de la crisis a una mayor velocidad que los desarrollados, lo que les está permitiendo ajustarse el cinturón del gasto público más rápido.

domingo, 4 de julio de 2010

Paul Krugman: La Tercera Depresión

Paul Krugman, The New York Times

Las recesiones son habituales; las depresiones son raras. Que yo sepa, solo ha habido dos épocas de la historia de la economía que en su día se describieron de forma generalizada como depresiones: los años de deflación e inestabilidad que llegaron tras El Pánico de 1873 y los años de paro masivo que siguieron a la crisis financiera de 1929-1931.

Ni la Larga Depresión del siglo XIX ni la Gran Depresión del XX fueron épocas de declive ininterrumpido sino que, por el contrario, en ambas hubo periodos en los que creció la economía. Pero estos episodios de mejoría nunca bastaban para compensar el daño causado por la crisis inicial, e iban seguidos de recaídas.

Me temo que ahora estamos en las fases iniciales de una tercera depresión. Es probable que esta acabe pareciéndose más a la Larga Depresión que a la mucho más grave Gran Depresión. Pero el coste -para la economía mundial y, sobre todo, para los millones de vidas arruinadas por la falta de puestos de trabajo- será inmenso de todos modos.

martes, 29 de junio de 2010

La jugada maestra del capital

Una mirada disidente sobre las explicaciones oficiales de la crisis financiera europea que golpea especialmente a Grecia y España.
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Por Miguel Ángel Luque Mateo, Diagonal

“Ha llegado el momento de tomar ’decisiones valientes’ para salir de la crisis. Hay que recortar los gastos sociales, paralizar la inversión pública, congelar las pensiones, rebajar el sueldo de los funcionarios, abaratar el despido, aumentar la edad de jubilación y subir los impuestos. Todo ello, para ahorrar 65.000 millones de euros y reducir el déficit público del 11,5% al 3%, de aquí al 2013, como exige Europa”. Este es el discurso que se nos quiere imponer. Seguidamente expongo una visión distinta de esta crisis. Para ello, responderé a dos preguntas: 1ª ¿por qué tenemos un déficit público tan elevado? y 2ª ¿es justa la subida de impuestos? Por último, señalaré posibles vías de solución, desde la justicia social.

El alto nivel de endeudamiento de los Estados es consecuencia, en gran medida, de las millonarias ayudas públicas al sistema financiero. Recordemos que España creó un Fondo para la compra de activos bancarios supuestamente “no tóxicos” (50.000 millones €); aprobó el FROB para sufragar los costes de las fusiones e intervenciones de las cajas de ahorros (99.000 millones €) y autorizó avales a las entidades de crédito (227.000 millones €) para garantizar sus operaciones financieras. Todo ello, con la autorización de las instituciones no democráticas (Comisión Europea, Banco Mundial, FMI, Banco de España, etc.) y el voto, casi unánime, del Parlamento español. En total, sin contar los avales, se han aprobado ayudas públicas por importe de 149.000 millones de euros, cifra muy alejada de los 2.300 millones de euros anuales del cheque bebé o los 1.400 millones de euros que supondría la no congelación de las pensiones.

Los locos, de nuevo al mando de la economía: recortes, recortes, recortes

Larry Elliott, The Guardian

El error de Franklin D Roosevelt no consistió en levantar la economía mediante el gasto público sino en prestar oídos a los halcones del déficit en el momento de su reelección y hundir de nuevo a la economía estadounidense en la recesión.

Lo hacen los alemanes. Los griegos, los españoles y los portugueses creen que no tienen otra elección que hacerlo. George Osborne cree que su deber patriótico consiste en hacerlo [1]. Por todo el mundo, recortar el déficit presupuestario se ha convertido en la prioridad de los responsables políticos, temerosos de que el creciente nivel de deuda les deje a merced de los caprichosos mercados financieros.

Mervyn King ha aplaudido el regreso del conservadurismo fiscal y otro tanto ha hecho la OCDE. Dos meses después de que apremiaran al mantenimiento del apoyo presupuestario hasta que se afianzara la recuperación, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20 declararon que recibían favorablemente los planes anunciados por algunos países para iniciar sin más demora los recortes presupuestarios.

domingo, 13 de junio de 2010

El G-20 vota por la Gran Depresión

Las medidas del G-20 y los recortes presupuestarios nos han lanzado en línea recta hacia la Gran Depresión 2. Como lo he señalado en varios artículos, no es momento para fijarse en los déficit fiscales sino atacar con todo el arsenal disponible el tema del desempleo. Este artículo de Marshall Auerback y Rob Parenteau, apunta plenamente en esa dirección.

El Comunicado emitido el pasado fin de semana por el G20 muestra a las claras que los halcones del déficit han ganado ascendencia en los círculos que determinan la política global. La II Gran Depresión está en puertas.

"Los países enfrentados a serios desafíos fiscales necesitan acelerar el ritmo de consolidación", observa el Comunicado. "Saludamos los recientes anuncios de algunos países tendentes a reducir sus déficits en 2010 y a endurecer su marco y sus instituciones fiscales".

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, dijo que el endurecimiento fiscal en las "viejas economías industrializadas" ayudaría a la "expansión" económica global al aumentar la confianza de los inversores. La Canciller alemana Angela Merkel dijo que Alemania estaba resuelta a proceder a una ronda "decisiva" de recortes presupuestarios que configuraría la política de su gobierno en los años venideros.

jueves, 10 de junio de 2010

Rashomon en la OCDE

Paul Krugman, The New York Times

Me parece a mí que buena parte del debate pertinente sobre política macroeconómica (a diferencia del debate absurdo: a fe mía que no puedo ver la pertinencia de los argumentos a favor de un endurecimiento monetario) se reduce a la interpretación de la imagen que copio más abajo, una u otra versión de la cual ha aparecido en varias de las reuniones a las que he asistido últimamente:


El eje horizontal muestra la deuda bruta como porcentaje del PIB a fines de 2009; el eje vertical, el déficit presupuestario como porcentaje del PIB en 2009. Cada punto representa a una economía avanzada; sólo he puesto nombre a unos pocos países que revisten interés aquí. Japón, literalmente, queda fuera del gráfico, con una deuda enorme y un gran déficit.

miércoles, 9 de junio de 2010

Bernanke: "Nuestro déficit es insostenible"


Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, advirtió hoy que "el presupuesto federal está en un camino insostenible", pero también reconoció que el incremento excepcional del déficit fue necesario para salir de la recesión. Bernanke se presentó a una audiencia ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara. En ella reiteró su opinión de que la recuperación económica será lenta y dolorosa para muchos estadounidenses. Los pronósticos de la Fed para el producto interno bruto señalan un aumento de 3,5 por ciento para este año, un ritmo que apenas permite mantener el ritmo de crecimiento en la fuerza laboral, pero sin aportar un salto significativo en materia de empleo.

Bernanke señaló algunas mejoras en el gasto del consumidor y en las inversiones empresariales, pero también advirtió que "la actividad inmobiliaria subyacente está muy rezagada, en gran parte, por el gran inventario de casas existentes y con dificultades de venta y también por las dificultades de muchos constructores en la obtención de crédito". Sobre la evolución de la crisis, Bernanke tuvo una evaluación positiva:

Europa elige la depresión

Mike Whitney, Clearing House

Olvídense de una recuperación sin problemas. Los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G-20, se reunieron este fin de semana en Busan, Corea del Sur y decidieron abandonar las políticas fiscales expansionistas “de probada calidad” a favor de su propio extraño brebaje de políticas de reducción de gastos y medidas de austeridad. Los miembros de la UE están ansiosos de restaurar la ilusoria “confianza de los mercados”, algo que es seguro que se perderá cuando la eurozona se vuelva a deslizar hacia la recesión y el renqueante sector bancario comience a sangrar tinta roja. El recorte de los déficits mientras la economía todavía se está reponiendo debilitará la demanda y obligará a las empresas a despedir a más trabajadores. Esto disminuirá la actividad económica y frenará el crecimiento. Es una receta para el desastre.

Lo que sigue es un pasaje del blog de Paul Krugman: “El recorte de los gastos mientras la economía sigue estando profundamente deprimida es una manera muy costosa y bastante ineficaz de reducir la deuda futura. Costosa, porque deprime aún más la economía; ineficaz, porque al deprimir la economía, la contracción fiscal también reduce los ingresos de impuestos…

“Lo correcto, de manera abrumadora, es hacer cosas que reduzcan los gastos y/o aumenten los ingresos después que la economía se haya recuperado –específicamente, esperar hasta después que la economía tenga fuerza suficiente para que la política monetaria pueda compensar los efectos contraccionistas de la austeridad fiscal. Pero no: los halcones del déficit quieren su parte mientras las tasas de desempleo se mantienen casi a un nivel récord y la política monetaria sigue estando escasa de dinero cerca del límite cero” ("lost Decade, Here We Come", Paul Krugman, New York Times).

martes, 8 de junio de 2010

Brad DeLong: "Necesitamos un mayor déficit ahora!"

Brad DeLong es otro de los economistas que se suman a la idea de ampliar el déficit como única respuesta a la actual crisis económica. Siguiendo a James Galbraith, DeLong señala que las tasas de interés extraordinariamente bajas, la ausencia de cualquier atisbo de inflación esperada y el alto nivel de desempleo, es suficiente para impulsar un estímulo más fuerte. Y eso se debe hacer ahora. A continuación el post de Brad DeLong:


Necesitamos mayores déficit Ahora!, por Brad DeLong:
A medida que la cifra de desempleo de mayo fue decepcionante, esto sigue siendo un momento excepcional, un tiempo en que muchas de las reglas normales de la ciencia lúgubre se cambian y se transforman. Es un momento para la economía no normal, sino más bien una "economía de la depresión". Las condiciones en que el gobierno de EE.UU. puede pedir prestado ahora son excepcionalmente ventajosas. Y debido a las altas tasas de desempleo, los beneficios de aumentar las compras gubernamentales y reducir impuestos son excepcionalmente grandes en este momento.

El resultado es que los costos de pedir prestado y las políticas de gasto se revocan para el corto plazo. En tiempos normales, un impulso a las compras del Estado o a una reducción en los impuestos, aumenta los tipos de interés que dejan espacio a la productividad, al aumento del gasto de inversión privada y, dólar por dólar, nos deja más pobres después de que el efecto del estímulo desaparece. El préstamo debe entonces ser financiado con un interés significativo, y por lo tanto pagado con impuestos más altos, lo que reduce los ingresos mediante el aumento de la brecha entre los beneficios privados y los beneficios sociales de expansión de la producción. Es un asunto desagradable.

lunes, 7 de junio de 2010

En defensa de los déficit públicos

Este artículo de James Galbraith publicado en The Nation, aborda la defensa de los déficit públicos como una alternativa real para enfrentar la crisis financiera. Fue traducido para Rebelión por Juan Agulló.

La Comisión Simpson-Bowles1, amparada en las farisaicas enaguas de la reducción del déficit público, acaba de declarar –por boca de su Presidente- que propondrá recortes a la Seguridad Social. (Quizás, para rememorar su ecológico pasado, el ex Senador Alan Simpson se da a la prometeica tarea de podar la Seguridad Social). La congelación del gasto público por parte de Obama constituye otro sacrificio simbólico a los dioses del déficit. La mayoría de los observadores cree que la referida decisión no tiene vuelta atrás pero, ¿qué ocurriría si la tuviera? La respuesta es que una reducción demasiado grande del déficit público puede destruir la economía (o lo que queda de ella) y conducirnos, en un par de años, a una Gran Depresión.

Precisamente por eso la fobia al déficit que predomina en Wall Street, en la prensa, entre algunos economistas y prácticamente, entre todos los políticos es, en realidad, uno de los mayores peligros al que nos enfrentamos actualmente. No se trata, tan sólo, de los pensionistas: ¡todos estamos amenazados! De hecho recortar el déficit público sin reconstruir, previamente, el engranaje del crédito privado es un camino, casi seguro, a la estagnación, a la recesión e incluso a una posible Gran Depresión. Asimismo, obsesionarse demasiado en garantizar recortes del déficit público a largo plazo, también puede contribuir a obstruir aquello que es necesario hacer para reestablecer un crecimiento fuerte y una recuperación del empleo.

miércoles, 2 de junio de 2010

James Galbraith: "El peligro que representa el déficit público es cero"


Esta entrevista a James Galbraith, hijo del celebre economista John Kenneth Galbraith, fue realizada por Ezra Klein para The Washington Post. Galbraith ha sido particularmente crítico de la desregulación financiera, y escribió un artículo ya clásico en el cual dio cuenta que al sistema lo derribaron con motosierra para crear las finanzas tóxicas. Las imagenes de los parlamentarios destruyendo la Ley Glass Steagall con motosierra fue recuperado por Michael Moore en su película Capitalism: A Love Story..


- Usted cree que el peligro que representa el déficit a largo plazo está siendo sobreestimado por la mayoría de economistas y periodistas económicos.

- No. Lo que yo creo es que el peligro es cero. No es que esté sobreestimado. Es que está de todo punto mal planteado.

- ¿Por qué?

- ¿Cuál es la naturaleza del peligro? La única respuesta posible es que este déficit mayor pueda causar un aumento de los tipos de interés. Bueno, pues si los mercados pensaran que eso es un riesgo serio, los tipos de interés sobre los bonos del Tesoro a 20 años no estarían al 4% y empezarían a cambiar ahora mismo. Si los mercados pensaran que los tipos de interés sufrirán presiones al alza por problemas de financiación dentro de 10 años, eso se reflejaría ya en un aumento en los tipos a 20 años. Y, en cambio, lo que ha ocurrido es que han bajado a consecuencia de la crisis europea.
Así pues, hay dos posibilidades. Una es que la teoría esté equivocada. La otra es que el mercado sea irracional. Y si el mercado es irracional, no tiene objeto diseñar una política para acomodarse a los mercados, porque no cabe acomodarse a una entidad irracional.

- Entonces, ¿por qué está el grueso de sus colegas tan preocupado por esto?

- Profundicemos un poco en los pronósticos de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Se trata de un conjunto de proyecciones. Una de esas proyecciones es que la economía volverá a niveles normales de elevado empleo con baja inflación en los próximos 10 años. Si es verdad, serían muy buenas noticias. Unas líneas más abajo se ve que también prevén unos tipos de interés a corto plazo que suben hasta el 5%. Lo que genera, harto mecánicamente, estos pronósticos de enormes déficits futuros es esta combinación entre tipos de interés a corto plazo altos y tasa de inflación baja. Y esos pronósticos se fundan en parte en el supuesto de que los costes de la asistencia sanitaria crecerán para siempre a una tasa mayor que cualquier otra cosa y en el supuesto de que los intereses de devolución de la deuda representarán entre 2l y el 25 por ciento del PIB.
Llegados aquí, la cosa resulta ya completamente incoherente. No puedes firmar cheques al 20% para todo el mundo sin que el dinero entre en la economía y aumenten el empleo y la inflación. Y si eso ocurre, entonces la proporción de la deuda en relación con el PIB tiene que decrecer, porque la inflación afecta al volumen de nuestra deuda. Todas estas cifras han de agruparse en una historia coherente, y los pronósticos de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) no la ofrecen. De manera que cualquier cosa que se diga basada en ellos es, estrictamente hablando, un sinsentido.

- ¿No podría haber un punto medio entre el planteamiento de la CBO y la idea de que la deuda no representa problema alguno? Parece claro, por ejemplo, que los costes de la asistencia sanitaria seguirán creciendo más rápidamente que los de otros sectores de la economía.

- No. No es razonable. La proporción de los costes de asistencia sanitaria en relación con el PIB y la inflación crecerían hasta acercarse hasta la tasa de inflación de la asistencia sanitaria. Y si la asistencia sanitaria se vuelve tan cara y resulta que acabamos pagando un 20% del PIB mientras que otros pagan el 12%, podríamos comprar París y todos sus médicos y trasladar a nuestros ancianos allí.

- Pero dejando de lado la inflación, ¿acaso no tiene el hiato entre gastos e ingresos otros efectos perversos?

- ¿Ha traído consigo alguna consecuencia terrible el hecho de que no hayamos prefinanciado nuestro presupuesto militar? No. Hay una sola autoridad presupuestaria y crediticia, y lo único que cuenta es lo que esta autoridad paga. Suponga que yo soy el gobierno federal y quiero pagarle a usted, Ezra Klein, mil millones de dólares para construir un portaviones. Lo que hago es transferir dinero a su cuenta bancaria. ¿Se preocupará de eso la Reserva federal? ¿Tendrá que contar con una firma del Servicio de Impuestos Internos? Para gastar, el gobierno no necesita dinero: tan obvio como que un carril de bolos nunca descarrila.
Lo que preocupa a la gente es que el gobierno federal no sea capaz de vender títulos de deuda. Pero el gobierno federal no puede tener nunca problemas para vender su deuda. Al revés. El gasto público es lo que crea demanda bancaria de títulos de deuda, porque los bancos quieren mayores rendimientos para el dinero que el gobierno pone en la economía. Mi padre decía que este proceso es tan sencillo, que la mente se bloquea ante su simplicidad.

- ¿Qué implicaciones políticas tiene esto?

- Pues que deberíamos centrarnos en problemas reales y no ficticios. Tenemos graves problemas. El desempleo está al 10%. Mucho mejor sería ponemos a la tarea y desarrollar políticas de empleo. Y desde luego, podemos hacerlo. Tenemos una crisis energética y una crisis climática acuciantes. Deberíamos dedicarnos durante toda una generación a enfrentar esos problemas de un modo que nos permitiera, de paso, reconstruir nuestro país. Desde el punto de vista fiscal, lo que hay que hacer es invertir la carga, que ahora la soporta el pueblo trabajador. Desde el comienzo de la crisis, yo he venido abogando por una nómina de vacación fiscal, de modo que todos experimenten un incremento en sus ingresos netos y pueden acortar sus hipotecas, que buena cosa sería. También hay que incentivar a los ricos para que reciclen su dinero, y por eso estoy a favor de un impuesto sobre los bienes raíces, impuesto que tradicionalmente ha beneficiado enormemente a nuestras mayores universidades y a las organizaciones filantrópicas y sin ánimo de lucro. Esa es una diferencia entre Europa y nosotros.

- Bueno, creo que esto responde a mis preguntas.

- ¡Pero yo todavía tengo una respuesta más! Desde 1790, ¿con qué frecuencia ha dejado el gobierno federal de incurrir en déficit? Seis cortos períodos, todos seguidos de recesión. ¿Por qué? Porque el gobierno necesita el déficit, es la única manera de inyectar recursos financieros en la economía. Si no incurres en déficit, lo que haces es vaciar los bolsillos del sector privado. El mes pasado estuve en un simposio en Cambridge, en el que el director ejecutivo del FMI dijo ser contrario a los déficits y partidario del ahorro: ¡pero si son exactamente lo mismo! El déficit público significa más dinero en los bolsillos privados.
La forma en que ahora se sugiere que se puede recortar el gasto sin recortar la actividad es completamente falaz. Eso es ahora mismo desolador en Europa. Se exige a los griegos recortar el 10% del gasto en unos pocos años. Y se supone que eso no afectará al PIB, ¡Evidentemente que lo hará! De manera que no dispondrán de los ingresos fiscales necesarios para financiar siquiera un nivel más bajo de gasto. Se obligó a España a hacer lo mismo. La eurozona va al despeñadero.

Por otro lado, mire al Japón. Han tenido déficits enormes ininterrumpidos desde el crash de 1988. ¿Cuál ha sido el tipo de interés de la deuda pública japonesa desde entonces? ¡Cero! No han tenido el menor problema en financiarse. El mejor activo que se puede poseer en Japón es el dinero efectivo, porque el nivel de los precios cae. Te da un rendimiento del 4%. La idea de que las dificultades de financiación dimanan de los déficits es un argumento sostenido en una metáfora muy potente, pero no en los hechos, no en la teoría, y no en la experiencia cotidiana.


martes, 2 de febrero de 2010

Obama cancela programa espacial "Constellation"


Demostrando que la situación deficitaria es compleja y que se requieren medidas de austeridad a gran escala, el presidente Barack Obama ha cancelado el emblemático programa Constellation, que tenía como objetivo retomar los viajes a la Luna a partir del año 2020 y establecer una plataforma espacial para los viajes a Marte previstos hacia mediados de siglo.

Este proyecto fue presentado por el presidente George W. Bush hace cinco años y pretendía crear una plataforma espacial habitada que facilitara los viajes de largo recorrido a la Luna, Marte y más allá. Sin embargo, un estudio ordenado por Obama el año pasado concluyó que el proyecto estaba en una trayectoria insostenible y que un nuevo viaje a la Luna no sería posible hasta el año 2028.

jueves, 29 de octubre de 2009

España quintuplica su déficit fiscal


El estado de España acumuló hasta septiembre un déficit de 62.780 millones de euros (92.914 millones de dólares) en términos de contabilidad nacional, es decir, el 5,96 por ciento del Producto Bruto Interior (PBI), dijo el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña.

Eso significa que se ha multiplicado casi por cinco en un año en comparación con el déficit de 13.507 millones de euros (19.990 millones de dólares) registrado en el mismo periodo del año pasado.

Este resultado fue consecuencia de pagos por 135.130 millones de euros (199.992 millones de dólares), un 22,6 por ciento más, mientras que los ingresos sumaron 72.350 millones de euros (107.078 millones de dólares, un 25,2 por ciento menos.

Según Ocaña, el elevado déficit registrado se debe a dos razones: la actividad económica débil y las medidas de impulso aprobadas por el gobierno para hacer frente a la crisis.

Ocaña resaltó que el gobierno mantiene su previsión de déficit para este año, que rondaría del 8,1 por ciento del PBI en el caso del Estado y del 9,5 por ciento para el conjunto de las Administraciones Públicas, aunque reconoció en la rueda de prensa que para que se cumpla este último las comunidades autónomas y los ayuntamientos tienen que cumplir con el objetivo que les ha marcado la ley y el Parlamento.

Ocaña señaló que las cifras del IVA ponen de manifiesto que las decisiones del gasto se siguen aplazando, aunque la caída se ha moderado de "forma muy notable", y puntualizó que la caída mensual del impuesto supone sólo una tercera parte de la caída anual, lo que refleja un menor descenso del gasto en consumo y del sector inmobiliario ligado a este impuesto.

Por último, los ingresos por impuestos especiales se elevaron a 14.316 millones de euros (21.187 millones de dólares), un 2,5 por ciento menos, y de este capítulo destaca la recaudación del Impuesto sobre el Alcohol y las bebidas derivadas, que cayó un 13,4 por ciento, mientras que la recaudación del impuesto sobre Hidrocarburos registró un descenso de 4,4 por ciento.

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