Finian Cunningham, Geoestrategia
A Estados Unidos e Israel sólo les queda una opción razonable: poner fin al genocidio en Gaza llamando a un alto el fuego inmediato, según el profesor iraní Mohammad Marandi. Cuanto más dure este horror, peor será para Washington y su estado cliente israelí.
Pero aquí está su dilema contraproducente. Estados Unidos e Israel parecen incapaces de tomar esa decisión racional porque están desesperados por ocultar la derrota total que Estados Unidos y el régimen israelí respaldado por Occidente ya han sufrido en Gaza.
Las crecientes pérdidas militares de las tropas israelíes en Gaza están correlacionadas con los crecientes ataques con misiles contra Yemen por parte de Estados Unidos (y Gran Bretaña).
Esta dinámica trastornada está conduciendo a una guerra total más amplia en la región de Medio Oriente, una guerra en la que Estados Unidos e Irán se convierten en antagonistas directos.
Si Estados Unidos e Israel siguen ese camino, que parece cada vez más inevitable, entonces se enfrentarán a una derrota definitiva, sostiene el profesor Marandi. Irán y sus formidables aliados en Irak, Siria, Líbano, Yemen y otros lugares tienen la capacidad militar para asestar un golpe aplastante.
El “Eje de Resistencia” no puede ser derrotado militarmente. Marandi señala que Israel no ha logrado eliminar a los militantes palestinos de Hamas en Gaza después de más de tres meses de bombardeos continuos con apoyo militar y político ilimitado de Estados Unidos.
La horrenda matanza de civiles –mujeres y niños destrozados día tras día– no hace más que exponer la abismal criminalidad del Estado de Israel y sus patrocinadores occidentales. Es una pérdida irremediable de credibilidad política y moral a los ojos del mundo, incluso entre la mayoría de los ciudadanos occidentales.
La exposición de la absoluta hipocresía, la duplicidad y la criminalidad bárbara es fatal para las potencias occidentales y su cliente israelí.
Si Estados Unidos e Israel escalan hacia una guerra más amplia en las próximas semanas, se enfrentarán a oponentes mucho más fuertes que sin duda los destruirán. Marandi da a entender que el poder de fuego visto hasta ahora por parte de varios grupos de resistencia es sólo una fracción de lo que les espera a los enemigos de Estados Unidos e Israel.
Además del poder de fuego militar, existe la consecuencia catastrófica de la ruina económica global para Estados Unidos y sus aliados occidentales, que ya están desgarrados por crisis políticas y económicas.
Una distinción importante, sostiene Marandi, es que Estados Unidos no está siendo desventuradamente manipulado por Israel y su maquiavélico líder Benjamín Netanyahu. Sostiene que, en última instancia, Estados Unidos tiene “la correa de su perro de ataque israelí”. El bombardeo de Yemen y los asesinatos cometidos por Estados Unidos en toda la región indican una política deliberada de escalada bélica por parte de Washington.
Por supuesto, hay contradicciones, como que la administración Biden supuestamente expresó preocupación por el riesgo de una guerra más amplia con Irán si las tropas estadounidenses mueren en Irak o Siria.
Pero Estados Unidos como potencia imperial es irracional. Está tratando de afirmar el poder imperial intensificando la guerra, a pesar de que la guerra está conduciendo a su colapso histórico.
Sin embargo, el profesor Marandi afirma con confianza que los iraníes no temen a Estados Unidos ni a Israel con armas nucleares. “Durante mi vida, la Sudáfrica del apartheid colapsó y las armas nucleares no la salvaron”, señala. El mismo destino le espera a Israel, añade.
Predice que el Estado de Israel se enfrenta a un colapso terminal debido a su propia corrupción interna y su incorregible anarquía perpetrada durante ocho décadas con total complicidad occidental. Israel no es un Estado independiente viable, señala. Se desmoronaría sin el apoyo continuo de Estados Unidos y Europa.
Los Estados Unidos y las potencias occidentales que se han atado a la criminalidad del régimen sionista también están condenados por la última fase del genocidio en Gaza.
El mundo ha visto este genocidio en directo por televisión. Israel, Estados Unidos y sus socios occidentales son parias a los ojos del mundo. Ésa es la base de su derrota definitiva e irreparable.
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Ver también:
* Alastair Crooke: La trágica autodestrucción de un Israel enfurecido
* Chris Hedges: El genocidio de Israel traiciona el holocausto
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