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viernes, 4 de enero de 2019
La primera medida de Bolsonaro evoca a Hitler: destituirá a los funcionarios con ideas "comunistas"
El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha anunciado una de sus primeras medidas: revisar toda la estructura de la administración pública y destituir a aquellos funcionarios que defiendan ideas "comunistas", tal y como informó el ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni.
El argumento del flamante gobierno brasileño ultraderechista es que en las pasadas elecciones "la sociedad dijo basta a las ideas socialistas y comunistas que en los últimos 30 años nos llevaron al caos actual". Así, el ministro ha anunciado ya la destitución de unos 300 funcionarios con contratos temporales en su cartera.
Esta primera medida del Gobierno de Brasil recuerda, tristemente, a una de las primeras medidas que tomó Adolf Hitler tras ascender al poder en Alemania. El 7 de abril de 1933, nada más llegar al poder, el Ejecutivo nazi aprobó la Ley para la Restauración del Funcionariado Público Profesional, que sirvió para excluir de la función pública a los judíos y a las personas “políticamente poco fiables”, es decir, a sus adversarios políticos: los comunistas.
Tal y como explica la web del Museo del Holocausto de Estados Unidos, esta ley fue mínimamente suavizada por los socios de Hitler en el Parlamento, que consiguieron excluir a los que habían luchado con Alemania en la I Guerra Mundial o a los que tenían su plaza desde antes de la I Guerra Mundial. Sin embargo, tras la muerte del presidente Paul von Hindenburg, esta ley se radicalizó aún más en las conocidas como Leyes Raciales de Núremberg de 1935, las cuales definían a los judíos no por sus creencias religiosas, sino por su linaje ancestral, y formalizaban su segregación de la llamada “población aria”.
La obsesión de Bolsonaro
El presidente brasileño ha dado muestras en otras ocasiones de su obsesión con el "comunismo" o el "socialismo". De hecho, cerró su primer discurso como presidente, pronunciado el 1 de enero, con la frase: "Esta es nuestra bandera, que jamás será roja. Solo será roja, si es necesario, con nuestra sangre para mantenerla verde y amarilla".
Ese mismo día en redes sociales, Bolsonaro anunció que uno de sus objetivos es "combatir la basura marxista" del sistema educativo brasileño.
Previamente, durante la campaña electoral, el entonces todavía candidato anunció su intención de realizar una "limpieza" del ámbito político y que "los marginales rojos" serían vetados por la política en referencia a sus adversarios del Partido de los Trabajadores.
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