Elisabeth Zimmermann, wsws
Cada vez más personas con trabajo en Europa están siendo sumidas en la pobreza, como lo demuestra un nuevo estudio de la Fundación Hans Böckler publicado el jueves 5 de julio. El estudio, titulado "Políticas de activación y pobreza", señala que una proporción creciente de la población europea vive en la pobreza, aunque esté trabajando.
Los investigadores del Instituto de Ciencias Económicas y Sociales (WSI, por sus siglas en alemán) de la Fundación Böckler examinaron los efectos de medidas en el mercado laboral y de política social en 18 países de la UE del 2004 al 2014. Todas las medidas tenían por objeto obligar a los desempleados a trabajar por bajos salarios.
De acuerdo con sus investigaciones, un promedio de alrededor del 10 por ciento de la población de entre 18 y 64 años de edad en los países estudiados eran "trabajadores pobres". Esto significa que ganan menos del 60 por ciento del ingreso promedio en su país. La proporción de trabajadores pobres fue más alta en Rumania con 18,6 por ciento, seguida por Grecia con 13,4 por ciento, y España con 13,2 por ciento.
En Alemania, el número de trabajadores pobres se duplicó, pasando de casi 1,9 millones o 4,8 por ciento en el 2004, a casi 4,1 millones o 9,6 por ciento en el 2014. El aumento es aún mayor en cifras absolutas, porque el número total de empleados en Alemania aumentó de 39,3 millones a 42,6 millones. En Alemania, en el 2014, una sola persona con menos de 986 euros netos por mes se consideraba pobre. Para un hogar con dos adultos y dos niños menores de 14 años, el umbral era de 2072 euros.
"En la mayoría de los países, la pobreza para los que trabajaban ya había comenzado a aumentar antes de la crisis en la zona del euro", dice el estudio. No obstante, a raíz de la crisis, la situación en muchos países empeoró. "Las medidas adoptadas para combatir el alto desempleo han provocado una nueva desregulación de los mercados laborales y una reducción de los beneficios sociales".
La contrarrevolución social en Europa encontró su expresión más aguda en Grecia bajo el gobierno de Syriza. Los altos niveles de desempleo por la destrucción de empleos regularmente pagados se combinan con recortes salvajes a los subsidios de desempleo y a las pensiones. Sin embargo, debido al nivel ya existente de declive social en dicho país, el aumento estadístico del número de asalariados pobres en Grecia es relativamente bajo.
El ejemplo de Alemania, donde el número de trabajadores empleados aumentó, es "particularmente notable", concluye el informe Böckler. "Evidentemente, el vínculo entre el crecimiento del empleo y la pobreza es más complicado de lo comúnmente asumido". Se trata de una subestimación deliberadamente inconclusa sobre la contrarrevolución social que ha tenido lugar en las últimas dos décadas.
El aumento del empleo precario, temporal, mal remunerado y de medio tiempo para millones de personas es un fenómeno internacional implementado por las elites gobernantes.
"El desarrollo positivo en el mercado laboral alemán se debe en gran medida a un aumento en el empleo atípico, especialmente a tiempo parcial, a menudo en el sector de servicios y de bajos salarios", señala el estudio. El crecimiento del sector de bajos salarios se ha visto acelerado por la amplia desregulación del mismo mercado de trabajo, la reducción de los beneficios y la mayor presión sobre los trabajadores para que acepten cualquier tipo de trabajo. Este aumento de la presión sobre los desempleados les obliga a encontrar un trabajo lo más rápido posible.
Los sindicatos de todos los países desempeñaron un papel importante en que esto sucediera. Rápido se pusieron al lado del capital en la crisis del 2008-2009, y le ayudaron a transferir fondos de prestaciones de los trabajadores, ganados a lo largo de décadas de lucha, a los bancos en quiebra y sus respectivos gobiernos. La Fundación Böckler es el centro de reflexión oficial del movimiento sindical alemán (DGB, por sus siglas en alemán), lo que explica el tacto diplomático de los investigadores del WSI en su informe, a pesar de que sus estadísticas sobre la pobreza entre los trabajadores constituyan una condena contra el sistema.
El crecimiento explosivo del sector de bajos salarios en Alemania inició en el 2005 por las leyes antisociales Hartz IV y el programa Agenda 2010 introducido por el gobierno de coalición SPD-Verdes liderado por Gerhard Schröder y Joschka Fischer. En el 2004, los sindicatos se opusieron activamente a los que protestaran las leyes Hartz IV. La prioridad de los sindicatos era hacer cumplir las nuevas medidas.
Los efectos concretos de las sanciones cada vez más severas y de gran alcance utilizadas por los centros de trabajo se han visto de forma clara en la ciudad de Duisburg, en el antiguo centro industrial de la región alemana del Ruhr. Con una población de casi medio millón de habitantes, 77.000 personas en Duisburg dependen de los miserables beneficios de la legislación Hartz IV. El número de personas empleadas con protección social aumentó entre el 2006 y el 2016 en alrededor de 15 000 a un total de poco menos de 166.000. Sin embargo, el número de empleados a tiempo completo disminuyó en 700 durante el mismo período, mientras que el número de empleados a tiempo parcial aumentó en alrededor de 14.000 a más de 38.000.
El número de trabajadores contratados temporalmente (la mayoría de ellos trabajando a tiempo completo) se ha triplicado durante los últimos 10 años a 9986. Unos 37.000 trabajadores en Duisburg tienen un llamado miniempleo y 10000 de estos trabajadores tienen más de un trabajo a fin de ganar suficiente dinero para sobrevivir. Esto significa que más de un tercio de todos los trabajadores de Duisburg trabaja a tiempo parcial, temporal o en miniempleos.
Un estudio elaborado por el DGB, publicado por el diario Berliner Zeitung a principios de julio, señala que esta tendencia está sucediendo en todo el país. Más de un millón de personas son contratadas por agencias, 8,5 millones a tiempo parcial, mientras que 2,53 millones tienen empleos temporales. Casi 2 millones están registrados como autónomos.
El estudio del DGB también señala que la quinta parte de trabajadores con menores salarios por hora sufrió una pérdida salarial real de 7 por ciento entre 1995 y 2015. El quintil siguiente perdió 5 por ciento. Esta es una consecuencia directa de la política de los propios sindicatos.
Mientras que los investigadores del WSI buscan ocultar las razones de la pobreza generalizada, refiriéndose a los "complejos vínculos" entre el crecimiento del empleo y la pobreza, es claro quién se está beneficiando.
El informe Global Wealth elaborado por el banco suizo Crédit Suisse de noviembre del 2016 revela un crecimiento significativo de las fortunas de los más ricos. El informe señala que el número de millonarios en dólares en Alemania aumentó en 44 000 a un total de 1,6 millones entre mediados del 2015 y mediados del 2016. El club de los súper ricos, con una fortuna de al menos $50 millones, consiguió 500 nuevos miembros para un total de 6100. Esto colocó a Alemania en el tercer lugar detrás de EE.UU. y China. Según Forbes, 114 personas con más de mil millones de dólares viven en Alemania. Los 36 más ricos tienen tanta riqueza (276 000 millones de euros) como la mitad más pobre de la población.
Esta creciente desigualdad social sólo puede ser frenada por una política dirigida contra todos los partidos políticos que representan a los grandes bancos y corporaciones.
En su declaración electoral para las elecciones federales de otoño en Alemania, el Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, Partido Socialista por la Igualdad) escribe:
"El SGP lucha por una sociedad en la que las necesidades de los muchos estén por encima de los intereses de lucro de las grandes empresas. Los súper ricos, los bancos y las corporaciones deben ser expropiados y colocados bajo el control democrático de la población. Sólo de esta manera se pueden asegurar los derechos sociales de todos. Estos incluyen el derecho a un empleo adecuadamente remunerado, una educación de la mejor calidad, una vivienda asequible, una pensión segura, provisiones de alta calidad para los de mayor edad y acceso a la cultura".
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