Manlio Dinucci, Voltaire
El derribo por Turquía de un avión ruso de combate que operaba en Siria, con la subsecuente ruptura entre Moscú y Ankara, no por causalidad justo en vísperas del acuerdo sobre el gasoducto que habría de llevar el gas ruso hasta el Bósforo, subraya dramáticamente el evento que se desarrolla en Florencia este jueves y viernes: la Asamblea Parlamentaria de la OTAN que, el pasado 12 de octubre, había «recomendado a los gobiernos de la OTAN aumentar los gastos de defensa ante una Rusia cada vez más imprevisible y la creciente inestabilidad en el Medio Oriente».
La sesión de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, que se desarrolla en el Palazzo Vecchio, no es –contrariamente a lo que se ha dicho– una «Cumbre de la OTAN». En realidad, la Asamblea «constituye una institución separada de la estructura de la OTAN». Al contrario, el órgano político «de decisión» de la OTAN es el Consejo del Atlántico Norte, que se reúne a diversos niveles hasta la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 28 países miembros de la alianza atlántico: su principio conductor es que «no hay votos ni decisiones por mayoría sino que las decisiones se toman por unanimidad y de común acuerdo», o sea de acuerdo con las directivas de Washington. Y son siempre los militares de Estados Unidos quienes ocupan los puestos claves en el seno de la OTAN: el Comandante Supremo de las fuerzas aliadas en Europa es siempre un general o un almirante [estadounidense] designado por el presidente de Estados Unidos.
Pero, si no es una instancia de la OTAN, ¿de qué sirve la Asamblea Parlamentaria reunida en Florencia?
Esta Asamblea se compone de representantes de los parlamentos de los países miembros de la OTAN y su presidente es el estadounidense Hon Turner, miembro del Congreso de Estados Unidos y, al mismo tiempo, de la comisión a cargo de los servicios secretos y también de la comisión a cargo de las fuerzas armadas. Entre los 5 vicepresidentes de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN están el parlamentario italiano Paolo Alli (Nuovo Centrodestra), ex brazo derecho de Roberto Formigoni y –al igual que este último– actualmente objeto de una investigación de la magistratura milanesa bajo la acusación de corrupción. La función de la Asamblea, financiada –con dinero público– para los 28 gobiernos miembros de la OTAN, es «constituir un vínculo esencial entre la OTAN y los parlamentos de los países de la alianza», en particular para «sensibilizar los medios parlamentarios sobre las principales cuestiones relativas a la seguridad de la zona euro-atlántica, contribuyendo al fortalecimiento de las relaciones transatlánticas».
Lo que se reúne en el Palazzo Vecchio, en Florencia, es el Grupo Especial para el Mediterráneo y el Medio Oriente –que se agrega a las 5 comisiones permanentes alrededor de las cuales se articula la Asamblea Parlamentaria– en el marco de un seminario conjunto con el Subcomité sobre las relaciones económicas transatlánticas. El encuentro, bajo el auspicio del Senado y de la Cámara [de Italia], representados por los presidentes Pietro Grasso y Laura Boldrini, está promocionado por el presidente de la delegación de Italia ante la Asamblea de la OTAN, Andrea Manciulli (Pd). Estarán presentes más de 100 parlamentarios en representación de 40 países: desde los 28 países miembros de la OTAN hasta los países europeos y mediterráneos asociados a la OTAN y a otros aliados de la ribera sur del Mediterráneo, pasando por las monarquías del Golfo Arábigo Pérsico.
El tema «El terrorismo internacional, en particular el peligro yihadista, y su financiamiento» será objeto de una discusión que contará con la participación de los más importantes expertos, incluyendo los de las monarquías del Golfo (Kuwait y Bahréin estarán presentes en Florencia), que han contribuido con miles de millones de dólares a entrenar y armar diferentes grupos yihadistas, como el propio Emirato Islámico, en el marco de la estrategia del consorcio Estados Unidos/OTAN.
Los mismos que participaron en la guerra contra Libia abordarán además el tema «Libia entre entidad estatal y conflicto civil», con el ministro de Exteriores Paolo Gentiloni y el general Graziano, jefe de estado mayor de la Defensa, o sea con los representantes de la Italia que participó en la destrucción del Estado libio mediante la guerra.
El tema «Irán y el orden regional emergente» no ha sido confiado a representantes de Irán sino de Israel, país que contribuyó al surgimiento de ese orden con operaciones como «Plomo Fundido» y que aún mantiene Irán bajo la amenaza de sus misiles nucleares.
De «seguridad regional e internacional» hablarán, con el ministro del Interior Angelino Alfano y con el subsecretario Marco Minniti a cargo de los servicios secretos italianos, los representantes de Ucrania, o sea del régimen que en secreto está reclutando neonazis de toda Europa, individuos que –después de entrenarse en Ucrania con instructores estadounidenses– son reenviados a sus países de origen con vista a la realización de operaciones del tipo «Gladio».
Después de una intervención por teleconferencia de Federica Mogherini, la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el seminario terminará con las intervenciones de la ministra [italiana] de Defensa Roberta Pinotti y del vicealmirante Michael T. Franken, del AfriCom –el mismo que inició la guerra contra Libia– quienes recomendarán a la OTAN fortalecer la «seguridad» emprendiendo nuevas intervenciones militares en el norte de África y en el Medio Oriente.
Todo eso sucederá precisamente en Florencia, ciudad que ostenta la Medalla de Oro de la Resistencia y que dio lugar al Artículo 11 de la Constitución italiana, donde se repudia el uso de la guerra como medio de resolver diferendos internacionales y como instrumento contrario a la libertad de otros pueblos.
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