domingo, 7 de junio de 2015

Privatización global del agua por megabancos de Wall Street y el Banco Mundial

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El muy crítico portal Project Censored –con sede en la Universidad estatal de Sonoma, uno de los 23 campus del sistema público universitario de California– comenta que el Banco Mundial (BM) adoptó una política de privatización del agua con un precio de pleno costo, cuando el “consumo global del líquido se duplica cada 20 años, más de dos veces la tasa del crecimiento de la población humana (http://goo.gl/Ny0TrV)”.

Según la ONU, más de mil millones de personas carecen ya de acceso al agua potable fresca. En caso de persistir estas tendencias, en 2025 la demanda del agua fresca aumentaría 56 por ciento que la presente cantidad asequible.

Las megatrasnacionales estadounidenses, como Monsanto y Bechtel (la mayor constructora de EEUU), intentan monopolizar el abasto de agua en el mundo, por lo que buscan el control de los sistemas mundiales de agua y su abasto.

Project Censored refiere que una de las grandes batallas por la privatización global del líquido se escenificó en Bolivia, donde fracasó hasta ahora debido a la revuelta ciudadana que impidió el cobro por la captura de lluvia.

El investigador Jo-Shing Yang revela la identidad de los megabancos de Wall Street y la City/Londres que han iniciado el asalto de los países en el planeta entero para privatizar el recurso: Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Citigroup/Banamex, UBS, Deutsche Bank, Credit Suisse, Macquarie Bank, Barclays Bank, Blackstone Group, Allianz y HSBC (http://goo.gl/wY77xp).

Tales megabancos están consagrados a la especulación de los derivados financieristas que equivalen a un mínimo de 20 veces el PIB global.

Valen algunas precisiones a la excelente investigación de Jo-Shing Yang: Blackstone está ligado genealógicamente a Black­Rock, que dirige el israelí-estadunidense Larry Fink (http://goo.gl/QC5VLg).

Se recuerda que el organigrama de la triada financierista Blackstone/BlackRock/Evercore Partnership (Protego) se despachó con la cuchara grande de la privatización exógena del petróleo del cada vez más fallido “México neoliberal itamita (http://goo.gl/WlOYm7)”, a costa de la extinción gradual de Pemex (http://goo.gl/qlHkmw).

Los megabancos israelí-anglosajones consideran el agua una “materia prima crítica (critical commodity)”, mucho más importante que el petróleo. Ya en 2008 la polémica Goldman Sachs –con crapulosos fraudes a cuestas en todo el planeta– calificó el agua como el petróleo del próximo siglo y uno de los “cinco grandes riesgos globales (http://goo.gl/D39cB8)”.

Goldman Sachs explota las carencias del género humano para sacar enormes ganancias, por lo que lleva(ba) colectados más de 10 mil millones de dólares para inversiones en infraestructura que incluyen al agua y cuyo supernegocio ascendía hace siete años a estratosféricos 425 mil millones de dólares. Junto a Blackstone, Goldman Sachs ha incursionado en la adquisición de muchas empresas consagradas al agua.

Para Willem Buitler, principal economista de Citigroup/Banamex en 2011, el agua es un activo de clase que será eventualmente la más importante materia prima física que empequeñecerá al petróleo, cobre, las materias primas agrícolas y los metales preciosos.

En la conferencia Inversiones del agua, de 2008, Citigroup/Banamex identificó las 10 principales tendencias del sector hidráulico: 1) sistemas de de­salinización, 2) tecnologías de reutilización, 3) instalaciones/producción, 4) membranas de fil­tración, 5) desinfección ultravioleta, 6) tecnologías de trata­miento de agua de lastre, 7) ósmosis para la desalinización, 8) tecnologías de eficiencia, 9) sistemas de tratamiento punto de uso y 10) competidores chinos. Se desprende que cada una de las 10 tendencias representa un rubro multimillonario de lucro pantagruélico.

A mi juicio, EEUU libra(rá) una guerra del agua contra China –mediante su privatizacion tangencial– cuando Pekín enfrenta una grave carestía con 20 por ciento de la humanidad y el control de sólo 7 por ciento del abasto global de agua, además de una clase media demandante de agua embotellada.

Para Citigroup/Banamex, el letal fracking (fractura hidráulica) constituye una oportunidad lucrativa, ya que genera demanda masiva de agua y sus servicios. La desgracia de la humanidad es la felicidad financierista para Citigroup/Banamex, que admite que el “80 por ciento del agua del fracking no puede ser reutilizada ya que es de tres a 10 veces más salada que el agua de mar”.

The New York Times expone a las entidades financieristas que han colectado 250 mil millones de dólares para inversiones en infraestructura, primordialmente en agua (http://goo.gl/N8JqqG): Goldman Sachs, Morgan Stanley (que fichó al ex director de Pemex: Jesús Reyes-Heroles González Garza, http://goo.gl/JUN5AX), Credit Suisse, KKR y el Grupo Carlyle (vinculado al nepotismo dinástico de los Bush y a su empleado local Luis Téllez Kuenzler).

New Scientist revela la identidad (http://goo.gl/p06ycx) de la plutocracia bancaria (uno por ciento) que controla al mundo (99 por ciento) y que, coincidentemente, se encuentra detrás de la privatización global del agua.

Russia Today devela las cuatro entidades financieristas condensadas que controlan a los megabancos privados que dominan a su vez a la Reserva Federal: BlackRock, State Street, Vanguard Corp. y FMR/Fidelity (http://goo.gl/UjlfE3).

Existen señalamientos polémicos de que los banqueros esclavistas Rothschild controlan a estas cuatro entidades financieristas cupulares –BlackRock, State Street, Vanguard Corp. y FMR/Fidelity– que dominan a su vez a las principales 500 empresas globales de Fortune (http://goo.gl/uF7142).

El término agua es muy amplio para los financieristas de la banca israelí-anglosajona de Wall Street/la City, ya que incorpora los derechos acuíferos –el derecho a extraer mantos freáticos y ríos–, terrenos con agua en la superficie o subterrá­neos –lagos y estanques–, proyectos de de­salinización, purificación de agua y tecnologías de trata­miento, irrigación, fracking, mantenimiento y construcción –acue­ductos, agua embotellada–, etcétera.

En mi reciente participación en el Congreso mexicano, durante el foro El campo en México, la reforma pendiente, alerté a los legisladores sobre los alcances geoestratégicos/regionales/locales de la privatización del agua y su amenaza a la seguridad nacional y a la inhumana dislocación de 30 millones de miserables campesinos locales (https://goo.gl/2ygZMD). A propósito, el portal texano-israelí Stratfor amenazó que “México se quedará sin agua si no la privatiza (http://goo.gl/z3fMKQ)”.

En mi conferencia en Ciudad Neza advertí sobre el impacto a los asentamientos irregulares y a la propiedad catastral por la perniciosa ley Korenfeld, que favorece los interses de la empresa estatal Mekorot de Israel mediante sobornos al equipo íntimo del premier Netanyahu (http://goo.gl/DpgNlF).

Ante la depredación financierista de Wall Street y la City, hoy la última batalla, que libran los humanistas que quedan en nombre del último reducto de la democracia en vías de extinción, es el agua: principal botín plutocrático del siglo XXI.

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