"El mercado inmobiliario de EEUU está muriendo", sentencia la web Business Insider. Según esta publicación, la industria del ladrillo norteamericana, donde se gestó la burbuja que desencadenó la crisis en la que está sumida el mundo desde hace tres años, presenta 15 síntomas inequívocos de que se dirige al colapso total.
El desplome en la construcción residencial y en las ventas de viviendas, el alto nivel de desempleo y el precio de las casas aún en niveles excesivamente altos son algunos de los factores que amenazan un mercado inmobiliario que presenta grandes paralelismos con el español, según recoge la web Idealista.
En primer lugar, la venta de viviendas de obra nueva alcanzó en eeuu el nivel más bajo desde que se empezó a registrar el dato, allá por 1963. Las transacciones de vivienda de segunda mano, por su parte, siguen la misma línea, al caer en un año más del 20% en algunos estados. "Lo cierto es que los precios siguen siendo demasiado elevados", señala Business Insider.
El abultado stock de vivienda que aún no tiene dueño ensombrece los planes de los promotores. Éstos temen lanzarse a desarrollar nuevas promociones, lo que ha dado como resultado que el índice de confianza se sitúe en mínimos y que la construcción de obra nueva se haya alcanzado en julio su nivel más bajo en lo que va de año. Y lo peor es que aún no se ven síntomas de mejora en este sentido.
Por si fuera poco, los americanos no están dispuestos a hipotecarse en la situación actual. La demanda de créditos para la compra de inmuebles en la región se ha desplomado hasta niveles no vistos en los últimos 13 años, indicativo de que el furor por convertirse en propietario de vivienda ha pasado.
Paralelamente, las ejecuciones hipotecarias se han disparado y alcanzan niveles récord. Durante la primera mitad de año, nada menos que 1,65 millones de viviendas recibieron en EEUU notificaciones de embargo.
El elevado número de impagos hipotecarios agrava la contaminación de activos dudosos en los balances de las entidades, ya que provoca que los bancos se hagan con el control de gran cantidad de activos inmobiliarios que terminan sumándose al stock de vivienda pendiente de venta en el país.
Mientras, la deuda hipotecaria de las familias estadounidenses sigue creciendo, a la vez que cae el valor de las casas puestas como garantía de los préstamo, lo que crea grandes inestabilidades en el sistema. Además, cada vez hay más gente con dificultades para pagar sus cuotas hipotecarias. Así, el 10% de los propietarios de vivienda dejaron de pagar al menos una de sus cuotas durante el primer cuatrimestre de 2010.
El creciente número de impagos ha generado a su vez temor en los bancos, que ya no conceden hipotecas con la misma ligereza de antaño. Acceder a una hipoteca es cada vez más difícil y se ha convertido en un producto de lujo que ya no está al alcance de cualquiera.
En medio de toda esta vorágine, los precios de las casas han bajado, pero no hasta un nivel asequible para la mayoría de la gente. Y según Business Insider, hasta que las caídas no lleguen a un nivel adecuado, muchos americanos se quedarán fuera del mercado.
Hay que tener en cuenta cosas que son evidentes y afectan directamente al mercado, como el hecho de que para pagar una hipoteca se necesita un empleo, algo que hoy por hoy se ha convertido en un problema para muchos, en un momento en el que el nivel de desempleo sigue marcando mes a mes nuevas plusmarcas.
Con este panorama, cada vez más personas se declaran en quiebra. Así, 1.41 millones de americanos lo hicieron en 2009, un 32% más que en 2008.
El Gobierno admite la mala situación
Incluso el presidente de estados unidos, Barack Obama, ha reconocido la compleja situación por la que atraviesa el mercado inmobiliario y el lastre que ello supone para la economía del país: las ayudas a la compra de primera vivienda ofrecidas por el gobierno americano ya acabaron, y con ello la recuperación artificial que animaba los datos del sector.
Además, la industria hipotecaria americana se ha basado en dos pilares que ahora se tambalean: Fannie Mae y Freddie Mac, las organizaciones que aglutinan el 90% de las hipotecas americanas, siguen con importantes problemas financieros.
Por último, pero no menos importante, hay que tener en cuenta un factor que, aunque menos evidente, es fundamental: la deuda que soporta la economía en EEUU (entre el Gobierno, las empresas y los consumidores) está en torno al 360% del producto interior bruto del país, el dato más elevado en la historia mundial, que amenaza con reventar y hundir aún más al sector.
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