La montaña de deuda que provocó la caída de algunos de los mayores bancos del mundo y arrastró al sistema financiero internacional al borde del desastre ha pasado simplemente a los gobiernos. Ahora son los gobiernos los que se ven amenazados y si esta situación no se controla, puede rasgar el tejido mismo del sistema económico de Europa y arruinar la recuperación económica de Estados Unidos, China y América Latina.
En su informe lanzado ayer por el FMI, Fiscal Monitor, que da seguimiento a las principales variables fiscales de los países, se advierte un escenario muy complejo para el manejo de las finanzas públicas. En el período del auge, los gobiernos no generaron ahorros de ningun tipo. Al contrario, fueron obligados a desprenderse de todos sus activos. Y en este actual período de vacas flacas no ha quedado otra que recurrir al endeudamiento. Los países del G-20 han debido incrementar la carga de su deuda pública, que llegará al 110% del PIB el año 2015.
A pesar de la ligera reducción del déficit en los países industrializados y de los tibios avances en materia de empleo, el pánico generalizado de los mercados continúa. Se culpa al endeudamiento griego. Pero Grecia es apenas el 2% del PIB europeo. El país heleno está en el fragor de esta batalla porque es la primera pieza del dominó. De ahí la trinchera de resistencia que ha instalado la UE y el Banco Central Europeo. Se sabe que su caída puede arrastrar a toda Europa. Y después Japón. Y luego Estados Unidos. Quienes pensaban que ya veíamos la luz al final de túnel, se han percatado que solo es el tren de la Gran Recesión II que se aproxima.
El informe del FMI destaca, por primera vez, un vínculo entre la deuda y el crecimiento: "Si éste no vuelve por debajo de su nivel anterior, el crecimiento potencial de las economías avanzadas se reducirá cada año en más de 0,5%". Esto significa que nos esperan tasas de crecimiento lentas. No habrá ese rebote mágico que muchos esperaban (de crisis en "V"), la salida de la crisis será en forma de "L", siempre y cuando se permita una colaboración masiva. Además, habrá un reordenamiento general del sistema. De ahí que la nueva arquitectura que se está fraguando no debe permanecer ajena. Más aún cuando la fuerte caída en los ingresos fiscales obligará a hacer fuertes recortes en los ingresos, como se está produciendo en España y Estados Unidos.
Ver Informe del FMI Fiscal Monitor
No hay comentarios.:
Publicar un comentario