Economist Intelligence Unit
Los precios del petróleo tuvieron una dramática caída en la segunda mitad de 2008, a poco más de 30 dólares por barril. En el primer semestre de 2009 los precios fueron volátiles, pero se elevaron de manera constante hasta alcanzar un pico de más de 70 dólares a mediados de junio.
El mercado prefirió borrar las cifras que mostraban creciente acumulación de reservas y demanda débil, y se concentró en los incipientes signos de mejora en los datos económicos, sobre todo en China y Estados Unidos. Este optimismo condujo a cierta recuperación del apetito de riesgo de los inversionistas, el cual elevó en general el precio de los suministros. La relativa debilidad del dólar contribuyó a esta alza.
A mediados de junio los precios del petróleo comenzaron a decaer de nuevo. Un aumento incontenible en las reservas globales –los datos más recientes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestran coberturas de 62.5 en mayo, 7.2 días más que un año antes y mucho más que la meta de 52 días fijada por la OPEP–, junto con un persistente debilitamiento de la demanda del petróleo de la OCDE, hizo pensar que los precios se habían elevado demasiado aprisa. Ni siquiera la perspectiva de una baja en la producción de Nigeria a causa de la inquietud política en el delta del Nilo sostuvo el alza de precios.
El consumo global se contrajo 0.3% en 2008, primer descenso en ese indicador desde principios de la década de 1980. Se espera que en 2009 se contraiga más, pues el crecimiento severamente deprimido del PIB neutralizará el impacto positivo de la baja de precios sobre la demanda.
La demanda del crudo de la OCDE será particularmente débil, pues se contraerá 5.5% en 2009, después del descenso de 3.6% en 2008. Continuará moribunda en 2010, cuando un pequeño repunte en el consumo de EU y Canadá compensará la debilidad persistente en la Unión Europea (UE) y Japón.
La demanda se recuperará ligeramente en 2011-13, a un promedio de 0.2%, encabezada por una economía estadounidense más dinámica, lo cual contrarrestará la tendencia a largo plazo del decreciente consumo en la UE y Japón. Si bien la demanda en EU se recuperará, se mantendrá constreñida por el creciente uso del etanol o biocombustibles en el transporte y por los mayores esfuerzos por mejorar la eficiencia de combustible.
También menguará la demanda del crudo producido fuera de la OCDE, a una tasa anual promedio de 0.7% en 2009-10. La única región donde se prevé crecimiento positivo es Medio Oriente, porque los precios seguirán recibiendo fuerte subsidio y se espera que el crecimiento del PIB sea levemente positivo. También en China se prevé aumento del consumo, en 1.5%, debido al impacto positivo de las medidas oficiales de estímulo y a cierta acumulación de reservas.
Hacia 2011-12 se espera que el crecimiento de la demanda petrolera comience a recuperarse en países fuera de la OCDE, encabezados por China, India y algunos de Medio Oriente. En consecuencia, se espera que la demanda global crezca a una tasa promedio anual de 1.8% en 2011-13, y fuera de la OPEP a un promedio de 3.6 por ciento.
En respuesta a la caída de precios, los países miembros de la OPEP han acordado recortes en la producción por un total de 4.2 barriles por día (b/d) a partir de enero de 2009. La respuesta inicial de los estados miembros (con excepción de Arabia Saudita) fue lenta, pero para mediados de marzo parecía que todos habían reducido alrededor de 75-80% del total acordado. El cumplimiento decayó en el segundo trimestre, sobre todo por parte de Irán, Venezuela y Angola, y es probable que continúe deteriorándose en el curso del año, al crecer las presiones por generar ingreso fiscal.
La OPEP volverá a reunirse en septiembre para evaluar el mercado. Es probable que decida un nuevo recorte en el techo de producción, tal vez de unos 750 mil b/d, lo cual apoyará los precios, pero es difícil que éstos se incrementen, ante el incumplimiento de los productores y las grandes reservas acumuladas.
Pese a los llamados de la OPEP, los productores no pertenecientes a ella no han reducido la producción. Se prevé que la oferta fuera de la organización crezca en 2009 después de dos años de contracción, debido sobre todo a oferta adicional de EU, Brasil y la ex Unión Soviética. La producción rusa tuvo un fuerte crecimiento en el segundo trimestre, pero no es probable que se mantenga, debido al envejecimiento de los campos y la baja inversión de capital.
En México la producción decayó más aprisa de lo previsto en 2008, al igual que en Noruega y el Reino Unido, y se espera que continúe disminuyendo en 2009. Se estima que Canadá aumente la producción, sobre todo de las arenas bituminosas de Alberta. En Brasil, la producción de crudo crecerá en 2009-10, pero no es probable un incremento importante de la oferta antes de 2012-13.
La producción de la OPEP será mucho menor en 2009 por efecto de los recortes. Sin embargo, en condiciones de mercado más propicias, la OPEP podrá elevarla marcadamente. Arabia Saudita tiene varios proyectos en puerta (entre ellos el campo Kurais, de 1.2 millones b/d, que comenzó operaciones en junio), y Nigeria, Angola, Qatar y Libia también tienen potencial para elevar la producción. Sin embargo, el año próximo, según las estimaciones, la demanda del petróleo de la OPEP será limitada.
En la segunda mitad del periodo de pronóstico (2011-13), se supone que la oferta de la OPEP aumente a un promedio de 3.1%, al elevarse la producción de Nigeria, Angola y los países del Golfo. Tal vez la oferta fuera de la OPEP aumente en la ex Unión Soviética y Brasil; en cambio, no es probable que la ambiciosa producción de arenas bituminosas de Canadá muestre resultados significativos antes de 2013.
El riesgo geopolítico continuará gravitando fuertemente sobre nuestras previsiones de oferta petrolera. Las tensiones entre Occidente e Irán continúan, y es posible que resurjan problemas de seguridad en Irak y que persistan los disturbios en Nigeria.
El colapso de los precios internacionales del petróleo en la segunda mitad de 2008 podría conducir a un descenso de la inversión en exploración y producción durante 2009-10. Muchos de los proyectos no convencionales, como el de las arenas canadienses, implican fuertes costos y requieren de precios altos que aseguren la rentabilidad. Además, las restricciones de crédito impedirán planes de empresas menores, en tanto las compañías estatales sufrirán por el deterioro de la posición fiscal de los gobiernos. Es probable que esta baja de la inversión en 2009-10 tenga consecuencias a plazo más largo para la oferta, y podría ocasionar alza de precios cuando la demanda se recupere y si surgen cuellos de botella en la oferta.
Hacia el cuarto trimestre de 2009 se espera una modesta recuperación de la demanda en la OCDE, sobre todo en EU, una vez que el impacto del estímulo fiscal y monetario alimente el consumo. También se espera que la demanda en China se mantenga relativamente robusta. El optimismo sobre la recuperación impulsará los precios un poco al alza en 2010, a un promedio de 70 dólares por barril. Sin embargo, se prevé que el impacto del estímulo desaparezca en el segundo semestre de 2010 y que la demanda del petróleo de la OPEP vuelva a decaer, lo cual sugiere que los precios descenderán a alrededor de 65 dólares por barril en 2011.
Más tarde se elevarán poco a poco, en 2010-13, hacia un promedio de casi 80 dólares por barril, cuando la demanda aumente con mayor fuerza (sobre todo en el mundo en desarrollo) y las preocupaciones por el abasto a largo plazo ganen terreno.
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